Segunda parte. Capítulo 24.

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Callie
No. No de nuevo. ¿Porqué me esta importando de nuevo? Esto no debería estar pasando... ¿Porqué me preocupa dónde esté? Oh, no. Él debe irse de mi vida. No debe estar en ella, porque me hace daño. Me hace mucho daño. Debo borrarlo de mi vida.

-Deja de pensar en eso, te hace daño.-Alex me miraba mientras yo me mordía las uñas.-Lo que sea que haya pasado con él, olvídalo.

-No puedo. Me sigue importando, Alex. Y no puedo borrármelo de la cabeza. Por más que lo intento el sigue ahí. Me odio tanto.

-Es amor. ¿Sabes? Cuando me gustabas, me sentía igual. Sentía que cada vez que te veía mi corazón se me salía del pecho y estaba a punto de abrazarte y decirte todo ahí mismo. Pero me contenía, y al final, no pude contenerlo más. Cuando me besaste, me ilusioné demasiado. Pero sabía que lo hacías en contra de ti misma. Y, bueno, no te lo voy a negar, una mini Callie sigue en mi cabeza, pero con el tiempo ella ya no existirá. Excepto como mi amiga.

-Siento el beso. E ilusionarte. Y ser como soy. Nadie me aguantaría. Solamente tú y Thomas me soportan.

-Es extraño que los dos hemos gustado de ti. Tal vez eso influya. Daniel también te soportaba, ¿no?

Mi mente se llenó de recuerdos, un nudo en la garganta se formó enseguida pero me lo tragué.

-Puede ser. Pero el siempre fue falso, siempre pensó en él. No le importaba el daño que me hacía, así que no cuenta.

-No deberías expresarte tan mal de el.-Dijo Alex señalando con la cabeza a la puerta del café en el que estábamos.

Daniel estaba entrando por la puerta con el celular en la mano y una pequeña mochila en un hombro. Al verme, noté su impresión, pero enseguida su mirada se tornó indiferente.

-¡Daniel!

-¿Qué demonios...?-Le susurré. Oh, no. No. Se estaba acercando, ¿porqué, Alexander?

-Hey.-Nos dio una leve sonrisa y su mirada se posó en el suelo.

-Callie piensa que antes de que te fueras, ella... Ya sabes, quiere despedirse.

-No, eso no es...-Estuve a punto de decir que era mentira, cuando Daniel me interrumpió.

-No tienes que darle problemas a tu amiga, ella no quiere verme y yo lo respeto.

-Ella quiere verte. ¿O no, Callie?

Alex enarcó una ceja y forzó la mirada.

-Quería disculparme. Así que pienso que es una buena idea vernos una última vez, más tranquilos.

-Si eso quieres, de acuerdo.

Daniel tuvo algo en sus ojos, tal vez esperanza, o tal vez el reflejo de la luz. Pero algo cambió en la mirada indiferente y fría de hace unos instantes.

-Entonces... ¿Los dejo solos?-Alex se deslizó por la silla y terminó de pie.

-¡No!-Espeté.

-No tengo mucho tiempo.-Terció Daniel.

-Yo tampoco.-Dije.-Es por eso que mañana es un mejor día para la reunión.

-Me voy mañana por la mañana. Es hoy, o es nunca.

Daniel acomodó su mochila en el hombro y desvió la mirada.

-Es hoy.-Contestó Alex.-Adiós, Callie. Gusto conocerte, Daniel.

-Si te vas, Alexander...

Pero ya se había ido. Y me había dejado un peso inmenso de incomodidad en la mesa.

Daniel se sentó y me miró directamente, desvié su mirada y tragué saliva.

¿Esto podía ser más incómodo?

Prohibido enamorarme {Partes 1, 2 y 3}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora