Notó como Izan se tensa.
-Perdona guapa, aquí la qué no tiene nada mejor que hacer que meterse en la vida de los demás eres tú.- Le guiño un ojo, sé que eso es lo que más rabia le da a Natalie.
-Ya, seguro que intentarás que Izan se parezca lo más parecido a Jake ¿Cierto? Sé que al principio es difícil, pero lo superarás.- Me río exagerándolo como siempre.
-Por favor, no me hagas reír ¿Yo superar? Te lo regalo hasta con un lacito.-
-No hará falta.- Su sonrisa de bruja aparece. Cómo la odiaba.-¡Jake!-
Entre las sombras de los demás estudiantes aparece Jake con su camiseta del equipo. Sí, él era el capitán y toda chica a que le hablará podía sentirse importante.
-Hola preciosa.-
Veo como sus labios se unen directamente delante de mi cara. Intento quitar la cara de rabia y borrar el rojo ira de mis mejillas. ¿Pero que se han creído?
-¡Ey Sierra! ¿Qué tal el nuevo cambio que te está dando Naiara?-
-Mejor, la verdad es que no sabes lo que te estás perdiendo.- El brazo de Izan pasa por mis hombros, marcando territorio tal y como le había enseñado.
-Sí bueno, puedo hacerme una idea.- Jake me mira juguetón ¿De qué va? Tiene entre brazos a una ¿E intenta provocarme con la mirada?
-Sí bueno, si nos permites Izan y yo nos gustaría alejarnos de los mierdas como vosotros. Nos vemos.- Cojo la mano de Izan y comenzamos a caminar dejándolos con la palabra en la boca.
Subimos las escaleras riéndonos. Nos chocamos las manos.
-¿Lo has visto? ¿Eh estado bien, no?-
-Has estado genial amigo. Lo mejor de todo es que tú tienes las agallas de enfrentarse a Jake que muchos chicos no tienen.-
- ¿A no? No entiendo por qué.-
-Bueno, Jake es el chico más popular y tiene a todo el mundo comiendo de su mano así que no sería muy difícil de que la gente te dejará de hablar solo porqué él se lo ha dicho.-
-Me importa una mierda.- Dice con pasotismo.
-¡Genial! Lo estás dominando.-
[****]
Izan y yo nos encontramos en la cafetería del campus desayunando la comida que nos habíamos traído cada uno de nuestras casas. Ahora era el momento definitivo de demostrar a todo el mundo que estábamos saliendo. En un lugar público como la cafetería del campus que había muchísimo movimiento muchos ojos serían testigos y muchas bocas hablarían y en un par de horas todo el mundo se habría enterado.
-Vamos Izan ahora.-
-¿Ahora qué?-
Me siento en su regazo.
-Bésame.- Paso mi brazo derecho por su cuello para situarme mejor esperando a que haga él el primer paso. Él comienza a reírse.
-¿Pero qué dices Naiara?- Sus manos se apoyan en mis piernas descubiertas por mi vestido.
-Ya me has oído. Se tiene que hacer oficial lo nuestro sino Jake no tendrá celos.-
-Sí, eso te va bien a ti, pero a mí no.-
-¿Cómo?- Ahora la que no entendía era yo.
-Pues que si las chicas se enteran que estoy contigo no les interesaré y mi objetivo es ligar.-
-Y el alumno vuelve a demostrar que no sabe más que la maestra.- Izan levanta la ceja.- ¡Piensa! A las chicas nos pone un montón las cosas prohibidas y tú si no eres a su alcance el deseo es mucho mayor ¿Entiendes?- Se lo piensa.
-Mirándolo por ese lado...-
-Pues vamos, date prisa antes de que suene el timbre y tengamos que volver a clase.-
De nuevo mi amigo se tensa. Puedo notar como su cuerpo se paraliza. Su mirada es nerviosa no mantiene una conexión constante con la mía.
-¿Hola? ¡Tierra llamando a Izan!-
-Naiara no puedo.- Con sus brazos me quita de encima suyo.
-¿Por?- Silencio. Nos mantenemos de pie.- ¡No! ¿No me jodas que nunca te has besado con una chica?- No chilló porqué si no nuestro plan se iría a la mierda.
-Sí que me he besado.-
-¿Entonces?-
-Pero sin lengua.-
-¡Eso no es besarse!-
-¡Sí que lo es!- Ahora quién levanta la voz es él.
-Pues vaya forma más aburrida de besarse.- Mi amigo está avergonzado y quién no. Que un chico a los diecisiete no se haya dado ni un simple beso con lengua me parece gravísimo.- Está tarde en mi casa a las siete, te prepararé para mañana.-
[****]
-Naiara sigo pensando que es mala idea.-
-Izan a ver, somos amigos ¿no?- Él asiente.- Pues ya está, solo es un beso.-
-Pero eso va en contra de mis principios, yo solo quiero besar a la chica que me guste.-
-Sí y también pasearla con una carroza y regalarle un zapatito de cristal ¡Izan despierta! Esto es la vida y los chicos así no existen.-
-Gracias.- Dice con sarcasmo.
-Izan mira, soy tu amiga y por eso te lo digo, pero los chicos así no gustan. Empollones y sin ganas de pasárselo bien, que les va el royo leer poemas y contar los días que quedan para hacer un mes nos aburren.-
-Yo pensé...-
-Pues pensaste mal.-
-Está bien ¿y cómo lo hago?-
-Sólo déjate llevar, eso sale solo.-
-¿Así sin más?-
-Sin más.-
-De acuerdo.- No parece convencido.
Él se sienta al lado mío de la cama. Me coloco de rodillas a su dirección. Nuestras miradas ahora se mantienen y son justas y exactas para poco a poco ir acercándolas. Notó como sus manos acarician mi mejilla. Este Izan, hasta después de echarle una bronca es dulce conmigo. Nuestros rostros se encuentra a distancia mínima, llega la hora del beso, pero alguien nos observa des de la puerta.
-¡Mamá!-
-Perdón, perdón. ¡Me voy!- Mi madre cierra la puerta y escucho los tacones a toda prisa como bajan las escaleras.
-Esto no es buena idea.- Izan se levanta de la cama avergonzado con las mejillas rojas.
-¡Izan espera!-