Unidos por CRUEL (Minho, TMR)

Cap.34 CRUEL

En capítulos anteriores: Itzel se entera que Brenda y Jorge trabajan para CRUEL y ella recupera sus recuerdos.
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Desperté bruscamente en la camilla. Tenía demasiada información que procesar. Mi respiración era agitada y notaba gotas de sudor recorrer  mi frente. Estaba conectada a un tubo de suero, lo quité cuidadosamente de mi vena e intenté levantarme. Mis descalzos pies tocaron el frío suelo, pero al segundo me mareé y me fue imposible mantenerme. 
Podía recordar que tenía família. Mi padre, Janson. Podía recordar canciones y lo que pasó en este mundo.
-Itzel, veo que te has despertado. ¿Cómo te encuentras? -preguntó Helen, la enfermera, entrando por la puerta sacándome de mis pensamientos.
-Supongo que bien...Aunque un poco mareada -le respondí.
-Me alegro -y me dedicó una amable sonrisa. -Escucha... Se te han devuelto tus recuerdos por un motivo. Tu padre quería que los recuperaras. Y que nos ayudaras.
-¿Ayudaros? -pregunté.
-Si, a encontrar una cura -.
-He tenido que estar tres años encerrada en un laberinto dónde podría haber muerto como experimento vuestro. ¿Y queréis que os ayude? -dije.
-Yo sólo soy la enfermera de este lugar. Eso díselo a los que están a cargo aquí -.
-¿Cuánto tiempo he estado dormida? -pregunté.
-Unas cinco horas -respondió.
-¿Puedo ducharme? -le pedí.
-Claro -dijo, y me señaló el baño que estaba al lado de la enfermería. Después se fue, no sin antes de haberme encerrado con llave.

Me dirigí al baño a paso lento. Estaba todo preparado para mí. Me bañé y después de un largo rato volví a la habitación dónde estaba la camilla. Me senté en ella, pensando que hacer o como escapar de aquí.
Alguien abrió la puerta, y al cabo de un rato me encontraba en el despacho de Janson. Sentada en una silla frente a él. Nadie decía nada.
-¿Te vas a dignar a hablarme? -le pregunté.
-Veo que tus recuerdos han sido un éxito -dijo. Siempre tratándome como experimento.
-Eres un gilipollas -le espeté bufando.
-Así no vas a conseguir nada -dijo calmado.
-No me arrepiento de lo que hice -dije. Pero el se quedó callado. -Estaban sufriendo, y yo acabé con su sufrimiento. En vez de que las siguieras tratando como loco -.
Volverás con tus compañeros -dijo desviando el tema. -Pero no le contarás a nadie sobre tus recuerdos -.
-¿Gracias? -dije.
-Escucha tienes suerte de que te esté tratando como sujeto, porque podrían haberte pasado cosas peores -dijo señalándome y mirándome con una mirada dura y desafiante. Llamó a los guardas y me llevaron a la habitación. Me empujaron bruscamente y cerraron la puerta.
Al levantar la vista me encontré con mis amigas.
-¡Itzel! -exclamó Heather y vino corriendo a abrazarme.
-Te han dado un buen puñetazo -dijo Harriet acercándose.
Estuvimos encerradas por el resto del día. Conversaron entre todas y se dispusieron a dormir. No quise hablar con ellas. En mi cabeza solo aparecían recuerdos. En como nos habían mentido, y en cierto modo lo seguían haciendo.
Y es que este mundo,o lo que queda de él, está lleno de hipócritas. Dónde los sinceros somos los malos.

Desperté y al cabo de un rato nos abrieron la puerta para ir a desayunar. Quería escaparme de aquí, pero símplemente no podía. Saúl estaba en algún lugar de esta instalación de CRUEL, a mis amigos no les podía contar nada, y eso me dolía, además no podía huir al desierto y hacer como si nada pasara, ya que CRUEL me seguiría buscando. Descartada esa idea, seguía trabajando en un plan para dejar de ser experimentos de CRUEL.
Nos sentamos en una mesa con los chicos, a lo que por supesto más de una mirada se dirigió hacia mí. Reconozco que había un silencio incómodo. Hasta que Harriet se dignó a hablar.
-¿Nos vas a contar algo? -dijo parando de comer y fijando una mirada fría en mí.
-O símplemente  dignarte a hablarnos -dijo Sonya.
-No puedo -respondí seca sin apartar la vista de mi plato que no me apetecía nada.
-¿Por qué? -preguntó Heather.
-Sólo...No me dejan contarlo -dije. Deseaba contárselo a gritos, pero símplemente no podía. Me habían obligado a no contarles nada. Si lo contaba vete a saber que me arían. Y eso provocaba una gran lucha interna dentro de mí.
-¿Qué te han hecho esos capullos? -preguntó Minho.
-Yo... -iba a responderle pero la puerta se abrió dejando pasar a Janson.
-Buenos días a todos -dijo saludando y posó unos segundos su mirada en mi provocando que me tensara.
-Itzel... -dijo Heather.
-Estoy bien -dije levantándome de la mesa y me dirigí a la puerta principal del comedor para irme, Janson estaba en frente, y pase dándole un pequeño codazo. A lo que el me agarró del brazo.
-Sueltame -le ordené.
-Dónde te cres que vas -dijo serio, y me solté bruscamente de su agarre.
-No te importa. Además no soy nada para ti -le espeté.
-Te equivocas, eres mi preferida -dijo sonriendo, como no.
-Claro... -dije y me fui del comedor.

Me dirigía a mi habitación cuándo alguien me agarró del brazo. Era Minho. Me solté y seguí caminando.
-No puedes hacer esto -dijo, y me giré para verlo.
-¿El qué? -le pregunté.
-Hacer como si nada te hubiera pasado -dijo acercándose a mí.
-No actúo así -.
-¿Qué pasa con Janson? -.
-No puedo contaros nada -.
-¿Ni siquiera a mi? -preguntó alzando las cejas.
-No... -dije cabizbaja,   y soltó una carcajada. -Pensé que lo más importante para ti era la confianza entre nosotros dos. ¿O te has olvidado lo que dice en tu tatuaje? -dijo.
-No. No me he olvidado -dije. Era Leal a mis amigos. Pero una lucha interna debatía en mi interior.
-¿Entonces? -.
-Mira... No me dejan contarlo -.
-¿Por qué? -.
-Si lo cuento me pueden pasar cosas...malas -.
-Te defenderé y protegeré. Si me lo cuentas -.
Me quedé pensando por unos momentos y lo llevé a la habitación. Cerré la puerta y suspiré. Él se sentó en una cama y me recolzé en la puerta.
-¿Y bien? -preguntó.
-Janson es mi padre -dije. Fue como quitarme un peso de encima.
-¿Qué? -dijo abriendo los ojos, obviamente no se lo creía. -¿Cómo lo sabes? -preguntó.
-Recuperé mis recuerdos, me obligaron -dije sin mirarle. Él sólo se quedó callado, deslizó su mano por su cabello y luego se dirigió a mí. Quedando a centímetros.
-¿Por qué no me podías contar eso? -.
-Me amenazó Janson. Sólo soy un experimento más para él -.
-Escucha...Lo solucionamos.¿Vale? -dijo, y asentí. Se acercó para darme un beso pero giré mi cara.
-Vete...Por favor -dije, y me aparté abriéndole la puerta. Se marchó y la cerré  de una patada. Me sentía frustada y cabreada. Me dirigí a mí cama y no pude evitar soltar unas lágrimas.
Alguien llamó a la puerta, y me levanté bruscamente secándome las mejillas con el brazo.