Prohibido enamorarme {Partes 1, 2 y 3}

Segunda parte. Capitulo 11.

Victoria estaba sentada en el mismo banco que unos días atrás Callie estaba sentada. No había salido de ese cuarto desde hace días. No había comido y solo había tomado una botella de agua. Estaba sucia y el cabello lo tenía despeinado. Solo dos finas líneas en su cara dejaban ver su pálida piel, a causa de las lágrimas.

Veía la escena una y otra, y otra, y otra vez.

Había llevado a Callie a esa habitación después de atraparla en casa de Daniel.

La había amarrado con cuerdas, que le habían dejado marcas en todos los brazos y los tobillos. Tenía sangre seca en las manos.

-Si te hubieras disculpado por todo lo que has hecho.-Las lágrimas le recorrieron las mejillas coloridas.-Hubiéramos podido ser amigas. Pero me quitaste a Daniel. Creí en ti. Creí en que tu cabellera rubia y tus buenos sentimientos eran verdad. Pero al parecer fui una tonta. Porque siempre has sido tu. Siempre has sido tu por la que Daniel lloraba. Por la que no me amaba por completo. Callie. Pero me encargaré de que eso ya no suceda. Todo dejará de ser azul para mí. Ahora todo será rosa... Un rosa bonito. Tu mundo se pintará de gris y el de Daniel será gris también, pero con una pizca de blanco.

Callie se asustó el corazón le palpitaba lenta y a la vez rápidamente.

-¿Qué harás, Victoria?

-Cierra los ojos.

Callie no hizo caso. Forcejeó contra las cuerdas pero lo único que logró fue dejarse cicatrices.

Victoria se alejó e hizo algo que Callie no alcanzaba ver por la poca iluminación. Regresó con una jeringa en las manos.

-No te preocupes. El dolor se quitará. Esta droga, Callie. Te lo quitará.

-¡No!

-Ayuda a olvidar. Un prototipo que mi padre me consiguió. No sabemos si funciona bien, por ser un prototipo. Pero lo intentaré en ti. Si funciona, bien, si no, también. Una vez que te inyecte esto. Daniel será un recuerdo borroso en tu mente. Todo será un recuerdo borroso. Solo recordarás eso con lo que has pasado más tiempo, como tu familia, o amigos muy cercanos.

-¡NO! ¡No quiero olvidar!-Se retorció en la silla.-Prefiero morir... Daniel es un recuerdo muy lindo. Demasiado hermoso. No lo voy a olvidar.

Estaba llorando, su mejor alternativa era morderse la lengua para que la sangre comenzará a salir y terminara desangrándose. Pero la punta de la inyección ya estaba en su antebrazo.

-¿Contamos? Uno, me olvidarás a mí. Dos,-Sintió el piquete encajársele.-Olvidarás a la hermana de Daniel, y a sus padres. Tres, olvidarás España y... A Daniel.

Sintió el líquido recorrerse por cada fibra de su cuerpo. La droga estaba adentro, no podía hacer nada, nada más que gritar y dormir profundamente.

•••

La madre de Callie lanzó los papeles por séptima vez.

-Debe haber algo...

-Mamá. No quiero que se separen, pero si no hay nada que puedas hacer para que ambas nos quedemos contigo, llévate a Cecillia, te necesita más.

-Pero Callie... No. No, las hijas se deben quedar con la madre, siempre. Aparte, seguro tu padre se casará de nuevo y tu tendrás que vivir con una mujer extraña... Y no. No, no, no.

El teléfono de Callie vibró.

Daniel

Anunciaba la llamada. Era la docena vez que este chico la llamaba. Callie lo había ignorado, pensando que se equivocaba de número, pero comenzaba a preocuparle.

-Mamá. Si un extraño chico te habla, ¿contestas?

-Sí. Claro, contesta. Voy a ... A la empresa. Claro. En la caja fuerte. Ya vengo.

Se llevó las llaves. Callie se sentó en un sofá de terciopelo rojo. El chico persistió, contestó.

-¿Quién es?

-Soy yo.-Una voz raramente conocida contesto del otro lado.-Callie... ¿Porqué me engañaste? ¿Porqué fingir ser alguien mas?

Frunció el ceño.

-Número equivocado.

Callie colgó. Dejó el celular en el sofá y salió del despacho. Tomó su bloc de dibujo y comenzó a dibujar unos ojos.

Los había visto en sueños pero no tenía idea de a que o a quien pertenecían, cual era su significado.

Los imaginaba en su cabeza, en cada rastro de su mente, sonrió.

De alguna forma u otra, esos ojos le provocaban una sonrisa. Recuerdos lindos, recuerdos hermosos.