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—Suéltame, Elwin.
—¿Cómo me llamaste?.
—Elwin.

Cerró la puerta enojado y me hizo chocar contra la pared, sus manos en mi cuello me estaban asfixiando. Gemí intentando tomar aire, mis pies se desprendían del suelo y Brian sonreía.

—No me vuelvas a decir así.—advirtió, me dejó caer y recuperar oxígeno.

Caminé hasta él y le di una patada en su zona baja, cayó de rodillas en el vitropiso.
Buscó entre sus cajones y sacó una caja, me abrazó y sentí un piquete en el brazo.

—Brian, por favor.—rogué.—No...
—Descansa.

Salí corriendo hasta el ascensor rumbo a la habitación aunque no era buena idea, el sedante comenzaba a hacer efecto y caí justo antes de entrar.

***

Había despertado en un lugar oscuro, deseaba estirar mis brazos pero no podía. Me habían atado.
No me sentía en condición de gritar así que no lo hice. La luz emitió un sonido de eco al ser encendida, grité. Era un sótano visiblemente grande, la escalera rechinaba indicando que alguien estaba bajando. Brian caminaba hacia mí, no llevaba camisa, sólo su pantalón e iba descalzo junto a una tablet en manos.
Se quitó el reloj y lo aventó lejos, se escuchó horrible. El lugar apestaba a muerto, a medida que se acercaba comenzaba a fundirse con el perfume de Brian.
El lugar se basaba en una mesa grande de mármol, algunos objetos extraños y antiguos que parecían sacados de una película de terror.

—¿Qué hacemos aquí?.
—Te traje aquí para que hablemos, estoy casi seguro de que estás embarazada, amor. Yo no quiero a ese bebé.—contestó.
—¿Y si lo estoy que pasará?.—pregunté.
—Aborto.—me dijo, se acariciaba la sien con frustración.—y ya cállate, me estresa la gente preguntona.

Me pasé una mano por el vientre, no quería un hijo, al menos aún; pero estaba dispuesta a tenerlo por Brian. Ahora que si lo tenía, él no lo iba a querer. Todo era tan confuso.

—Este será nuestro hogar porque en lo personal me gusta mucho. Sesión fotográfica de los próximos esposos Haner en dos horas.—corrigió en su tableta electrónica.—Tu madre ha mejorado, tu padre está trabajando en una mueblería con el estúpido de Jonathan, tus amigos Ivon y James se han quedado en el Haner. Por cierto, ¿te dije que vendí varios condominios?, Uhm... Sí, lo hice pero estabas dormida. Vaya que dormiste más de lo esperado.—dijo sin despegar la vista del aparato.
—Brian...—dije en voz baja.

No tenía ganas de discutir, no sentía algunas partes de mi cuerpo. Sólo miraba a Brian pero parecía estar alucinando.
Comenzó aprovechándose de mi falta de movimiento para hacerme suya, de igual manera aunque pudiera moverme sé que lo haría.
Por fortuna y gracias al sedante no sentí mucho, me dediqué a mirar sus expresiones y escuchar la magnitud de sus gemidos que se hacían fuertes por la soledad y encierro del lugar.
Me metió a la ducha con él, me abrazó y me bañó. No estaba totalmente en mis sentidos como para mantenerme de pie en su totalidad.
Colocó mi ropa interior y después un vestido carmesí.
Fuimos en el auto hasta un hotel, diferente al Haner pero casi igual de elegante. Algunas mujeres se encargaron de mi peinado y maquillaje, otras brincaban de desespero por peinar a Brian mientras que él decidió que lo peinara un hombre.
Fotos, flashes por todos lados. Miles de fotos para que al final sólo seleccionaran unas diez.
Fotografos donde sea, pero había uno que llamaba mi atención constantemente con el flash, Jonathan.
¿Qué quería Jonathan aquí?.
Me hacía un ademán para que saliéramos por la puerta trasera pero si Brian lo veía, lo mataría.

—Dayan, dame un momento. El gerente quiere hablar algo conmigo.—dijo Brian—Puedes quedarte aquí, yo volveré en unos minutos me han dicho que quieren hacerte una sesión de fotos sólo de ti. Ya regreso.—me dijo y salió casi corriendo.

Me tomaron aproximadamente cinco fotos y se pusieron a platicar.

—Suficiente, gracias chicos.—dijo Jonathan dejándole la cámara a un colega.

Tomó mi mano y me sacó de la habitación.
Quería protestar pero no me dio tiempo para hacerlo. Sus labios estaban sobre los míos y por alguna razón no quería que se detuviera.
Me había rendido, ahora todo estaba tan claro...

Nadie podría compararse a Brian.


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Novio Psicópata |Synyster Gates|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora