Capítulo 8

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Cuando el receso terminó, volví al salón de clases.

El puesto de Bruno estaba vacío. Ni siquiera se porque estoy pendiente de él.

Me senté y empecé a recordar todo lo sucedido. No pude evitar derramar algunas lágrimas de ira.

—______, ¿te encuentras bien?— preguntó Miriam preocupada. Había olvidado que se sienta en un puesto antes que el mio.

—No, no estoy bien, Miriam— levanté la mirada.

—Anda, cuéntame que te pasa— sonrió con ternura.

Le conté todo lo sucedido a Miriam. En verdad habérselo contado a alguien me ha quitado un gran peso de encima.

—Es lo mejor que pudiste haber hecho, ______— sonrió.

—No lo creo, esta furioso— dije cabizbaja.

—Por algo siempre pasan las cosas, las mentiras siempre salen a la luz y se hace justicia— dijo segura de lo que hablaba.

Sonreí débilmente.

—Tal vez tengas razón— dije encojiéndome de hombros.

—Ya. No estés triste, hiciste algo bueno por él, ¿y como te lo agradeció?

—Es un...¡maldito!— dije golpeando la mesa.

Hizo un mohín.

—Si, luego te ayudaré con las ofensas— rió, tratando de animarme.

Sonreí, dejando escapar una pequeña risa. Siempre sabia como hacerme sentir mejor.

—Gracias, Miriam— la abracé por delante de la mesa.

—Recuerda, si te pide perdón y se arrepiente de corazón es porque merece que lo disculpes— sonrió y correspondió a mi abrazo.

—Gracias— dije de nuevo y sonreí.

El profesor de Álgebra llegó y todos tomaron asiento, excepto uno. Bruno no había llegado aún.

El profesor estaba a pocos segundos de empezar la clase pero tocaron la puerta, interrumpiéndolo.

—Adelante— dijo haciendo un gesto con la mano, sin mirar a la puerta.

—Gracias— dijo él. Que por mas que quisiera no lo podía olvidar su nombre.

Se sentó sin mirar a nadie ni pronunciar palabra alguna.

Efectivamente, estaba molesto.

Pensé en hablarle pero él se fue de inmediato, dejándome con las palabras en la boca.

*Narra Phil*

Caminé con Phred hasta salir de la escuela y nos encontramos con una escena inexplicable.

Jessica besándose con un tipo que no era Bruno.

Phredley notó la escena y decididos emprendimos marcha hasta la casa de Bruno.

(...)

—¿Qué pasa?— preguntó al abrir la puerta, sin expresión alguna.

—Bruno, tenemos que decirte algo— dijimos Phred y yo al mismo tiempo.

—Pasen y díganme— dijo del mismo modo.

Hubo un gran silencio antes de hablar, decidí decírcelo sin más.

—Vimos a Jessica besándose con un tipo desconocido.

*Narra Bruno*

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