Prohibido enamorarme {Partes 1, 2 y 3}

Capitulo 27

¿Qué estoy haciendo aquí? Debería estar en se habitación pidiéndole disculpas. Cerré mi libro cuidadosamente y lo deposité en su respectivo lugar dentro del librero. Salí de mi habitación, las piernas me temblaban y un escalofrío me recorría de pies a cabeza. Toqué la puerta de su recámara. Nada. ¿Estaba ahí? Giré el pestillo de la puerta lentamente y la abrí. Solo había entrado a su habitación una vez, y fue cuando se había quitado la camisa frente a mi, por lo que siquiera me di el tiempo de ver lo que me rodeaba.

Era demasiado ordenado y limpio. Ni un objeto fuera de su lugar, la cama bien tendida, un escritorio con un ordenador portátil sobre el, al lado un par de libros y... ¿Un cuaderno? Me acerco lentamente y sin hacer el menor ruido posible, lo abro.

¡Lo sabía!

Era un cuaderno de historias... Bueno eso parece, tomo el cuaderno y salgo a hurtadillas a mi habitación. Ya ahí, me tumbó en mi sillón y comienzo a leer:

«Abro los ojos, estoy en mi habitación,

Gritos proceden de afuera, decido no ir.

Más gritos, pero ahora acompañados de

Golpes y llantos, es un

Infierno, no debería ser así, no

Podía ser así. Rechazo, hacia mi mismo

Y hacia los demás. Una barrera a

Mi alrededor impidiendo que los demás

La traspasen. La logran traspasar.

Me quedo acurrucado en una esquina,

Tratando de desconectarme de este mundo

Estoy seguro que a cualquiera que vaya

Estaré mejor que aquí.

Este remordimiento me mata y me

Consume lentamente, y yo no puedo

Hacer nada para evitarlo.

Suplico ayuda, no obtengo respuesta.

Gritos, golpes y llantos, pero ahora

No proceden de fuera, sino dentro

De mi mismo »

¿Esto escribía Daniel? Si lo hacía, en realidad estaba deprimido, doy la vuelta a la página y hay algo más, otros versos. Pero están incompletos...

« Ella es hermosa, yo soy un estúpido

La lastimo y es lo único que se hacer bien.

Este veneno que suelto me consume

Lentamente por dentro y por fuera

Tengo una jaqueca terrible

Pero tengo que seguir despierto,

aunque los mares se rebelen y la

Ciudad quede inundada, me mantendré despierto

Aún cuando el cielo se caiga, yo me mantendré

Despierto. Aún cuando las tormentas arrasen contra

La ciudad me mantendré despierto.

Por ella.

Porque la amo.

Porque le pertenezco.

Aunque ella no lo sepa yo...

¿Él había escrito eso? ¿A mi? No lo sabía. Pero algo tenía claro, era muy buen escritor. ¿Donde esta él ahora? Los versos estaban incompletos, eso significaba que lo acababa de escribir. Entonces... Será mejor que lo regrese a su lugar. Cerré el cuaderno y de la parte de atrás del cuaderno salió por los aires una hoja de papel, estaba doblada en dos partes, la abrí y era nada más y nada menos que el dibujo de la paloma que había dibujado semanas atrás. ¿Porqué la tenía el en su poder? Fuera lo que fuera, tendría que explicarme.