Me quedé inmóvil, atónita, petrificada en medio de todos, no sabía que hacer.
No podía salir corriendo de ahí, era él momento que más deseaba en toda mi vida, y ahora, sé que le gusto y no podría estar más emocionada.
Bruno me miraba con sus ojos brillantes y su preciosa sonrisa esperando una respuesta.
—Sí— respondí soltando mi emoción —¡Por Dios, claro que sí!
Los ojos de Bruno brillaban más que antes. Él me sonrió y luego me abrazó muy fuerte, demostrando él gran amor que sentía hacia mi.
Yo, sin duda, correspondí a su abrazo.
Me sentí la chica mas afortunada de todo el mundo, también sentía que explotaría por la gran emoción que me causaba.
Mi corazón latía muy rápido, hasta presentía que llegaría a escapar.Bruno posó su mirada en mi y sin soltarse, me besó. Un beso tierno y de puro amor. Un beso inolvidable.
Todos los alumnos, incluyendo a Phil, Vanessa, Phred, Miriam, Valerie y Samantha soltaron sus globos para que estos volaran por los aires para luego aplaudir muy fuerte.
Bruno me dio un corto beso y luego me miró.
—Gracias por hacerme el hombre más feliz de todo el universo. Te amo princesa.
Mi corazón empezó a latir más rápido aún, por un momento pensé que Bruno y yo éramos los únicos en todo el planeta, sólo lo veía a él.
—Yo también te amo, princeso— sonreí y luego le dí un pequeño beso en la comisura de sus labios.
—¡Felicitaciones chicos!— exclamaron todos nuestros amigos al unísono.
—Gracias— dijimos de la misma manera los dos.
Phil se aclaró la garganta.
—Por cierto todo esto lo planeé yo— bromeó.
—¡Callate!— le dijo Vanessa para luego golpearlo en el estómago con su codo —Todos ayudamos.
—¡Auch!— exclamó Phil mientras se sobaba el lugar donde ella le había golpeado.
Todos empezaron a reír, incluyéndonos.
—Sólo quería que este día sea el más especial de todos— dijo Bruno mirándome con ternura y amor.
—¡Awww!— exclamaron todos a la vez.
—Eres muy tierno enano— reí.
—¡Hey! Recuerda que soy más alto que tú— dijo Bruno para luego sacarme la lengua.
Todos volvimos a reír.
Después de unos minutos, todos se fueron a sus casas, excepto Bruno y yo.
—No podría estar más feliz— me dijo él —No puedo creer que en tan poco tiempo me haya enamorado pérdidamente de ti.
—Yo tampoco podía creerlo, hasta que me di cuenta de que esto era real— le di un beso en la mejilla.
—Quiero llevarte a un lugar— sonrió.
—Siempre me quieres llevar a todos lados— sonreí provocando que él tambien lo haga —¿A dónde iremos?— pregunté ansiosa.
—Es sorpresa, linda— guiñó un ojo —Ven— me tomó de la mano y me llevó a su auto.
Bruno condució por un gran tiempo mientras yo llamaba para avisarle a mi mamá que llegaría tarde.
Al cabo de unos minutos llegamos a un restaurante de comida mexicana.
Él tomó mi mano y juntos bajamos del auto.