Novio Psicópata |Synyster Gates|

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Puse mi aviso y salí rumbo a la cocina, era la hora de la comida así que me quedé parada frente al buffet sin saber cual de todas las maravillas probar.
Tomé un plato y elegí un poco de sushi con un té bien helado, el lugar estaba lleno así que tuve que sentarme en una de las mesas donde solían comer los residentes de las suites.
Mientras comía, vi a Brian posicionarse en una mesa que se encontraba aproximadamente a cuatro metros de mí con una chica de cabello morado. Empecé a comer rápidamente y me levanté furiosa, mis zapatos emitían un ruido al caminar tan rápido. Escuché una voz pronunciar mi nombre seguido de mi apellido pero seguí caminando hasta que me tomaron del brazo.

—Dayan Weldon, con que haciéndose la sorda—me giró para darle la cara.
—McKenna Haner—dije y respiré hondo.

Segundos después ya estábamos abrazadas pegando saltos y gritando como dos amigas que se han ganado un viaje a su lugar favorito en todo el mundo.
Mientras nos dábamos miles de abrazos y besos noté la presencia de Brian mirándonos tratando de disimular una sonrisa, la cual le regalé y finalmente me devolvió.
Tomé mi asiento mientras que Kenna —como yo le decía—, estaba sentada en la silla de al lado contándome como le había ido en su viaje a Inglaterra para conocer a un supuesto novio que había hecho en Internet el cual era publicista, fotógrafo y gustaba de publicar fotos de McKenna modelando algunas líneas de ropa importantes. Al parecer ella quería parecerse a su hermano.
Las horas pasaron rápidas ya que McKenna Haner era un estuche de monerías y sorpresas, con cada una de sus historias se te podía pasar el tiempo volando.
Eran las ocho de la noche, Drake estaba listo para tomar el turno vespertino y yo completamente lista para irme a casa a descansar.

—Creo que te veré después Kenna—le dije alborotando su cabello.
—¿No quieres ir al bar?—dijo e hizo puchero.
—Me encantaría pero suceden muchas cosas vergonzosas cuando bebo y no vas a querer escuchar a la gente diciendo "la recepcionista del hotel Haner Legacy ha sido encontrada debajo de un puente con sustancias ilegales en su cuerpo". —le dije riendo.
—La verdad si me encantaría—dijo pensándolo—solamente no te des una sobredosis porque no sabría que hacer sin mi cuñada favorita.

Me sonrojé de inmediato, miré a Brian exactamente cuando abría por completo sus ojos al escuchar eso y se dirigió a la sala del hotel, apenado.
Fui hasta el baño más cercano y saqué un pequeño bolso con maquillaje, la verdad no era como las chicas como McKenna que pueden ir por la vida al natural. Yo tenía un problema conmigo misma y no me sentía del todo bien con mi físico aunque no siempre fue así. Mi ex novio quien también era mi ex mejor amigo fue el causante de mi inseguridad, me daba una expectativa hermosa sobre la vida y sobre mi hasta que cayó en los enredos de mi hermana, Katya Weldon.
Después de aplicar la base de maquillaje, coloqué un sellador y mi delineado favorito. Di a lucir mis pestañas lo más que pude y me miré una última vez.
La voz de McKenna me sacó de mis pensamientos, contuve las lágrimas para no llorar. Guardé todo en el bolso y salí.

—Vamos Dayan—dijo tomándome de la mano.

Subimos al hermoso Camaro, el olor de los asientos de piel tal y como lo recordaba. Compartí el asiento trasero con McKenna mientras ella hablaba con un toque de emoción, típico de ella. Brian nos veía por el retrovisor mientras arrancaba el auto.

—Iremos a casa de mi hermanito para que te pruebes la ropa que traje. Brian nos esperará en el auto, por ahora las empleadas están escogiendo los más lindos conjuntos y vestidos—dijo con ternura.
—Yo... ¡McKenna Haner siempre metiéndome en aprietos!.—le dije con cara de enojada pero después sonreí para que viese que sólo bromeaba.
—¿Y qué carajo saben las empleadas sobre vestidos carísimos y bonitos?—preguntó Brian con cierto egocentrismo.—Ellas dirán que todos son lindos.
—Cállate, ¿no te da vergüenza que Dayan se de cuenta de lo fastidioso que eres?—bufó McKenna molesta.