8

66.8K 6.8K 761
                                    

Me levanto con algo de dolor de cabeza, pero nada exagerado. Tampoco bebí excesivamente anoche, aunque sí estaba ebria. Tan ebria como para apenas recordar qué pasó después de que Liam pasara a buscarme, aunque tampoco voy a comerme la cabeza para recordarlo, no es como si me importara. Seguramente me dejó en casa y se fue.

Salgo de mi habitación y, al mirar mi móvil, veo que son ya las tres del mediodía, lo cual significa que tengo sólo una hora para recoger a Noah. Joder.

Como unas tostadas con queso, me doy una ducha y salgo de casa, consiguiendo llegar a la escuela de Noah pocos minutos después de las cuatro en punto. La recepcionista sólo me echa una mala mirada antes de dejar salir a Noah, quien corre y se abraza a mi pierna. Creo que esa mujer me odia.

Cojo la mano de Noah y empezamos a caminar en dirección a mi piso cuando el pequeño sale corriendo en dirección a Sophie, quien está jugando en un pequeño parque que hay al lado de su escuela junto con su hermano.

Me acerco a ellos y saludo a la pequeña.

-Hola Sophie -digo, y ella me da una sonrisa.

-¡Hola Ali! -contesta.

Parece que mi nuevo sobrenombre se ha extendido entre los amigos de Noah, vaya.

-Hey, hola Liam -le digo a su hermano, quien ni siquiera me ha dirigido una mirada.

-Hola -contesta secamente.

Viendo que dos columpios han quedado libres, Sophie y Noah echan a correr hacia éstos para evitar que se los quiten, lo que se traduce en Liam y yo quedándonos solos.

-Um... gracias por ir a buscarme ayer, siento si te molesté -le digo. En realidad no es muy normal en mí decir estas cosas, pero esta vez siento que debo hacerlo.

-Está bien -se encoge de hombros.

¿Y a éste qué le pasa?

-¿Dejaste a Noah y Sophie solos en casa? -pregunto, pensando en ello de repente.

-Estaban mis padres -contesta-. Que no estén mucho por casa no significa que no vivan ahí.

-Eh, vale, no hace falta ponerse así, era una simple duda -digo, molesta por su comportamiento-. ¿Qué coño te pasa hoy?

-Así que no recuerdas nada de lo que pasó ayer -suelta una carcajada amarga-. Me lo esperaba.

-Bueno, yo no elijo qué recordar y qué no -digo, intentando controlarme para no gritarle cuatro mierdas, ya que Noah y Sophie están aquí.

-Pero sí eliges beber tanto que tienen que ir a buscarte personas que apenas conoces.

-Hey, todos mis amigos estaban ebrios o desaparecidos, hice lo que pude, si tanto te molestó no haber venido, podría habérmelas apañado sin ti, joder -gruño, enfadada-. No hace falta que seas tan gilipollas.

-Tú eres una perra con todo el mundo -contesta-. Sólo eres una niña mimada que cree que puede tratar a todo el mundo como quiere porque ya lo tiene todo.

-No sabes una mierda de mí -escupo-. No me conoces.

-Sabía que me sonabas de algo, Alice, y sólo me ha hecho falta buscar tu nombre para recordar que eres esa chica que está siempre dando que hablar en las revistas de cotilleos -dice, y noto mi sangre hervir-. Una familia perfecta y adinerada con un padre actor millonario, y lo echas todo a perder bebiendo hasta no poder más todas las noches. Ni siquiera sé cómo tu padre te dejó cuidar a Noah.

-Cierra la puta boca -contesto, con el dolor arremolinándose en mi pecho-. Que hayas leído lo que dicen de mí no significa que me conozcas. ¿Sabes? Pensaba que eras un tío legal, pero ahora mismo me estás dando mucho asco.

-Ayer me besaste, Alice -dice, y mis ojos se abren de par en par-. Y qué quieres que te diga, eres guapa, pero no quiero implicarme con gente como tú.

-Que te jodan -es lo único que consigo decir, y empiezo a caminar hacia los columpios.

-Noah, nos vamos -le digo al pequeño, quien me mira haciendo un puchero.

-Pelo... -empieza, pero le interrumpo.

-Noah, por favor -digo, y él parece entender que no estoy para mierdas porque sale del columpio, se despide de Sophie y coge mi mano para que nos vayamos.
Cuando llegamos a casa lo único que hago es dejar las cosas de Noah en el sofá y encender la tele para que mire Bob Esponja o lo que sea que hagan en la tele infantil a esas horas, y me encierro en mi habitación. Me siento en mi cama, abrazando mis propias piernas, y lucho por impedir que las lágrimas salgan. Hace mucho que creía haber superado esto, pensaba que ya no me importaba, pero cuando las gotas empiezan a resbalar por mis mejillas sé que nunca lo he superado.

Y me jode que me importe lo que Liam piense, porque ni siquiera le conozco pero pensé que él era diferente, que bajo esa piel tatuada había un tío al que no le importaba lo que los demás pensaran, y di gracias porque no conociera mi pasado -y, en parte, presente- porque odio que la gente me juzgue basándose en mierda falsa. Pero no, él tenía que buscarme y encontrar todo eso. Y no podía cerrar la puta boca y guardárselo para sí mismo, no, tenía que recordármelo todo.

Tenía que recordarme que mi familia se pone como perfecta en la prensa a pesar de que mi madre nos abandonó sin ningún motivo cuando yo tenía trece años, a pesar de que hace un año que no veo a mis hermanos, a pesar de que a mi padre no le importamos una jodida mierda y se deshace de nosotros como si fuéramos basura.

Los sollozos escapan de mi boca y me siento jodidamente ridícula llorando por algo que ya debería haber superado pero no puedo hacerle nada.

Al poco rato, la puerta de mi habitación se abre poco a poco y veo a través de las lágrimas como Noah se acerca a mí con cuidado, sujetando un pañuelo en una de sus pequeñas manos.

-Ali, ¿polque lloras? -me pregunta, parándose delante de mí y tendiéndome el pañuelo, el cual cojo y le doy las gracias.

-No es nada, Noah -le digo.

-No me guta que estés tliste -dice-. ¿Te has hecho pupa?

-Algo así -contesto, riendo un poco a pesar de las lágrimas.

Él sonríe ampliamente y me doy cuenta de que, por primera vez en mucho tiempo, he sonreído. Y es irónico que haya sido en un mal momento, pero supongo que es difícil mantenerse serio con Noah. De repente no entiendo por qué me he comportado como una perra con él cuando sólo tiene tres años y apenas se da cuenta de lo que está pasando, él es otra víctima en todo esto.

-Me guta que sonrías, Ali -dice-. Eres muy guapa.

-Gracias -contesto-. Tú también eres guapo.

-Gacias -sonríe, sonrojándose un poco, y se sube a la cama para abrazarme.

Correspondo a su abrazo y consigo que las lágrimas dejen de salir, calmándome un poco. Supongo que en el fondo me hacía falta tener a alguien a mi lado que no me juzgue y que sea tan inocente y alegre como Noah.

_______

Capítulo dedicado a @mixedcrash , que fue su cumpleaños el sábado. ¡Feliz cumpleaños! :3

Siento no haber publicado ayer como tocaba, tuve un accidente haciendo deporte y pasé todo el día en urgencias uu' lo que tiene ser una torpe. Pero estoy viva, lesionada pero viva jajaja, seguiré publicando. Subiré See you at six en unas horas, y mañana el capítulo 9 de esta novela.

Hasta mañana!
Claire

Conociendo a Noah [Saga Smeed 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora