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Me había golpeado y eso nunca se lo iba a perdonar.

—Te vas a venir a vivir conmigo.—dijo tomándome la mano para llevarme al automóvil.

La gente comenzó a salir, no quería hacer un espectáculo. No en la despedida del cuerpo de la tía Alice.
Nos daban sonrisas como sí les gustara vernos juntos. Me subí al auto sin decir nada, ajusté mi cinturón y seguí llorando. Podría parecer una ridícula pero me estaba doliendo psicológicamente y no de manera física.

—Sí tanto me amas, prométeme que no le dirás a nadie. Esto nunca pasó, yo nunca te golpeé mi amor.—dijo sonriendo.

Me quedé mirando todo el camino mis manos, no lo podía ver a la cara.
Era la primera vez que alguien me hacía sentir atemorizada.
Brian era tan raro, sonreía en situaciones en las que debía comportarse serio, me había golpeado y no mostraba interés en disculparse.
Llegamos a su casa, caminamos lentamente hasta su habitación. Su mano se mantenía en mi espalda mientras subíamos las escaleras.
¿Porqué no solamente me daba la vuelta y salía?, me iría para siempre de su vida como todos estos años.
Había algo que me detenía, tenía miedo.
Él se fue dejándome sola en el lugar donde casi nos entregábamos hace unas horas. Revisé sus cajones y saqué una de sus camisas para ponérmela.
El ruido del pedal de una batería me asustó.
Empecé a inspeccionar la casa en búsqueda del sonido, en algunos cuartos de distancia se encontraba Brian tocando como si intentara tranquilizarse.

—Hola.—musitó sin dejar de ver los platillos.
—Hola.—respondí entrando y cerrando la puerta tras de mí.—Tomé tu camisa prestada, supuse que no me llevarás a casa.
—Estás bien aquí.—dejó de tocar y me miró.—Acércate.

Caminé dudando hacia él, colocó las baquetas a un lado y me abrazó.
Seguí mirando el lugar, cuadros bien diseñados por doquier, guitarras eléctricas y acústicas. Un bajo, miles de cables conectándolos hacia amplificadores.

—Toca algo Dayan, como en el festival de la secundaria.—dijo dándome una guitarra.

Asentí y comencé a tocar Yellow de Coldplay mientras Brian me seguía con la batería.
Ambos nos mirábamos, él intentó afinar su garganta y yo empecé a reír sin dejar de tocar.

—Your skin, Oh yeah your skin and bones...Turn into something beautiful. Do you know...—cantaba hasta que lo interrumpí.
—You know I love you so.
—You know I love you so.—dijimos al mismo tiempo.

Suspiramos, dejamos las cosas en su lugar y salimos en dirección a la cocina, la cena estaba servida. Por un momento creí haber olvidado lo que Brian me hizo.
Habían cocinado un pavo, a mí no me gustaba. Al menos nunca lo había comido y me daba morbosidad probarlo.

—Prueba—dijo dándome un tenedor con un trozo.
—No puedo.—dije nerviosa.
—Vamos, con la comida no se juega.

Al final terminé comiéndomelo, subimos a la habitación y esperé a que Brian de durmiera profundamente.
Me abrazó y me cubrió con las sábanas.
Estaba lista para escapar.
Volví a ponerme mi camisa ya que llevaba la de Brian, le dí un último beso en la frente y susurré un "adiós" lleno de melancolía.
Caminé hasta la puerta asegurándome de hacer el menor ruido posible, giré la manilla pero ésta estaba asegurada.

—¿Acaso ibas a alguna parte?, mañana iremos a enterrar a tu tía Alice y no vas a querer llevar otro golpe en la cara, ¿verdad?. Ahora regresa a la cama y duérmete.

Novio Psicópata |Synyster Gates|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora