Capítulo 24

11.9K 708 17
                                    

-Gracias por traerme a casa.- Mi tono es tímido ¿Dónde está toda la confianza acumulada de todos estos años?

-No me lo agradezcas. Es lo mínimo que podía hacer, ahora por mi culpa te espera el apocalipsis.- Mi amigo intenta romper la tensión entre los dos con una broma inocente. Nos reímos sin muchas ganas.

-Bueno, yo... me voy tengo que prepararme para el instituto.- Me volteo y la verdad, no sé qué es lo que más deseo. No sé si quiero que su voz me detenga o que el silencio nos invada y se acabe todo aquí.

Pero ninguna de las dos cosas ocurre. Una de sus manos detiene mi cuerpo amarrando mi antebrazo.

-Naiara, creo que todavía tenemos una conversación pendiente.- Se acerca más a mí y coloca una de sus manos en mi cintura arrimándome a él y la otra en mi barbilla para levantar mi cabeza y obligarme a mirar sus preciosos ojos verdes.

-Izan, olvídalo. Tuve un mal despertar eso fue todo.- Miento pero su mueca me confirma lo pensado.

-¿Con que mal despertar, eh? ¡Vamos Naiara! Sólo dime que fue lo que te molesto y ya está. Dilo sin rodeos.-

-Ni si quiera lo recuerdo.- De nuevo la mentira sale por mi boca.

-Vale, púes te lo recuerdo yo. Me habías dicho algo cómo: Ayer a la noche, cuándo lo estábamos haciendo, a lo mejor me lo he imaginado...- Hace una pausa y un movimiento de manos para indicarme que continúe la frase. Mierda, se acordaba.

-Bueno púes, cómo iba diciendo tú ayer. Mientras lo hacíamos. A ver, que quizá lo he soñado pero no lo sé.-

-¡Naiara por favor suéltalo ya!-

-¡Me dijiste que me querías!- Hecho, ya no hay marcha atrás.

-Ya.- Sus facciones están tranquilas.

-¿Y me lo reconoces así? Tan tranquilo.-

-Es que Naiara no es la primera vez que te digo te quiero.- Su sonrisa aparece.

-Ya pero, ese te quiero no sonó a un te quiero de amigos Izan.-

-¿Y cómo sonó?-

-No sé, dímelo tú.-

-Naiara ¿En serio has estado así porqué te dije "Te quiero"?-

-No, porqué dijiste "Te quiero Naiara" cuando lo estábamos haciendo.- Mi amigo suspira aliviado.

-¡Pensé que era algo mucho peor Naiara! ¡No me des estos sustos mujer!-

-Okey, pues si está todo solucionado, me voy.- Doy un par de pasos atrás para separar nuestros cuerpos, él nota mis intenciones de escaquearme lo más rápido posible.

-Vale.- Alarga él sin muchas ganas.- Ahora ¿Cuál es el problema?- Se para en frente de mí y vuelve a colocar sus manos en mi cintura para acércanos en el espacio máximo que permite nuestros cuerpos.

-¿El problema?- Empujo su cuerpo hacía atrás y retrocede un par de pasos- ¡El problema es que soy gilipollas!- Mi amigo frunce el ceño, no entiende mi actitud agresiva.

-A ver Naiara, tranquilízate.-

-¡No, no Izan! ¡No! ¡No pienso tranquilizarme! ¡Estoy harta de todo!-

-¡¿Pero harta de qué?!- Él también comienza a perder los papeles.

-Púes que tú me preparas un día increíble en un camping que al principio era lo peor y al pasar allí el día hiciste que fuera uno de los lugares mejores del mundo. Después me llevas hasta una cala preciosa y llevas farolillos, lo preparas todo. Cosas que nunca me habían hecho. Me dices que de verdad quieres hacerlo conmigo, que es algo importante para ti. Me dices que me quieres y ahora ¡Ni si quiera le das importancia! ¡Y encima me preguntas cuál es el problema!-

-Naiara, no te sigo ¿Hasta dónde quieres llegar?-

-¿Qué es exactamente lo que sientes por mí?- Su cara que mostraba incredibilidad ahora expresa una de neutra. No puedo leer su mente a partir de sus ojos y de sus acciones.

-No lo sé.- Aparta su mirada de la mía.

-¡Lo ves! ¡Aquí tienes el problema!-

-¡Ya claro! ¡¿Y tú qué es lo que sientes por mí?!- Me quedo callada, yo tampoco lo sé.- ¿Qué? ¿Ahora quién tiene el problema?-

-¿Des de cuando te has vuelto tan estúpido?- Mis ojos me escuecen, no tardarán en salir, malditas lágrimas. Cómo siempre tan inoportunas.

Ahora él que calla es él. Parece que la última frase que le he dicho le ha dolido más que las anteriores mientras se las gritaba a la cara. No entiendo a los chicos. Cuando necesito que hablen es cuando se quedan callados y dejan ese incómodo silencio que lo único que hace es empeorarlo todo. No aguanto más y la cristalización de mis ojos se rompe y caen dos gotas, cada una en mejillas opuestas.

-Naiara no... por favor, no llores.- Intenta abrazarme pero alzo las manos en el aire deteniéndolo.

-Izan,...- Mi voz está quebrada.- Vamos a darnos un tiempo. Quiero dejar el proyecto chico malo por el momento.-

-¿Estás rompiendo conmigo?- Se cruza de brazos.

-¡Izan tú y yo no somos nada!-

-Entonces ¿Lo de ayer no significo nada para ti?-

-¿Y para ti?-

-Yo te lo he preguntado primero Naiara, respóndeme.-

-Ese es del problema que te estaba diciendo que tenemos Izan ¡Qué no sabemos ni lo que queremos ni lo que sentimos él uno por él otro!-

-¿Y lo arreglas así? ¿Sin discutirlo y sin hablarlo cómo personas adulta? ¿Echando todo esto a la mierda?-

-Izan, tú lo has echado todo a perder. Si llego a saber que el proyecto chico malo se te subiría tanto a la cabeza nunca te lo hubiera propuesto.-

-¡¿Pero en qué momento se me ha subido a la cabeza el proyecto?!- Me quedo callada.- Mira ¿Sabes qué? Vamos a dejarlo todo aquí. Nos damos un tiempo y cuando sepas que te ocurre me buscas, porqué des de luego estar aquí para escuchar paranoias que no sabes ni de dónde las has sacado no vale la pena.-

-Eres un imbécil Izan.-

Ahora es definitivo. Me volteo y subo las tres escaleras. Abro la puerta que está entreabierta. Escucho el motor de su moto encenderse. Ni si quiera me giro y cierro la puerta con toda mi rabia y frustración acumulada.

Esas tres palabras lo estropearon todo.

Proyecto chico malo, en marchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora