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(Narra: Millan)
La anciana envió a la Nigromante en un viaje con el Domador en busca de su dragón. Lo que nos dejaba a mí, al Elfo y al Mago solos con la mujer. No sabíamos lo que debíamos hacer ahora que se habían marchado dos de nosotros.
-Bueno. Parece que ahora sólo son ustedes... ¿Qué les parece si jugamos un pequeño juego?- Dijo la mujer.
-¿Un juego? ¿Dónde he escuchado eso antes?- Dijo el Elfo mientras me miraba, simplemente respondí con una leve sonrisa culpable.
-Sí. Sólo para matar el tiempo. Aunque... Hay un pequeño castigo.
-¿Castigo? ¿De qué clase?- Pregunté curiosa.
-Bueno... Si ustedes ganan, les daré lo que sea que me pidan, mientras esté a mi alcance. Y si ustedes ganan, tendrán que ayudarme con una pequeña tarea.
Sonaba bien. Por lo menos podríamos matar el tiempo mientras el Domador volviera con la Nigromante.
-Yo acepto- Accedí con un tono un tanto entusiasmado.
-Supongo que yo también. Será bueno entretenerse con algo- Dijo el Elfo después de que terminé de hablar.
Todas miramos al Mago, esperando su respuesta. Aunque era casi seguro lo que contestaría. Se reflejaba en su rostro su pequeño disgusto.
-Yo prefiero pasar. No me enviaron a esta misión para que me entretuviera jugando. Procedan sin mí, no se preocupen- El mago se recargó sobre el muro y nos miró fríamente.
-Vamos, joven mago. Te hará bien el poder interactuar con alguien más- Dijo la mujer ante el frío rechazo del mago, pero parecía inmutable –Recuerda lo que el viejo sabio te dijo. Debes socializar con otras personas, pues te será útil en tu viaje. Te prometo que saldrán cosas buenas de esto.
Sin palabras, y con rostro de muy mala gana, el mago decidió acceder.
-Muy bien, muchachos. El juego es bastante sencillo. Es un juego de preguntas y respuestas, el primero que no conteste alguna pregunta, perderá. Y así seguiremos hasta que sólo quede uno. Si yo pierdo y queda por lo menos uno de ustedes, ustedes ganan. Si todos ustedes pierden, y yo contesto todas las preguntas, entonces ustedes ganan, ¿de acuerdo?
-Bien- Respondimos en sintonía.
-Muy bien, muy bien... –La mujer tomó una bolsa de tela de la parte trasera del mostrador y la colocó sobre la mesa.
Nos sentamos en las sillas que se encontraban alrededor de la mesa. La anciana abrió su bolsa y sacó un pequeño pedazo de papel doblado. Después de extenderlo en su totalidad, lo colocó sobre la mesa para que todos pudiéramos ver lo que había escrito en él.
-Éste será el primero- Dijo la anciana.
En el papel se podía leer una sencilla frase:
"¿Cuál es tu nombre?"
Nos miramos entre todos. Era una pregunta sumamente sencilla. Empezaba a creer que ganar este juego sería sumamente fácil.
-Bien, esta ronda la empezaré yo. Mi nombre es Gerdtrude Somchai. Encantada de conocerles- Dijo la anciana mientras sonreía bromista.
-Mi nombre es Millan Mira- Respondí de inmediato.
-... Yo soy Lyuben Dragoslav...- Continuó el Elfo.
Miramos detenidamente al Mago, esperando a que nos dijera su nombre. Se mantuvo en silencio un breve momento, hasta que comenzamos a pensar que él sería eliminado en la primera ronda.
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Moira
FantasiAllá en tierras lejanas, una batalla perdida en el tiempo, se libró. Los cinco grandes reinos: Magos, Nigromantes, Domadragones, Hadas y Elfos. Tontamente lucharon en una guerra por poder. Cuando todo parecía estar destinado a terminar mal, el desti...