Capítulo 31

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Desperté temprano. Como todo lunes.

Vanessa y yo tomamos el autobús para ir a la universidad.

—Hola, muchachas— escuché la voz de Phil.

—Hola, Lawrence— saludé abriendo mi casillero.

—¡Phil!— exclamó mi amiga.

—¿Qué tal?— sonrió y tomó a mi amiga por la cintura.

—Todo bien— sonreí.

Los dos sonrieron.

—Bruno te está buscando. Lo vi por el pasillo de allá— señaló Phil.

—Gracias, Phil— sonreí.

—Nosotros nos vamos o llegaremos tarde— dijo tomando la mano de Vanessa.

—Esta bien. Nos vemos— me despedí sonriente.

—¡Hasta luego!— exclamaron al unísono.

Terminé de sacar algunos libros de mi casillero y me dirigí a buscar a Bruno.

Caminaba por los pasillos hasta que alguien se cruzó en mi camino.

—¡______!— exclamó aquella voz.

—¿Mike?— pregunté aturdida —¿Cómo...¿Donde has estado?

—Por ahí— sonrió —He salido unos días del país por asuntos algo personales.

—Entiendo— respondí —No te veía por aquí.

Sonrió encogiéndose de hombros.

—¿Cómo has estado?

—Bien— sonreí —He estado bien.

—Me alegro— sonrió pero al instante cambió su gesto —¿Y donde está tu noviecito?

—No lo sé— fruncí levemente el ceño —Estaba por buscarlo.

—¿Y porqué tú lo buscas a él?— preguntó —¿Acaso está muy ocupado pensando en si mismo y por eso no puede atender a su novia?

Guardé silencio por un momento al notar de que Bruno nos miraba desde lejos y venía hacia nosotros a pasos rápidos.

En un abrir y cerrar de ojos, Bruno tenía una de sus manos rodeando mi cintura.

—¿Decías...?— retó a Mike con el ceño fruncido y el mentón tenso.

Mike miró a Bruno con profundo odio y los puños fuertemente apretados.

—Nos vemos, ______— dijo sin despegar los ojos de Bruno.

—Adiós— respondí y sentí como Bruno me apegó más hacia su pecho.

Se dio la vuelta y se fue por donde vino.

—¿Que hacías hablando con él?— dijo Bruno mirando el pasillo por donde Mike se había ido.

—¿No puedes tratar de llevarte bien con él por un segundo, Bruno?— dije apartándome de él.

—______, tú...

—¡No!— interrumpí enojada —¡No me puedes decir con quien debo hablar y con quien no! ¡Es mi amigo!

—Sabes que sólo trato de protegerte, ______— dijo intentando tomar mi mano.

—¿Separándome de mis amigos?— exclamé apartándola.

—No te enojes, por favor— dijo suplicante —Sólo quiero cuidarte.

Estuve a una milésima de segundo por gritarle, pero me contuve.

Suspiré.

—Es mi amigo, Bruno— dije mirándolo fijamente —Y si han tenido problemas en el pasado traten de afrontarlos.

Sonrió burlón, negando ligeramente.

—No es tan fácil como parece.

—Voy a seguir hablando con él— dije decidida.

Suspiró y tomó mis manos.

—Pero si se atreve a hacerte daño yo...

—No me pasará nada— sonreí tomando su rostro —Lo prometo.

Me miró fijamente por unos segundos y luego me besó.

—Estaré vigilando desde lejos— dijo contra mis labios.

Llevó uno de sus brazos a mis hombros rodeándolos por detrás.

—Vamos o llegaremos tarde— dijo besando con dulzura mi sien.

Sonreí y pasé mi brazo por su cintura.

Y de esta manera caminamos hasta el salón.

*Narra Michael*

Me fui echando humo de la escenita, cuando sentí que me tomaron del brazo, jalándome hasta una esquina.

—¿Qué mierda...? ¿Jessica?

—Eres más idiota de lo que creí— me regañó.

—¿Ah si? Y...

—Silencio— puso un dedo por encima en sus labios —Tu sólo vas a hablar lo necesario.

—Supongo— me burlé.

—¡Se supone que debías de hacerle la escenita del siglo a Peter!— exclamó molesta —¿Qué no has entendido lo planeado?

—Pues claro— sonreí con autosuficiencia —Quieres a Peter porque desde que te mando a la mierda, tú y tu popularidad se hicieron cenizas. Y ahora no puedes arreglartelas sola.

—¡Imbécil! No he perdido popularidad, sólo quiero a Peter de vuelta y lejos de esa niñata.

—Esa "niñata" como le dices, es mejor y más sexy que tu.

—¿Qué parte de "Tienes que hablar sólo lo necesario" no has entendido?!

—Fue necesario— reí.

—Escúchame bien, Adams— amenazó —Esto nos conviene a los dos, si separamos a la niñata de Peter, tú la tendrás a ella y yo lo tendré a él. Lo único que tienes que hacer es enamorarla.

—¿Y cómo carajos voy a hacer eso? Peter la tiene bien protegida.

Rió.

—Hernández se va en unos días a Hawaii, y lo mejor, es que no llevará a la novia— sonrió maliciosa.

—¿Cómo te has enterado de eso?— pregunté.

—Eso no importa ahora. Lo que importa es que tu enamorarás a ______ y cuando Peter vuelva y se entere, estará disponible. Otra vez...











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