UN NUEVO OBJETIVO COMÚN
(Narra: Royce)
Por fin había aparecido. El dragón se encontraba ante nosotros con esa pose orgullosa digna de una fiera de su porte. Con rostro furioso y una mirada penetrante e intimidante. Era totalmente seguro el hecho de que iba a desatar su ira contra nosotros. No parecía nada contento, y era comprensible, ya que estábamos a punto de linchar a su jinete... Rugió con fuerza. Estaba tan alterado que parecía no recordar el lugar en el que estaba, alzando la cabeza y golpeándose contra el techo de la cueva.
-¡Detente!- Gritaba el domador a la vez que intentaba sostenerlo, aunque fuera más que obvio que no lograría someter a una fiera de ese tamaño.
Me sentí desconcertada, y seguramente también mis compañeros. ¿El domador estaba intentando evitar que el dragón nos atacara? ¿Por qué?
Nos encontrábamos cada vez más perplejos, no sabíamos cómo reaccionar ante tal situación. Creo que ningún ladrón armaría jamás este tipo de escenas tan ridículas, al grado en que me costaba creer que fuera el mismo ladrón que nos despojó de nuestras pertenencias a mí y a otros tres. Era estúpidamente extraño.
-¡No puedo aguantar más estas tonterías!- Gritó fiero el mago, con el ceño fruncido– ¡He venido a hacerte pagar por lo que hiciste, no para mirarte hacer estupideces!
El mago levantó su mano y, con un rápido movimiento, lanzó una onda expansiva que derribó al Domador e hizo retroceder un poco al dragón. Sin duda, el mago poseía un poder enorme.
-¡Ahora estoy más que furioso!- Gritaba iracundo el mago que, usando su magia, comenzó a suprimir contra el suelo al domador, provocando que el dragón finalmente se lanzara al taque.
Con un veloz golpe, el dragón destrozó las rocas que quedaban en su camino y avanzó hacia nosotros. Su rostro amenazante no dejaba de provocarme una fuerte sensación de que sería una lucha de lo más complicada. Con un movimiento, nos golpeó a todos con su cola, brutalmente. El golpe hizo que yo volara hacia afuera de la cueva y callera en la orilla del enorme precipicio.
Mi corazón se puso a toda velocidad cuando miré el enorme abismo al que estuve a punto de caer. Estaba tan cerca de la orilla que me costaba encontrar la razón por la cual no caí al vacío.
Un fuerte estruendo resonó en el interior de la cueva, posterior al brote de una enorme columna de humo. Señales de que había ocurrido una explosión dentro del lugar.
Me puse de pie y me adentre nuevamente en la cueva para mirar lo que había sucedido. Al entrar, lo miré: El dragón se encontraba derribado y herido. No tenía ni idea de lo que había sucedido en ese pequeño momento en el que estuve ausente, pero seguramente fue algo lo suficientemente intenso como para haber derribado al dragón.
El domador se puso de pie y miró a la bestia derribada y herida. La piel de su rostro comenzó a ponerse roja poco a poco a la par que comenzaba a dejar ver sus dientes, de la misma forma que hizo el dragón cuando se dejó ver.
-¡Bastardo!- Gritó iracundo mientras se lanzaba contra el mago.
Su fuerte ataque fue frenado en seco por una especie de barrera.
-¿Qué intentas hacer, ladrón? Esta vez no podrás hacer nada contra mí- Dijo el mago de manera pedante.
El ladrón continuó atacando sin parar, parecía estar decidido a acabar con el mago. Se notaba que lo había hecho enfadar. Sus ataques se volvían más y más torpes y erróneos, se estaba cansando.
-Muy bien, basta- Dijo el mago mientras lanzaba al domador hacia atrás–Es hora de terminar con esto.
Como si fuese parte de un plan, nos lanzamos armónicamente contra el domador. Mientras yo le golpeaba el rostro, el hada y el elfo sujetaban sus brazos y pateaban sus costillas, terminando con un gran ataque final del mago, lanzando un rayo contra el ladrón. Había sido derrotado.
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Moira
FantasyAllá en tierras lejanas, una batalla perdida en el tiempo, se libró. Los cinco grandes reinos: Magos, Nigromantes, Domadragones, Hadas y Elfos. Tontamente lucharon en una guerra por poder. Cuando todo parecía estar destinado a terminar mal, el desti...