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—Despierta.—dijo mi padre moviéndome, me había dormido en el sofá.—Cámbiate que ya nos vamos.—intentó sonreír dándome a Pinkly.—Mira como ha llorado, le afectó más que a nosotros.—le susurró a mi mamá.

Me levanté caminando hasta mi habitación, llevé la mano a mi zona baja. Enserio me dolía. Me sentía tan vacía, como si me hubieran arrebatado lo que más quería. Y lo hicieron, me arrebataron al Brian que adoraba y lo habían remplazado por una bestia.
No puedo mentir, lloré en la ducha y en cada rincón que pude pero no me lograba sentir mejor.
Katya se puso el vestido que "la bestia" envió, yo solamente elegí ir toda en color negro a excepción de una camisa gris debajo del suéter.
Llegamos al cementerio, las personas rodeaban el ataúd. El día estaba nublado pero no llovía, mis ojos lloraban pero no por la muerte de mi tía.

—Vamos Dayan, sé que no llorarías así por Alice.—dijo Katya en voz baja, miré detrás de ella. Estaba Brian Haner mirándome con furia, me subí las mangas del suéter para pasar desapercibido mi nerviosismo.—pero mira nada más tu brazo, ¿tuviste sexo duro con ese animal?.—rió. Quizás me quería hacer sonreír,algunas personas nos miraron.

Me retiré enojada, escuchaba el crujido de las hojas detrás de mí. Me giré y me encontré con la bestia—adjetivo que me venía a la mente al verlo.—parecía radear felicidad, seguí caminando hasta que me tomó del brazo y me atrajo hasta él haciendo que nuestros cuerpos chocaran.

—¿Porqué no llevas puesto el vestido que te envié?, se lo he visto a la zorra de tu hermana. No me gusta ese pantalón, los hombres no dejan de verte el trasero.—acariciaba mi cabello y se detuvo a besar mi frente.
—¿No te parece suficiente daño?—interrogué rompiendo en llanto, otra vez.
¿Daño?, ¿de qué hablas?.—metió sus manos en los bolsillos su pantalón, llevaba un traje negro.
—Me arruinaste la vida.—dije con la poca voz que me quedaba.
—Solamente te hice el amor.—sonrió y se acercó a mi oído.—y te lo haré cuantas veces sea necesario para hacerte saber...—retiró el cabello que cubría mi oreja.—para hacerte saber que eres mía.

Me tomó la mano para llevarme hasta con mis padres, me daba repugnancia el hecho de que me tocara.
Se paró detrás de mi papá y me hizo una señal de silencio.

—Sí tú le dices a alguien lo que pasó.—susurró.—verás como las personas que amas pasan de una en una por esto.—formó una pistola imaginaria con sus dedos y la posó en la nuca de mi padre.
—Estás demente.

Negó con una sonrisa y me indicó que mirara su cinturón, llevaba una pistola de verdad.
Mi padre volteó a vernos, Brian de inmediato se acomodó la camisa escondiendo el arma.

—Señor Weldon.—dijo Brian con esa formalidad que tan bien le salía.
—Dígame, joven Haner.
—Dayan está muy mal por está situación, ya sabe...—rascó su cabeza y señaló el ataúd.
—¿Te la vas a llevar?.—preguntó mi padre mirándome con cariño.
—Sí, antes de que se ponga peor.—dijo entrelazando nuestros dedos.

Mi padre asintió, Brian me llevó hasta su auto y nos fuimos del cementerio sin que me pudiera despedir de la tía Alice.

—Muero de hambre.—exclamó Brian mirando la carretera, yo ni siquiera le contesté.—Y no precisamente de comida.—dijo deteniendo el auto.—De ahora en adelante las cosas van a cambiar.
—Ya veo.—miré sus ojos, no podía entender que le estaba pasando.
—Eres mi novia y nos vamos a casar cuando te lo pida, así mi padre me cede su puesto más rápido. Tranquila, te compraré todo lo que me ordenes. Me fascina gastar.—metió su mano entre mis piernas.—pero tú... tendrás que darme algo a cambio y por favor, que sea sin lloriquear. Me gusta que pongas resistencia, pero tu llanto es demasiado.

Arrancó el auto sin dejar de toquetearme, me moría de asco. Pero me tenía amenazada con su arma, y no sólo a mí si no a toda mi familia.
Llegamos al hotel, tenía que dejar un portafolio en la sala de juntas pero no me quería dejar sola en el coche. Me llevó de la mano hasta la sala de juntas, incluso Josh se sorprendió de vernos así, no quería despegar la vista del suelo. Brian entró y yo me quedé afuera ésta.

—¿Son novios?—preguntó Josh acercándose, ladeó su cabeza para verme a la cara, seguía llorando.
—No.—dije mirando al suelo.
—Sí.—respondió Brian saliendo de la sala.—Próximamente, marido y mujer.—me dio un beso en la frente y me abrazó.
—Yo...no lo sabía.—dijo pero se le interrumpió.
—Como sea, ahora si nos disculpas. Tengo que llevar a mi mujer a casa, para hacerle el amor.
—Ese es mi hijo.—alabó el señor Haner saliendo de la oficina, había escuchado todo lo que Brian había dicho.—No les quites tiempo Josh, deben tener prisa.

Novio Psicópata |Synyster Gates|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora