Cap.38 Huída

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En capítulos anteriores: Cuentan a sus compañeros lo que vieron sobre CRUEL y el líquido azul. Decidieron elaborar un plan arriesgando pero valía la pena. Itzel tenía el apoyo de sus compañeros.
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A la mañana siguiente fui al despacho de Janson para preguntarle si había obtenido el puesto de trabajo. Llamé a la puerta y pasé.
-Oh Itzel, te estaba esperando. Siéntate -me ordenó Janson.
-¿Lo habéis decidido ya? -pregunté.
-Sí, he hablado con la ministra Ava y me ha dicho que serías de gran ayuda -.
-¿Y eso qué significa? -.
-Significa que esta tarde empezarás a trabajar. Dadas las circunstancias trabajarás en la sección de niños como ayudante de enfermería. Estarás con Saúl -.
-Gracias...Janson -dije cabizbaja, no me atrevía a llamarle papá.
Me entregó la ropa de trabajo, que básicamente consistía en una bata blanca de enfermera. El plan estaba saliendo a la perfección. Salí de su despacho y me dirigí a mi habitación donde me cambié. Me recogí el pelo en una coleta alta y salí de la habitación.
-Itzel te estaba buscando -dijo Aris acercándose a mí, y al verme vestida así, a parte de reprimirse la risa, comprendió que había conseguido el puesto.
-Ahora trabajo con ellos -sin dirigirme palabra se marchó y entonces fui a la consulta de la doctora Helen.

Empecé a trabajar por la tarde y le expliqué por encima el plan a Brenda. Ella me dijo que este sitio era un infierno y que estaba con nosotros. También hablé con Saúl y le expliqué que ahora lo cuidaría y sería la enfermera. Pasaron tres días, la ministra Ava me citó para hablar con ella en su despacho. Cuando entré estaba rodeada de papeles y se la veía estresada.
-¿Quería verme? -le pregunté.
-Sí, siéntate porfavor -.
Me senté y dejo el papeleo para mirarme directamente a los ojos juntando sus manos encima de la mesa.
-Tengo un gran problema. Necesito tu ayuda -.
-¿Para qué necesita mi ayuda? -.
-Los resultados del grupo C no son lo que esperaba, y mis planes de hallar una cura para este caos se está yendo a pique -.
-Lo siento ministra -.
-Y ahí es donde entras tú -.
-¿Perdona? -.
-Estás segura de lo que estás haciendo, Itzel? -.
-Si... -.
-Se que puedo confiar en ti, así que he decidido abandonar mi puesto -.
Me quedé callada sin saber que responder. Al fin y al cabo era lo que quería, si la ministra Ava renunciaba, tendríamos una oportunidad de escapar. Ella sacó un folio en blanco y lo puso encima de la mesa. Cogió un bolígrafo y apuntó tres palabras formando un triángulo.
Agricultura, Ganadería y Pesca.
-¿Que significa todo esto? -pregunté.
-Son tres transplanos -.
-¿A dónde quiere llegar? -.
-Verás querida Itzel, se que no estás aquí trabajando por amor a tu padre o a CRUEL. Se que queréis huir de aquí. Pero la Tierra ya no es un buen lugar. No encontraremos una cura, y si lo hacemos será demasiado tarde. Estos tres transplanos se abrirán por 5 minutos en cuánto pulse un botón, sólo se abrirán por ese periodo de tiempo y luego desaparecerán para siempre. Si los cruzais, os llevarán a un mundo mejor. Dada la energía que se utilizará al abrir los tres portales, la instalación se quedará sin electricidad, por lo que probablemente los raros tendrán mucha más ventaja para entrar, y no me cabe duda de que lo harán.
Sí lo conseguís llegaréis a un mundo libre de la llamarada. Y ahí podréis continuar vuestra vida en paz, y avanzar con la raza humana -me quedé callada, tenía el mapa que nos habían dado al principio para indicarnos nuestras instalaciones y Ava me marcó el lugar donde se abriría cada transplano.

Con cautela me dirigí a la habitación del grupo B y una vez allí reunidos les expliqué el plan y lo decidimos llevar a cabo.
También se lo explicamos al grupo C y estuvieron de acuerdo con nosotros.
La ministra Ava anunció a todos que abandonaba el puesto. El Brazo Derecho al darse cuenta de la noticia no tardó en asaltar las instalaciones. Era de noche, y por la mañana cruzaríamos el transplano hacía nuestra nueva vida.
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Escuché una fuerte explosión que hizo saltar una alarma. Me desperté sobresaltada y todas nos vestimos rápidamente. Salimos de la habitación y nos dirigimos corriendo a la habitación del grupo A. El grupo C llegó hacia nosotros. No paraban de escucharse tiroteos y sabía que había llegado la hora.
-Voy a buscar a la ministra Ava -dije.
-Que cada uno se situe cerca del transplano que acordamos -ordenó Thomas.
Corrí hacia su despachó y al girar el pasillo me encontré con Brenda apuntándome.
-Voy a buscar a Saúl -dijo, y desapareció al girar el pasillo.
Entré al despacho de la ministra Ava y allí se encontraba ella.
-Ha llegado el momento -dijo apenada, llevaba una pistola en la mano.
Sacó un mando donde había un botón rojo en el centro, que sería la llave hacía el paraíso. Se apuntó con la pistola en la cabeza.
-¿Qué hace? -pregunté y corrí hacia ella. Pero fue en vano, apretó el gatillo y dejó caer la pistola junto al mando, que al caer presionó el botón dejando abrir los transplanos. Acordamos que al abrirse, habrían dos personas vigilando para que ningún raro o alguien indeseado entrase. Ahora todo iba contrarreloj.
Cogí la pistola y corrí lo máximo que pude hacía mi destino.
Al girar el pasillo me encontré con Janson. Y los dos nos apuntamos con la pistola.
-¡Sabía que tú eras la causante de todo esto! -dijo con rabia, y en ese momento todo se tornó borroso.
Había explotado una bomba provocando el derrumbe del pasillo. Mis oídos pitaban y mi cabeza daba vueltas. Me reincorporé como pude cuando noté que alguien me cogía del pie. Era Janson, y había sido aplastado por el techo. No pude evitar que los ojos se me inundaran. Disparé contra su cráneo y salí corriendo. Divisé el transplano que me tocaba, Minho estaba vigilando y cuando lo vi noté una chispa de esperanza.
Noté que alguien me pisaba los talones y al girarme disparé contra un raro. El techo se derrumbó ante mi, dejándome aislada del transplano.
-¡Itzel! -escuché gritar a Minho.
Desesperadamente, busqué una salida de allí y me dirigí a otro transplano que estaba unos pocos pasillos más lejos. Corrí con todas mis fuerzas y allí estaban dos personas del grupo C vigilando el transplano. Vi como entraban y desaparecían al cruzarlo. Eso significaba que estaba a punto de cerrarse.
Con las fuerzas que me quedaban, corrí y lo atravesé, cerrándose detrás mío para siempre.
Había logrado pasar el transplano y mi corazón latía a mil por hora recorriendo gotas de sudor por mi cara. Levanté la vista. Dejando ver el rostro de una persona y el sitio que me rodeaba.

Unidos por CRUEL (Minho, TMR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora