Un mes más tarde
Ya hace un poco más de un més que Noah llegó a mi vida, y considero que he progresado bastante. Le llevo a la escuela a la hora todos los días y casi siempre le recojo a la hora, aunque si llego tarde sólo son unos minutos. Hace también un mes que no salgo de fiesta, apenas veo a mis amigos. Obviamente, Frank no dejó a su novia, y Deena ha estado bastante aislada del mundo desde lo de esa fiesta.
Además, pasó algo sorprendente hará una semana; mi padre llamó para ver cómo estaba Noah. De verdad que no me lo esperaba, mi padre no es una persona a la que le importen demasiado sus hijos, y aunque haya llamado sólo una vez en un mes, lo encuentro sorprendente.
Hoy es viernes, y eso significa que Noah termina la escuela al mediodía. Aprovechando eso, Deena y yo hemos decidido que esta tarde nos llevaremos al pequeño a la playa, que queda a una hora de aquí. La temporada de playa terminará pronto, y hoy hace un muy buen día -algo raro en el Reino Unido-, así que vamos a aprovecharlo. Frank iba a venir pero, cómo no, le ha surgido algo con Bianca. Antes al menos nos veíamos, aunque no demasiado, pero desde que se reconcilió otra vez con Bianca hace un mes, le he visto una vez. En fin, que le den por culo.
-Hola Ali -sonríe Noah cuando paso a buscarlo, a la una, junto con Deena-. Hola Deena.
-Hola peque -saluda mi amiga, desordenándole el pelo y haciendo que él ría.
-¿Cómo ha ido el cole? -le pregunto.
-Bien, hemos hablado sobre los dinosaurios -contesta, entusiasmado-. Pelo Peter me ha quitado el desayuno... -dice, haciendo un puchero de repente, y siento ganas de golpear al tal Peter aunque sólo sea un pobre niño de tres años. Pero un niño de tres años malvado.
-¿Se lo has dicho a la profesora?
-No -agacha la cabeza-. No quelo que Peter se enfade comigo...
-Que le den a Peter, cuando pasa algo así tienes que decírselo a la profesora -contesto, y Deena me golpea el hombro.
-Ali palablotas no -dice Noah, y Deena se echa a reír.
-Bueno peque, ¿preparado para ir a la playa? -pregunta la morena.
-¡Shi! -exclama, entusiasmado-. Ah, ¿pede venir Sophie?
-¿Sus padres le dejan? -pregunto, levantando una ceja.
-Ella ma dicho que se lo preguntará -contesta-. Voy a ver qué lan dicho.
Antes de que pueda decirle nada, él sale corriendo de esa forma tan graciosa que tiene de correr, hacia Sophie.
Me acerco a los pequeños, al lado de los cuales está Liam, y Deena viene conmigo.
-Hola, Sophie -la saludo, y ella me da una sonrisa y me devuelve el saludo.
-Joder, esta niña es adorable -murmura Deena a mi lado-. Los shippeo a Noah y a ella.
-Deena, tienen tres años -ruedo los ojos.
-Da igual, de mayores se enamorarán y se casarán, yo lo sé -contesta.
-Liam, ¿podemos ir a la playa con Noah? -le pregunta la pequeña Sophie a su hermano.
Él frunce el ceño, pensándolo, y me da una rápida mirada.
-Um, no sé si será una buena idea... -dice, y tanto Sophie como Noah empiezan la operación "ser adorables para conseguir lo que quieren", haciendo pucheros.
-Pofi... -pide Sophie, mirándolo con los ojos del gato de Shrek.
-Está bien -suspira Liam, y luego se dirige a mí por primera vez en un mes-. ¿A ti te parece bien?
-Sí, claro -me encojo de hombros-. Me da igual.
-¿A qué hora vais?
-Teníamos pensado pasar por casa a dejar las cosas de Noah y comer algo, y luego ir a la playa.
-Vale, entonces ¿quedamos en tu casa en una hora?
-Vale -asiento, extrañada por el hecho de que me esté hablando amablemente como si nada, cuando la última vez que quiso hablarme me soltó un montón de mierda. Jodido bipolar.
Nos despedimos y me llevo a Noah a casa junto con una Deena fascinada.
-Woah, el hermano de Sophie está muy bueno -dice-. Y encima tatuado, uf, le hacía de todo. Creo que me lo ligaré.
