Cap.24 Pasillos subterráneos

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En capítulos anteriores: Las personas que los habían rescatado los llevaron a una sala que tenía habitaciones para los dos grupos. Los ruidos de los raros despiertan a las chicas, descubriendo que los chicos han desaparecido. Janson, un hombre rata, les dice que tenderán que pasar unas pruebas y matar a Thomas para sobrevivir. Descubren que tienen una palabra tatuada en la nuca. Y empiezan su viaje caminando por el desierto.
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Llevábamos como dos horas corriendo sin parar, así que hicimos un descanso para comer y descansar el cuerpo. Ya no hacía tanto calor, pero el viento que soplaba era cálido.
Estaba sentada y Sonya se acercó a mi.
-Hola Itzel, me puedo sentar? -me preguntó.
-Claro -le respondí, se sentó a mi lado y hubo un breve silencio.
-Lo echo de menos... -dijo Sonya interrumpiendo el silencio.
-¿A quién? -pregunté.
- A Hugo. Estoy preocupada por ellos -dijo Sonya apenada.
-No te preocupes tanto, seguro que están bien. Ellos son fuertes y valientes -le dije intentándo animarla, aunque en el fondo yo también estaba preocupada por ellos.
-¿Dónde cres que estarán? -preguntó.
-No lo sé. Pero apuesto a que también tendrán que ir al refugio -dije.
-Puede. Pero... ¿Y sí no lo consiguen? -preguntó.
-Lo conseguirán -respondí, aunque tenía miedo de que les pasara algo.
-Creo que será mejor volver a correr -dijo Sonya levantándose.
Ya todas preparadas, volvimos a correr. Vimos un piso, así que decidimos acampar allí. Pero la tormenta nos pilló de camino.
Los rayos empezaron a caer encima de algunas chicas, que su cuerpo fallecía en la arena. Otras estaban heridas. Conseguimos llegar al piso y nos paramos frente la puerta. La abrí y todas entramos. Algunas descansaban y otras se miraban las heridas. Grace y Heather se acercaron a mi.
-Estás bien -dijo Heather abrazandome.
-Se podría decir que si -dije.
-¿Cuantas somos? -preguntó Grace a Harriet que se acercaba ha hablar con nosotras.
-Somos quince chicas. Hemos perdido a cinco... Y con ellas a Ashley -respondió.
-¡¿Que?! -exclamé y Heather empezó a llorar.
-Dormiremos aquí -ordenó Harriet.
De repente se escuchó un ruido y salió un hombre acompañado de otras personas, tenía al lado una chica de nuestra edad aproximadamente, era de pelo castaño recogido con una cola alta y de ojos chocolate.
-Esta es nuestra casa -dijo el hombre.
-Déjanos quedarnos -suplicó Sonya.
-¿Porque os debería dejar quedaros? -preguntó él.
-Llevamos todo el día corriendo y nos a pillado una tormenta de rayos -dijo Sonya.
-Esa es una buena escusa... -dijo.
-Entonces... ¿Nos dejas quedarnos? -suplicó de nuevo.
-A cambio de algo... -dijo la chica de al lado del hombre.
-Tenemos comida y agua... -dijo Sonya.
-No nos hace tanta falta eso -dijeron.
-¿Que queréis a cambio? -le pregunté al ver que no se ponían deacuerdo.
-Queremos a una de vosotras. Necesitamos más gente -dijo.
-Ni hablar Jorge. No queremos a ninguna -edijo la chica de al lado.
-Sabes que nos vendrá bien Brenda -dijo el hombre.
-¿Como se llama la líder de vosotras? -preguntó Jorge.
-La verdad es que...- Decía Sonya, pero Teresa la interrumpió.
-Yo soy la líder -dijo Teresa, que mal que me caía.
-Ya veo... Está bien. Os dejamos quedar aquí abajo hasta la tarde. Os dejamos pensar quien será la afortunada... -dijo Jorge.
Ellos subieron al piso de arriba y nos pusimos a dormir. A la mañana siguiente nos despertamos y nos preparamos para salir.
-Hemos decidido que no hace falta que nos deis a ninguna de vosotras. Pero tenéis que acompañar a Brenda a buscar comida. No esta muy lejos de aquí -dijo Jorge.
Al cabo de un rato salímos y caminamos por las calles con cuidado, nos dirigimos hacia una especie de habitación y recogimos comida. Después le ayudamos a traer la comida. Nos dejaron comer allí y planificamos un plan. Habíamos encontrado explosivos y los íbamos a poner en unos pasillos subterráneos por donde seguro que pasarían los chicos. Habían decidido matar a Thomas, y con él a todo el grupo ya de paso... A mí no me parecía una buena idea... Ya que llamaría mucho la atención el ruido de los explosivos, y no quería matar a ningún chico. Lo planeamos todo y esperamos en la habitación de comida, que era desde donde pulsavamos el botón. Sólo quedaba esperar a el momento.

Los chicos tardaban mucho, así que una chica se quedó allí para explotar la bomba y nosotras nos marchamos de aquél lugar.
Estábamos cruzando unos pasillos subterráneos, y no paraban de escucharse gritos y ruidos, cosa que me ponía los pelos de punta.
-Tengo miedo... -dijo Sonya poniéndose a mi lado, yo iba delante, y lo peor es que no teníamos armas ni nada con que defendernos.
-Tengo que admitir que yo también lo tengo... -le respondí.
Caminando por los pasillos, nos topamos con una puerta. No me agradaba mucho estar en aquel lugar, pero teníamos que reponer fuerzar y comer en algún sitio. Me acerqué a la puerta y puse mi oreja pegada para ver si escuchaba algún ruido de detrás de la puerta. No escuché nada, así que abrí la puerta poco a poco y entramos todas dentro. La habitación estaba bastante llena de armas. Habían arcos y flechas... Un par de ballestas... Y una katana de la cuál me enamoré. La mayoría se armó de arcos y cuchillos, Harriet se armó con un rifle, Sonya y Erin se armaron con una ballesta, y yo me armé con la katana y un cuchillo que lo guardé en mi bota derecha. Ahí comimos y al cabo de un rato continuamos con nuestro camino. Cruzamos más pasillos y llegamos a una puerta grande que dió a una montaña de arena, estaba anocheciendo, y acampamos en un lugar donde más que arena desértica, había tierra y una larga carretera con coches atascados. Entramos en un autobús y descansamos ahí toda la noche. Por la mañana decidimos hablar y planear, ya que hacia demasiado calor para salir. Planeamos que los pillariamos por sorpresa y capturariamos a Thomas, cosa que seguía sin parecerme buena idea. Pero Teresa tenía muy claro lo que quería hacer, ella tomó liderazgo. Cada vez está chica me caía peor.

Unidos por CRUEL (Minho, TMR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora