Mini-Maratón: (2/3)
*Narra Bruno*
Las clases por fin terminaron.
Es hora, me siento algo nervioso.
Espero y todo salga bien.
—¿Estas lista?— sonreí.
-¿A donde iremos?- preguntó devolviéndome la sonrisa.
—Es sorpresa— la tomé de la mano para llevarla a mi auto.
Corrimos hacia el estacionamiento y subimos a mi auto.
Ella subió y llamó a su mamá para avisarle que llegaría más tarde mientras yo subía y me sentaba.
—Que no se preocupe por ti. Siempre estarás segura conmigo— susurré sonriendo.
Ella se sonrojó.
—¿Ahora me dirás a donde vamos?— me preguntó cuando colgó.
—Noup, no hemos llegado aún— sonreí sin apartar la vista del camino.
—No me defraudes— bromeó dirigiendo su mirada hacia la ventana.
—No lo haría— sonreí y la mire de reojo, ella también sonreía. Me encantaba verla así.
Llegamos al lugar. Uno muy bueno y recomendado por muchos. Sin duda un muy buen restaurante.
—¿Qué tal?— sonreí.
Había algo en ella que no había visto hace algunos segundos. Tenía un brillo especial en sus hermosos ojos.
—Es increíble verlo después de tanto tiempo.
—¿Ya has venido aquí?— pregunté.
—Cuando era muy pequeña, solía venir con...— bajó la mirada.
—¿Qué pasa?— pregunté preocupado.
—Prefiero no hablar del tema— dijo cabizbaja.
—Discúlpame _____, no tenía idea— dije apenado.
—No es tu culpa— se encogió de hombros.
—Si deseas podemos ir a otro lugar, no hay problema.
—No importa. Después de todo, me gusta mucho este lugar— sonrió.
—¿Segura?— alzé una ceja.
—Si Bruno, no te preocupes— sonrió.
«No me pidas algo imposible, princesa»
—Busquémos un lugar— coloqué mi mano en su baja espalda y de esta forma la dirigí hacia una mesa.
—Bruno...
—¿Que pasó?
—La persona con quien solía venir era mi padre— bajó la mirada —Él se divorció de mi madre hace mucho tiempo. Fue muy duro para mi. Pero era lo mejor para todos.
—Lo siento mucho, ______— dije con la misma tristeza que ella.
—Esta bien— me miró —Como dije, después de todo, este lugar me trae muchos recuerdos felices. No quisiera olvidarlos— sonrió mirando a todos lados.
—Me alegro— sonreí —Entonces, ¿con quien vives?
—Con mi madre y mi abuela.
—¿No tienes hermanos o hermanas?- pregunté.