-Tú misma, es un bipolar de mierda -me encojo de hombros, sintiéndome un poco molesta sin saber exactamente por qué.
Llegamos a casa y Noah va corriendo a dejar su mochila en su habitación. Le ayudo a ponerse el bañador y le pongo unos pantalones cortos y una camiseta de Dragon Ball. Se pone sus pequeños Crocs y un gorro para el sol, y cuando termina de vestirse Deena ya tiene la comida hecha.
Justo cuando terminamos de comer, suena el timbre y los tres bajamos, encontrándonos a Sophie y Liam.
Nos subimos todos en la furgoneta Volkswagen de Frank -no ha venido pero nos ha dejado su furgoneta-, con Deena al volante, yo a su lado y Liam detrás con los niños. En una hora estamos por fin en la playa y, afortunadamente, a pesar del buen día que hace, al ser finales de septiembre no hay demasiada gente.
Noah y Sophie enseguida salen corriendo hacia el mar, pero conseguimos pararles para ponerles protector solar y para acompañarlos al agua, ya que dudo que sepan nadar.
Una vez listos, nos metemos y estoy bastante rato en el agua con Noah y Sophie mientras Deena y Liam hablan, sentados en las toallas. Estamos casi en la orilla, ya que aquí los pequeños tocan el suelo, pero no oigo lo que Liam y Deena dicen. Aún así, sé que Deena está ligando con él por cómo actúa, pero Liam no parece darse cuenta. Y me da rabia, me da rabia y odio sentirme así, y menos con un chico al que apenas conozco.
De repente, Noah sale del agua y me llama.
-¡Mila, Ali! -exclama, y echa a correr hacia el agua, con la mala suerte de que le rompe una ola en la cara.
Se me ha matado el niño.
-¡Noah! -grito, corriendo hacia donde está él con Sophie entre mis brazos para no dejarla sola. Deena y Liam también se levantan y vienen hacia nosotros.
Noah se pone de pie en el agua, con la cara roja del impacto, y se echa a llorar. Él no es un niño muy llorón, en absoluto, así que si está llorando ahora es que realmente le duele.
Diez minutos después, Noah está riendo y saltando en el agua de nuevo junto con Deena y Sophie, mientras que yo los miro desde la toalla. Pronto los tres salen del agua y se ponen a jugar en la arena, Liam uniéndose a ellos.
Leo un libro mientras, de vez en cuando, observo a Noah haciendo castillos en la arena. Se gira hacia mí y, al darse cuenta de que le miro, me sonríe y me saluda ondeando su pequeña mano. Veo la inocencia en su mirada y, por un momento, veo a la pequeña Alice de tres años, que no se daba cuenta de lo que estaba pasando, que no sabía que estaba siendo olvidada por sus padres. Noah es igual que yo a su edad, y sé que aunque ahora no sea consciente de lo que pasa a su alrededor, pronto lo será y los demonios le invadirán, como lo hicieron conmigo.
Y entonces lo decido.
Este niño no tendrá una infancia en el olvido, sintiendo que es una molestia, no. Este niño va a tener una infancia digna, y yo lucharé por ello.
-Alice, ¿podemos hablar? -la voz de Liam me saca de mis pensamientos.
-Claro -me encojo de hombros, dejando mi libro a un lado.
Él se sienta en mi toalla, a mi lado, dejando que mi pierna desnuda toque la suya, y me obligo a apartarla cuando noto que se me pone la piel de gallina.
-Esto... -empieza, rascándose la nuca-. Siento haber dicho todo lo que te dije ese día, ya sabes. Tenías razón, no se nada de ti y te juzgué, y lo siento. Tenía un mal día y lo pagué contigo.
-Vale -contesto, haciendo como si no me importara demasiado.
-Bien -suspira, y se levanta para volver a jugar con los niños, mientras que yo vuelvo a mi lectura, paseando mis ojos por el libro sin estar leyendo realmente, ya que en mi mente ahora sólo está Liam y lo jodida que estaré si le dejo entrar.
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Conociendo a Noah [Saga Smeed 1]
RomanceHistoria ganadora de la 1ª edición de los WOW Awards en la categoría "Romance" A sus veinte años, Alice está descontrolada. Hace tiempo que ya no tiene nada que perder, así que solo se dedica a salir de fiesta. Hasta que, un día, se entera de que su...