Una semana más tarde
—Dos mudanzas en menos de dos meses, joder, voy a terminar rompiéndome la espalda —se queja Liam, echado en mi sofá.
—Exagerado —ruedo los ojos, y dejo una de las cajas en el suelo—. Deja de quejarte y baja a por más cajas. Yo no debería ni estar ayudándote.
—Eres tan simpática, de verdad —dice, sonriendo de forma sarcástica.
—Habló, el que cambia de humor cada dos segundos. No me extraña que Alex esté tan contenta de que te mudes, si incluso nos está ayudando con las cajas para que te vayas antes.
—Vaya, parece que me han descubierto —ríe Alex, entrando en mi piso con otra caja—. Lili, te quiero y no cocinas del todo mal, pero yo necesito mi intimidad.
—Yo no sé por qué me rodeo de gente que me odia tanto —gruñe Liam, y sale por la puerta para ir a buscar otra caja abajo, a la calle, dejándonos a Alex y a mí riendo.
—En realidad le echaré de menos —confiesa Alex—. Además, ahora que ya no estoy con Dalia, estaré un poco sola.
—Puedes venir aquí cuando quieras —le digo—. Ya sabes que nunca molestas.
—Bueno, menos cuando estáis follando, y me temo que eso será muy a menudo —bromea, me encojo de hombros con una sonrisa—. Aunque siempre puedo unirme.
—Oye, por mí no hay problema —bromeo de vuelta, y se echa a reír.
—Como te ponga un dedo encima, Liam me mata.
Noto mi móvil vibrar en mi bolsillo y lo saco, viendo el nombre "Ian" en la pantalla, y acepto la llamada.
—¿Sí? —pregunto, aunque ya sé de sobra quién es.
—¡Owa Ali! —saluda la entusiasta voz de Noah al otro lado de la línea.
Hace una semana que volvimos de Los Ángeles, y desde entonces hablo con Noah por teléfono casi cada día. Él está muy emocionado por volver a vivir en Londres, y le he contado que estamos preparándole la habitación, aunque es más que eso. Con la ayuda de Frank, Liam y Deena, estoy redecorando toda su habitación, haciéndola mucho más adecuada para un niño de cuatro años. En dos meses Noah vendrá a vivir con nosotros, así que tenemos bastante trabajo, y más ahora que Liam se está mudando conmigo.
—¡Quelo una almada de Jidafas! —me dice mientras hablamos del cambio en su habitación.
—¿Una almad....? Ah, vale, una almohada —me corrijo a mí misma, entendiendo lo que ha dicho.
Todavía le cuesta pronunciar muchas palabras, pero de hecho creo que sería raro si él hablara bien, me he acostumbrado a tener que descifrar lo que dice, es incluso divertido a veces.
—¿Es el peque? —me pregunta Alex, y asiento—. Pásamelo, quiero hablar con él.
—Noah, Alex quiere hablar contigo —le digo al pequeño—. Te la paso, ¿de acuerdo?
—¡Sí! —exclama, emocionado—. Quelo hablar de tatajes.
Río y le paso el teléfono a Alex, quien enseguida se enfrasca en una conversación sobre tatuajes sin demasiado sentido con Noah.
— o —
—Vaya, parece que habéis trabajado duro —comenta Angela con una sonrisa cuando se sienta en el sofá de mi casa, que ahora también es la de Liam.
—¿Cuando vene Noah? —me pregunta Sophie.
—En menos de dos meses estará aquí —contesto, acariciando su cabello castaño.
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Conociendo a Noah [Saga Smeed 1]
RomanceHistoria ganadora de la 1ª edición de los WOW Awards en la categoría "Romance" A sus veinte años, Alice está descontrolada. Hace tiempo que ya no tiene nada que perder, así que solo se dedica a salir de fiesta. Hasta que, un día, se entera de que su...