Callie
El chico rubio y de ojos bonitos se acercó a mí con las manos en frente.
-Cálmate, Callie. Yo... Tú me conoces. No sé que te está pasando, o si lo estás actuando. Pero... Deténte. Mírame.
La mano con la que sostenía la navaja me temblaba. ¿Cómo había entrado ahí, quién se creía?
-No. No te conozco. No se quien seas, y no me interesa saber. Sal por donde hayas entrado, supongo que el balcón, y desaparece. Sino, te cortaré la yugular.
Noté su inseguridad. Su confidencialidad y confianza se destrozó. Se acercó a mi peinador y yo me alejé hasta el otro extremo, tanto que me pegué en la cabeza con mi librero. Un libro se cayó, pero siquiera volteé a verlo.
Tomó una foto del peinador.
-Soy este chico. El de aquí.-Sostenía la foto con todas sus esperanzas. ¿Quien era?-Fui tu novio. Nos amamos.
Tenía acento español. Había estado tan absorta que no lo había notado. Y, le recordó a algo, pero estaba segura de no haber tenido novios españoles.
-Nunca he ido a España, genio.
-Si has ido. Hace tres semanas estabas ahí. Te pintaste el cabello. No tengo idea de como volvió a ser negro. Pero era rubio. Te pusiste unas lentes en los ojos y cambiaste su color a azul. Te vestías diferente, actuabas diferente. Y no te reconocí por estúpido.
-Estás demente. Nunca me disfrazaría de otra persona. Que sea época de Halloween no significa que quiera disfrazarme y pedir dulces.
Los ojos le brillaban, estaba a punto de llorar. Entonces cambió su semblante pro completo.
-Bien, sí, lo que quieras, estoy demente... Yo, en realidad tengo novia, ella se llama Victoria. Es muy linda. ¿Sabes?
-¡¿Qué haces aquí entonces?!-Solté la navaja y cayó con un repiqueteo al suelo. La iba a levantar pero el la tomó antes que yo, me asusté.
-No te haré daño, mira.-la guardó nuevamente en el cajón.-Ya me voy. Te debo un helado.
Señaló con la cabeza el suelo, donde mi helado de chocolate se había estrellado.
-No me debes nada. Eres un psicópata. ¿Porqué te metiste aquí?
-Pensé que remorderías. Me equivoqué.
Salió por el balcón y agarró una cuerda, que estaba encajada en el suelo. Lo ultimo que vi de ese chico extraño fue su cabello rubio. Deseando no volver a verlo jamás.
•••
-Mamá.
Mi mamá parecía no haber dormido en días. Tenía el cabello rubio alborotado y los ojos caídos. Su vestido negro estaba desordenado, y tenía miles de papeles en el escritorio.
-Hija... Siento que...
-Ya te lo dije. No preocupes por mí. Tu quédate con mi hermana. Yo puedo vivir sola.
-Pero... Te voy a extrañar demasiado y, no puedes quedarte sola. Eres la menor de las dos.
-Tengo 18. Cumpliré 19 en una semana. Voy a estar bien.
La tomé de las manos y las apreté. Dándole mi apoyo.
-Gracias, Callie.-Se apoyó en mi hombro y sentí lágrimas en mi blusa.
-Siento romper el momento, pero...-Saqué la fotografía del chico y yo.-¿quién es este chico?
-¿Daniel? Oh. Fue tu novio, sí. Y luego se fue y terminaron la relación. Eso fue todo.
-¿Mi... Mi novio? Él no mintió.
-¿Qué?
-¿Sabes donde vive este chico? ¿Daniel?
-Sí... En otro continente hija, en España, Madrid.
-Pero estaba aquí hace unas horas. Tengo que buscarlo... Ya vengo.
-¿Callie?
-Tengo que recordar... ¿Porqué no lo hago? Ya... Ya regreso.
Salí del despacho corriendo, dibujando en mi mente aquellos ojos, aquel cabello, recuerda, Callie.
Recuerda.
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Prohibido enamorarme {Partes 1, 2 y 3}
RomanceCallie es una chica común y regular, aunque su familia no sea igual. Los últimos años de su vida se ha dedicado a la preparatoria. Sufrió una decepción amorosa que la dejó destrozada, y el único que ha estado ahí ha sido su amigo Thomas. Callie trat...