Capítulo 23

13.8K 750 13
                                    

Siento cómo su respiración choca con la mía. Sus brazos rodean mi cintura que solo es cubierta por la capa de sudor que hará unas horas me ha hecho expulsar de mí y por una fina sábana. Me volteo y miro cómo sus ojos descansan tranquilos, está exhausto. No me extraña, la noche que hemos pasado era para estarlo.

Acaricio su cresta despeinada hacía atrás, dándole forma de nuevo. Mantengo una distancia apropiada con él. Todavía no sé sí esas tres palabras salieron de su boca o fue fruto de mi imaginación. De todas formas no sé que hacer. ¿Debería de preguntárselo? No, ni de coña Naiara.

Sí el dice que no me dijo nada y resulta que es cierto que lo he soñado are el ridículo más grande toda mi vida. Y si dice que sí, no sabría cómo actuar ¿Qué se supone que tienen que hacer los follamigos cuando uno le dice eso en plena acción? Por suerte grité de placer y pareció cómo que no lo había escuchado aunque por pena, sí lo hice.

¿Y ahora cuando se despierte que hago? ¿Debería de irme y dejarle una nota? Sí claro Naiara, te lo follas y ahora lo dejas aquí con una nota de "Me he ido ya te llamaré" Sólo faltaba eso, además ¿De dónde saco yo ahora una hoja y un bolígrafo?

Nada olvídalo, habrá que enfrentarse a las consecuencias. Pero a lo que tengo miedo es al volver a verme reflejada a esos ojos esmeraldas y que la que siente algo sea yo. Naiara, quítate esa idea de la cabeza. Piensa en el proyecto chico malo, piensa en la venganza de Jake. Todo esto es para conseguir que él regresé contigo. Lo bueno dura poco pero ¿Quién dice que no podremos repetirlo? La verdad es que pienso que este hombre es un mentiroso. Izan no es virgen, al principio vale, estaba nervioso. Pero yo no recuerdo con la cantidad de hombres con los que me he acostado y a la hora de la verdad estaba temblando y diciendo tonterías. Resumiendo, mi conclusión es que Izan no es virgen. Al sentirme cómo cada vez penetraba más en mí y besaba mis labios, fue la primera vez que conocí lo que es hacer el amor. Jake no tenía ni idea cómo hacerme llegar hasta el punto que lo hizo Izan. Fue algo más que increíble.

-Buenos días rubia.- En tantos pensamientos no me he dado cuenta que Izan se a despertado y me ha estado observando.

Sus suaves manos acarician mi mejilla y apartan un mechón rubio de mi cara hacía atrás. Su sonrisa es más que perfecta, tiene una luz que lo hace diferente. No puedo esconder mis estímulos y esbozo una tímida sonrisa.

-Bueno días Izan el Intocable.- Una de sus carcajadas ambienta nuestro espacio. Él lo reduce acercándose a mí.

Sus manos que se encontraban en mi cintura inmóviles recorre mi espalda mientras hace que mi pecho impacte con el suyo. Estamos tapados de cintura para abajo y nuestros pies se asoman por el final de la sábana. Al darme cuenta que tengo mis senos al descubierto y que en cualquier momento Izan podría verlos hacen que mis mejillas arden y busco con mi mano la sábana blanca para cubrirlos. Él nota mis intenciones y se ríe.

-¿Después de haber pasado está noche sientes vergüenza?- Sus manos impiden paso a las mías.

Las acaricia y dejo de subirlas hacía mi torso desnudo. Sus labios se acercan a los míos ¿Qué hago? ¿Me echo atrás? ¿Le sigo y me dejo llevar de nuevo por sus brazos? Pocas posibilidades, poco tiempo, difícil respuesta.

No tomó iniciativa por hacer algo así que me quedo clavada dónde estoy y nuestras respiración se mezcla en el aire, nuestros labios se acarician y nuestras lenguas vuelven a encontrase. Con mucha suavidad notó cómo una de sus manos acaricia mis pechos, me estremezco a sentir ese cosquilleo y más proviniendo de el qué es quién me hace sentir esas sensaciones tan placenteras.

Él se coloca encima de mí. Deja de besar mis labios y creando un gran cosquilleo arrasa la zona de mi cuello hasta llegar a mis senos. Besos cortos y pausantes. Tengo una contradicción en mi cabeza. Está ese momento de que quiero dejarme llevar pero también está el punto en que mi cabeza recuerda esas tres palabras que todavía desconozco sí han sido dichas alguna vez por él.

Proyecto chico malo, en marchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora