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La puerta a punto de ser derrumbada, me miro una última vez en el espejo.
Un vestido de novia, el peinado y maquillaje perfecto. Un anillo increíblemente caro. Una casa de ensueño junto al hombre que amo.
Abrí la puerta, Brian estaba parado y sus ojos brillaban al verme. Corrí y lo abracé, nunca imaginé que se pudiera ver más bello de lo usual pero esta noche, se veía completamente sublime e inexplicable.
Su traje de novio le quedaba a la perfección.

—Te ves tan hermosa que no quisiera esperar un minuto más.

Parándose detrás mío coloca su mano en mi espalda y comienza a desabrochar el vestido rápidamente, las manos le tiemblan. Quedando en ropa interior me siento en la cama mientras que él empieza a desnudarse enfrente de mí. Mis piernas se abren recibiendo sus caderas, nuestras prendas chocan aumentando la temperatura. Me impulsa sin soltarme para arriba y quedamos perfectamente en la cama.
Esto es una locura porque nos están esperando para casarnos por el civil, ¿no puede esperar unas horas más?.
Rompe mis bragas con ambas manos y desata el sostén como por arte de magia.
Sus manos moldean mi cintura y su lengua juega con mis pechos. Nunca había disfrutado tanto de Brian.
Siento su erección golpear en mi muslo. Se siente tan caliente, como él. Brian se quita de encima y me arrodilla con mis piernas a los costados de las suyas. Sujeta mi cabello mientras besa mi cuello, sus dedos se apoderan de mi centro volviéndome loca. Acaricia mi cabeza indicándome que desea mis gemidos en su oído.
Ahora estoy otra vez abajo, separa mis piernas y siento su respiración en mi coño. Sus labios empiezan a devorar los míos, introduce su lengua haciéndome temblar.
Jadeo de placer, siento que voy a correrme y se detiene.
Intercambia sus dedos y lengua por su miembro, aprieto sus hombros al sentir como me abro para él. Me corro con Brian dentro de mí, ahoga sus gemidos mordiéndome el cuello. Lo hacemos lento y con cuidado, quiero demostrarle todo mi amor.
Sus caricias, sus besos, me hacen sentir hermosa.
Al terminar nos levantamos, quisiéramos descansar pero se nos hace tarde. Ambos nos vestimos, baja primero para saludar a la gente que está en la sala esperándonos.

Escucho sonidos, me asomo por la ventana y veo a los invitados irse. Mi teléfono suena, lo contesto sin pensarlo.

—Asómate por la ventana, quiero ver tu dulce rostro una vez más.

Me asomo por la ventana y veo a Matthew con el teléfono en la mano, me saluda y se sube a su auto. Escucho la puerta principal cerrarse provocando un ruido estrepitoso, me asusto y le pongo llave a la de la habitación.

—¡Ábreme la puta puerta!.—grita Brian.
—¿Qué pasa?.—pregunto con la mano en la perilla.
—Abre la maldita puerta o te la voy a tirar encima.
—No hasta que me digas que sucede.

No quiero abrir, su tono de voz, sus gritos y los golpes me dan miedo.
Las luces de la casa se apagan, grito su nombre pero no obtengo respuesta.
Abro la puerta y Brian está con las manos llenas de sangre, al parecer se ha cortado.

—Brian, amor. ¿Qué te paso?.—digo pero su mirada me dice que no me acerque, no me responde.

Hasta que el silencio se volvió gritos.

Empezó arrojando todo a su paso, llegó hasta mí y rompió mi vestido con sus manos.
Jaló mi cabello hasta despeinarlo.

—¡Me engañaste con Jonathan!. Eres una zorra, una interesada de mierda. Una mentirosa. Nunca me amaste. Crecí esperando por estar contigo y me humillas de tal manera.

Reventó un jarrón en mi cabeza, sentía mis ojos moverse sin precisión. Mi nuca dolía y se sentía como si un enorme peso estuviese encima de ella. Sujetaba mi cara y me obligaba a verle a los ojos pero no podía hacerlo. En cualquier momento me iba a desmayar.

—Te odio, Dayan. Te odio.—sollozó.




Novio Psicópata |Synyster Gates|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora