—No lo sé— dijo ella —Simplemente no se agradan y ya— dijo llevándose su pedazo de pizza a la boca.
Fruncí mis labios.
«Eso explica porqué cuando estoy con Bruno, Mike no se acerca ni conversa conmigo. Y de la misma forma cuando estoy con Mike. Bruno no se acerca.»
—¿Qué pasa, ______?— preguntó.
Reaccioné al instante.
—Nada, nada.— dije distraída.
—¿Pensabas en Bruno?— levantó una de sus cejas.
—No— evité sonreír.
Sentí como me sonroje un poco. No mentía en verdad pensaba en él después de todo.
—No me mientas— me amenazó señalándome con lo que quedaba de su pizza.
Reí por lo bajo.
Vanessa rió. Yo me reí de la risa de mi amiga, y ella nuevamente de la mía.
—¿Por qué nos reímos tanto?— dijo entre risas.
—No lo sé— respondí de la misma forma.
Las horas pasaron y yo seguía conversando con Vanessa.
Mi madre y mi abuela demorarían en llegar ya que se fueron a una reunión.
—Tengo que irme— dijo triste.
—Esta bien— fingí llorar.
—No me extrañes, querida— cerró sus ojos.
—No lo haré— reí.
—Desgraciada— hizo un puchero.
—Adiós— me levanté de el sofá y la abracé.
—Hasta luego, ______— correspondió a mi abrazo.
Luego de que ella se fuera, limpié todo. Cuando terminé, subí hasta mi habitación y miré un poco de televisión.
Sonó mi celular. ¿Mike? Hace mucho que no hablaba con él.
—¡Mike!— lo saludé.
—Parece que alguien se olvidó de su mejor amigo— dijo con resentimiento.
—No seas resentido. Tu tampoco te acuerdas de mí.
—¡Te saludo todos los días!
—No cuando estoy con Bruno.
«¿Porqué dije eso?»
—Ese...
—Mike— interrumpí —Te recuerdo que él es mi amigo y lo quiero, no voy a dejar que lo trates así.
—¿Lo quieres más que a mi?
—Mike...
—Simplemente puedes decir que lo quieres más a él y ya.
—Mike, por favor, no empieces...
—¿Por qué estás siempre con él?
—No estoy siempre con él.
—Nunca estas conmigo.
—Mañana prometo que estaré contigo ¿si?
—¿Sin Peter?
Puse los ojos en blanco.
—Sin Bruno.
—Te veo mañana, linda. Adiós.
—Adiós.
¿Qué hay entre ellos dos?
Me di una ducha rápida y fuí a hacer tarea.