EL GRIS TAMBIÉN ES UN COLOR
(Narra: Milan)... El mundo en el que vivimos es hermoso... Las fuertes cascadas, los enormes y verdes valles, las misteriosas selvas, la fresca agua de los ríos, las terribles montañas, los pacíficos lagos, las oscuras cuevas, los imponentes mares... A ojos de un hada, todo es hermoso. Pero ya no... No para mi.
¿Cómo podemos apreciar la belleza del mundo que nos rodea cuando debemos cuidarnos la espalda hasta de aquellos que nos rodean?¿Cómo reaccionas cuando alguien en quien creíste poder confiar, te apuñala por la espalda?¿Cómo enfrentarme a un camino si no sé a donde voy?...¿Cómo enfrentarme a quien fuera como una hermana para mi?...
Desde siempre he visto las cosas diferentes a como las ven las hadas... Yo no soy tierna, yo no soy dulce, yo no soy amorosa y mucho menos cariñosa... O al menos no con todos.
Siempre he sido alguien fuerte, inteligente y hasta cierto punto, amistosa. Pero solo con algunas personas... Y es por eso que me frustra tanto saber que son precisamente esas personas las primeras en defraudarme...
Mi nombre... Mi nombre es Milan y... soy un hada.
La vida puede ser tan dura y nosotros necesitamos ser tan fuertes para vivirla, que a veces creo que he tenido suficiente.
Hay pocos que no deseen otra cosa que no sea la felicidad... Pero hay muchos que son capaces de hacer lo que sea por aquello que creen que los hará felices.
Creí que podría confiar en ella, pero nos traicionó... Abandoné sueños, principios e ideales... Solo por cumplir con su visión del mundo, sin saber cuanto daño me hacia a mi misma al dejar atrás a quien realmente soy.
Mayra... El hada a la que juré reunir con su creador...
Mi cabeza dolía por tanto estrés, cuando me dieron la noticia de que nos había traicionado, se me puso la piel de gallina y mis pensamientos se volvieron locos.
Llevaba tiempo caminando... No tenía idea de dónde me encontraba, cuánto tiempo había caminado sin rumbo o que día era.
Mayra... Mayra... Mayra... Su nombre estaba clavado en mi mente y sólo alimentaba mi rencor. Jamás me había sentido así, tan agobiada y llena de odio hacia alguien en especifico.
Cuando me di cuenta ya estaba lo suficientemente lejos del reino como para quedarme dormida en cualquier sitio sin preocuparme de nada. ¿Cuanto tiempo llevaba caminando? Solo podía ver un pequeño pueblo en la lejanía y, del otro lado, sólo el atardecer.
Pasaban las horas y cada vez me acercaba aún más a aquél humilde pueblecito que había visto hasta hace un momento. El olor a leña se hacía cada vez más fuerte y la atmósfera se sentía mas densa con cada paso que me acercaba al pueblo.
El estrés en el aire se volvió evidente. Tanto, que me orillo a empuñar la daga que escondía entre los pliegues de mi vestido, temerosa por mi propia vida.
Me acerque a una posada, esperanzada en encontrar calidez hogareña en su interior... Gran error.
Abrí la puerta y hubo un silencio sofocante. Pues había entrado a lo que parecía una taberna de mala muerte, llena de lo que parecían ser ladrones, las grandes costras de sangre en sus rostros, parecían supurar odio.
Me limité a mirarlos desinteresada y continué con mi llegada, caminando hacia lo que parecía el lugar de servicio.
-Buenas noches- miré al tabernero y hablé con la voz mas seria que pude lograr -Quisiera hospedarme aquí esta noche-.

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Moira
FantasyAllá en tierras lejanas, una batalla perdida en el tiempo, se libró. Los cinco grandes reinos: Magos, Nigromantes, Domadragones, Hadas y Elfos. Tontamente lucharon en una guerra por poder. Cuando todo parecía estar destinado a terminar mal, el desti...