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Dedicado a MelHaner que pidió otro capítulo :).

Me llevó hasta el ascensor, pero en vez de bajar estábamos subiendo. Cuando se detuvo me empujó fuera de éste hasta una habitación, visiblemente la más lujosa.

—Ven aquí.—me arrojó a la cama, al parecer tenía un gusto por ello.

Comenzó a chocar su sexo contra el mío por encima de la ropa mientras devoraba mis labios en un extasiante beso, provocando un rotundo deseo. Esto definitivamente estaba mal, causaba un mar de sentimientos en mí. ¿Cómo podría llamarle a esto?, me sentía tal y como él. Sin sentimiento alguno, además de la lujuria. Pero eso no era un sentimiento, si no un pecado y al parecer Brian amaba pecar.
Quitó su cinturón y ató mis manos detrás de mí espalda con éste, se desabrochaba con entusiasmo el pantalón, la pistola cayó al suelo. Su cara mostraba picardía, sus labios entreabiertos tomando aire, su pecho subía y bajaba.
El teléfono comenzó a sonar mientras que él se dedicaba a besarme llevando mi mano hasta su miembro para continuar motivándolo.

—Contesta.—dije con vergüenza, me daba repugnancia el haber llorado tanto como para ahora encontrarme en esta situación.
—No quiero.—dijo bajándose el bóxer, enseñándome su masculinidad.

El rencor de nuevo volvió a mí, nunca iba ser igual. Nunca iba poder mantenerme bien emocionalmente, no otra vez.

—Eres mía, solamente mía.—mordió mi cuello.—me perteneces.—me miró—vamos, dilo.
—S-soy tuya.—sollocé.
—Agh, no.—suspiró.—No comiences a llorar.

Quitó mi pantalón e hizo mis bragas a un lado, comenzó a penetrarme. Sus brazos acorralándome mientras sentía que los míos se quebraban al tenerlos atados y el peso de Brian sobre mí.

—Eres tan deliciosa.—jadeaba, sus gemidos me parecían traumantes, su labio parecía sangrar de tanto morderse.

Sus venas se hacían notar a medida de que lo hacía más rápido. Mi centro ardía, sus manos clavadas en ambos extremos de mi cintura.
Mis ojos lloraban a la vez que tenía un orgasmo, Brian comenzaba a moverse rígido echando la cabeza hacia atrás. Sentí el líquido espeso corriendo por mis muslos. Desató mis manos y se acostó en mi pecho.

—Que increíble.—musitó antes de dormirse.

Minutos después lo hice a un lado, me desnudé y me metí a la lujosa bañera. Comencé a llorar lo más bajo que pude mientras lavaba por completo mi cuerpo. Me miré en el espejo. ¿Cómo ese hombre podía desearme?, tanto llorar me había destrozado. Mis ojos hinchados y unas ojeras horribles.
Los huesos de mis caderas se empezaban a notar debido a que perdía el apetito.
Me envolví en una toalla y caminé hasta la ventana pero pisé algo frío. Era la pistola de Brian.

—Piensa bien lo que haces.—susurré para mí misma.

Brian se movió, escondí la pistola detrás de mí y abrió los ojos. Me miró con pocas ganas y estiró sus brazos para que me acostara y lo abrazara.
Me coloqué junto a él, poniendo con cuidado el arma bajo la cama y me envolvió en sus brazos, transpiraba olor a perfume. Nos miramos a los ojos por unos segundos.

—Dayan...—acarició mi barbilla y me dio un pequeño beso—yo te amo.—sonrió.

Novio Psicópata |Synyster Gates|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora