Segunda parte. Capítulo 27.

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-No tenían porque hospedarse en un hotel. La casa es muy grande para mí y hay habitaciones solas ahí.

-Lo consideraremos, pero por ahora... Sólo ve a ver a tu hermana y hazle saber que la apoyas, espero que esté despierta.

No recordaba bien si mi madre sabía lo de Cecillia. Aquella vez que la encontré en em baño. Pero hablaba como si ya lo supiera. Tal vez Cecillia decidió decírselo.

-Es aquí.-Mi madre sacó una tarjeta de su bolso y la insertó en la ranura de la perilla. La puerta se abrió y entramos a paso lento.

Cecillia estaba acostada en una cama con la cobija de franela por encima de la cabeza.

-¿Mamá? Ya son las 4:00 de la tarde. Debería estar despierta.

-Ése es el problema, cariño. No puedo sacarla de la cama.

Le pasé la cobija hasta las rodillas y la vi.

Tenía el cabello rubio despeinado y maltratado. Llevaba una ropa arrugada y de varios días. Tenía unas ojeras increíbles a pesar de estar durmiendo. Parecía desolada. Triste y rota.

Le tomé la mano y la estruje intentando que despertara.

-No iré a ninguna parte.-Respondió con la voz cortada.

Me alejé y mi madre me siguió.

-Está enferma.-Anunció mi madre, tensándose.

-¿Qué es lo que tiene?-No hubo respuesta. Mi madre estaba mirando el suelo fijamente.-¿Mamá? Tal vez yo pueda ayudar.

-Depresión. Callie, no podemos hacer nada. Le diagnosticaron unos anti-depresivos. Pero se rehúsa a tomarlos.
-¿Porqué está deprimida? ¿Es por su imagen?

-No. En donde vivimos... No la tratan nada bien. No tiene tantos amigos como aquí, no tiene con quien hablar. Eso la deprimió. Se siente sola allá. Es por eso que pensé que sería mejor venir aquí. Pero... No hace nada por mejorar. Le dije que llamara a sus antiguos amigos, pero no quiere. No sale de esa cama.

-Mamá... Entonces, ¿de todas formas regresarán allá?

Mi madre asintió.

-Allá tengo un trabajo. Una casa. Una universidad a la que está inscrita Cecillia. No puedo abandonar la vida que tanto tardé en construir.

-Pero... Si eso le hace daño a ella, ¿no crees qué es mejor que vuelvan a dónde ella se siente mejor?

-Sí... Por eso estamos aquí. Pero no podemoz quedarnos. Tenemos una vida allá.

-No deberían hablar de personas qje no están ahí para defenderse.-Mi hermana se levantó de la cama y tomó unas botas que abrochó en menos de un minuto.

-Cecillia.-Me dirigí a donde estaba y le di un fuerte abrazo que correspondió mientras hundía su cabeza en mi hombro, a pesar de ser más alta.-¿Cómo estás?

-Mejor. Ahora que estás aquí.-Nunca pensé que mi hermana, Cecillia, me estaría diciendo eso. La aparté de mi hombro e hice que me viera a los ojos.

-¿Porqué? ¿Porqué estás así? Tú no solías ser así.

-No puedo pretender ser algo que no soy. Esto es lo que soy.

-¿Depresión? No lo creo. Tú eres mas que esta chica que se esconde bajo las sábanas. Tú eres más fuerte. Eres la mejor de las dos. La más importante. ¿Recuerdas? Cuando te insultaba... Eran celos. Celos de tu confidencia y de tu personalidad. Eres Cecillia, una chica con buenos modales que les atrae a todos por el simple hecho de caminar a su lado. Eres la chica que siempre tiene algo que decir, aunque no sea bueno. Eres honesta. Eres valiente. Eres amable. Eres tú. Esa es la verdadera Cecillia.

-Callie... Gracias.-Me sonrió limpiándose unas lágrimas.-Y, ¿qué me cuentas? ¿Tú... Daniel?

¿Porqué todos preguntaban eso?

-Um... Amigos.

¿Amigos? ¿Eso era todo? No lo sabía.

Prohibido enamorarme {Partes 1, 2 y 3}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora