Capítulo 36

10.6K 630 13
                                    

-¿Y tú nunca te cansas de ir detrás de mí?- Me cuesta decirlo pero una vez dicho, subo la cabeza y miro sus ojos.

-Nunca me voy a cansar Naiara. No hasta que me mires a los ojos cada vez que me rechaces.- Mierda...- Sólo quiero saber que he hecho.-

-Deberías saberlo.- Miento, lo único que ha hecho es robarme el corazón.

-Y lo he intentado. Es en lo único que he estado pensando estos tres últimos días, Naiara.- Poco a poco me arrincona contra la puerta del vestuario.- Eres en lo único que puedo pensar.- Acaricia mi mejilla.

Siento esa calidez que tanto había echado en falta, su caricia. Cierro los ojos, intento grabarla aunque sea sólo por un momento. Siento una respiración y no es la mía. Su boca está más cerca de mi mía. Mi corazón se agita con velocidad. Puedo sentir casi sus labios rozar con los míos pero, me volteo dándole la espalda.

-Izan, por última vez. Olvídame.- Y dicho esto me aferro al mango de la puerta.

Empujo para abrirla. No se abre. Vuelvo a intentarlo, la puerta sigue en la misma posición. Más nerviosa lo vuelvo a intentar y no hay forma de abrir la maldita puerta ¡Mierda! Ahora sólo repito está acción constantemente ¡¿Por qué me tenía que pasar todo lo malo siempre a mí?! ¿Qué pasa?! ¡¿No hay más personas en el puto planeta que me toca siempre pasar estas situaciones tan desesperantes?!

-¿Qué haces?- No puedo creer que Izan todavía no se haya dado cuenta que tendremos que pasar la noche juntos en el vestuario.

-¡Estamos encerrados imbécil! ¡¿O es que no lo ves?!-

-A ver deja.- Me aparta con cuidado y hace exactamente lo mismo que yo un par de veces.- Púes sí, estamos encerrados.

-¿Y ya está? ¿No vas a hacer nada al respecto?-

-La que tiene prisa por marcharse eres tú no yo.-

Y en ese momento recuerdo que John me estaría esperando en la salida y por el tiempo que estoy perdiendo ya llego tarde.

-¡Mierda, John!- Genial Naiara, después de diecisiete años y todavía no sabes pensar y hablar a la vez.

-¿John? ¿Habías quedado con él?-

-¿Y a tí exactamente, qué te importa?-

-Más de lo que te piensas, Naiara.- Que tierno es.

Quiero abrazarlo con fuerza y gritarle a mi mundo que lo amo, quiero gritárselo a él. Porqué estos cuatro días se me están haciendo la pesadillas más eterna de mi vida. No quiero soporta ni un minuto más estando tan cerca suyo y no poder ni siquiera tocarlo.

-Vamos a dejarlo.- Digo haciendo la molesta mientras me dirijo dónde se encuentran los bancos y las taquillas dónde nos solemos cambiar después de los entrenos.

Cada uno se sienta en una banca diferente. El uno en frente del otro. No puedo evitar sentir su constante mirada atravesarme con credibilidad. Cruzo miradas.

-¿Te importaría dejar de mirarme?-

-¿Por qué te pongo nerviosa?- Dice divertido ¡Qué imbécil es! Lo odio, pretende hacerme reír.

-Más te gustaría.- Silencio durante unos minutos.

-Naiara.- Volvemos a crear una conexión entre nuestros ojos.- ¿Puedo hacerte una pregunta?-

-Ya me estás haciendo una.-

-¿Puedo hacerte otra pregunta aparte de esta?-

-¿Qué quieres?- Mi tono es seco. No me gusta actuar así con él pero, no me queda otra.

Proyecto chico malo, en marchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora