Los Nigromantes

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Allá en tierras valdias, un poder oscuro nació... de entre las sombras, un ser malévolo volvió para cobrar su venganza contra aquéllas razas que lo desterraron al inframundo... lo que este ser no esperaba, era el hecho de que al resucitar, tendria que arrodillarse ante alguien mas fuerte que el y servirle... un nigromante.

Los nigromantes, son la raza más despiadada y fria que hay. Sus habilidades les otorgan gran poder a cambio de su humanidad. Ellos tienen el dominio total de la magia negra y las artes oscuras, gracias a ello, poseen la habilidad única de resucitar a los muertos.

Dentro del reino de los nigromantes existe un complejo orden para mantener el "equilibrio".

Los líderes: Sin verdadera gracia que los distinguiese del resto, comandan la raza de los nigromantes, gracias al linaje que fuese dejado por sus antepasados.

Los videntes: gracias a ellos, los nigromantes tienen la ventaja de poseer una vision del futuro más cercano, para así poder tener respuesta a las ofensivas enemigas.

Los guerreros: con una habilidad extraordinaria para resucitar multitudes, los guerreros nigromantes pueden armar pequeños grupos individuales de guerreros únicos.

Y por último los curanderos, que poseen las habilidades suficientes como para resucitar a cualquier alma fallecida, sin tener que seguir las reglas impuestas por sus propios límites.

En la guerra, los nigromantes utilizaban sus habilidades para resucitar a antiguos guerreros y héroes de los demás clanes. Lo que los llevo a tener una de las posiciones más altas en la guerra.

Dentro del reino oscuro donde habitan los nigromantes no existen los niños. Ellos llegan al mundo siendo resucitados o creados con algún cuerpo cuya alma ha reencarnado en uno nuevo.

Los nigromantes poseen (de entre su amplia gama de habilidades) el poder de rescatar un alma del mas allá, e introducirla dentro de un cuerpo sin vida. Pero si resucitan un cuerpo sin alma y deciden liberarlo, este vagara por el mundo como un muerto viviente.

Los nigromantes no utilizan almas no pertenecientes a un cuerpo desde el... "accidente" donde comenzo todo.

En la noche del solsticio de verano, un rito de resurrección se llevaba a cabo. Enguerrand, un nigromante guerrero, planeaba resucitar a su amor perdido en batalla, que habia muerto días atrás y su amor lo llevo a desafiar toda posibilidad e intentar resucitar a Blazh, la mujer que le fue arrebatada en la guerra.

Colocando el cuerpo inerte de su amada dentro de un simbolo dibujado con cenizas. Enguerrand pronunció un conjuro de resurrección.

-Deos et daemones, ut banshee remissionis corpus retro vitae paenitentia est!- grito con voz poderosa aquel nigromante cuyo corazón estaba roto.

El símbolo adquirio un brillo segador que rodeaba la fría piel de la bella dama posada en su interior. Produciendo un estallido de luz, para finalmente ser absorbido por el flácido cuerpo de la mujer.

Lleno de intriga, Enguerrand se acercó al cuerpo y coloco una mano sobre la piel desnuda de aquella musa de vida.

-B... Blazh?- susurro lleno de emoción mientras tocaba la suave tez blanca de la mujer.

Mientras abria los ojos, la mujer parecia recobrar el aliento y la fuerza. Se sentó sobre el frio suelo y desconcertada miro al nigromante.

-Blazh... has vuelto... logre traerte de vuelta- dijo el nigromante mientras el fulgor de sus ojos crecía.

-Te equivocas... -murmuro aquella mujer mientras trataba de recuperar la fuerza para levantarse.

-¿Que has dicho?- pregunto el hechicero mientras una sensación de frialdad subio por su espina dorsal.

-No soy la mujer que buscas... mi nombre es Royce Dragomir, nigromante de las filas rebeldes.

-r... rebeldes?- preguntó el nigromante mientras sus ojos se humedecian.

-si... soy parte del grupo rebelde que se alzo en contra de la guerra y lucha por impedir el avance de las tropas, para asi evitar a toda costa que la guerra acabe con todos los clanes... se que no soy quien esperabas... puedes matarme ahora si asi lo deseas- dijo la dama mientras lo miraba a los ojos con piedad.

Pero el nigromante no podía... era incapaz de asesinar a la mujer que amo con locura, aunque aparentemente era otra persona.

-vete... que nadie te vea... vete y busca a tus compañeros... solo vete, no te detendre.- dijo el desconzolado nigromante entre sollozos de dolor.

-agradesco tu fuerza al dejarme ir... te prometo que lograre mi cometido- agradeció Royce mientras se levantaba.

-solo prometeme algo- suplico el guerrero.

-¿Que deseas?

-Vive... has que mi dolor valga la pena y logra todo lo que te propongas- Dijo mientras limpiaba las lagrimas de sus mejillas.

-...Te lo prometo- dijo Royce llena de compasión -ahora debo irme... tengo que llegar a las tierras baldías- dijo mientras caminaba a la espesura del bosque oscuro.

-Adios... mi amor- lamentó Enguerrand antes de desplomarse.

-por cierto... gracias por traerme de vuelta- concluyo Royce antes de partir...

Y asi fue como, por primera vez, un nigromante resucito un alma libre. Dejandola ir sin quitarle su humanidad. Su nombre era Royce ... Royce Dragomir... la primera alma libre que condenaria a su raza entera.

MoiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora