Capítulo 41

11.7K 611 65
                                    

No sé por qué tengo tan mal cuerpo pero he devuelto ya tres veces y solo son las nueve de la mañana. Ayer tampoco me pase tanto con la bebida. Quizá me sentó mal la cena, o quizá no. Cuando acabo de devolver lo poco que le queda de substancias a mi pobre estómago me meto directa a la ducha. Izan vendrá dentro de una hora a casa para acabar el trabajo.

Me da muchísima pereza secarme el pelo así que lo dejo gotear con las pequeñas gotas del agua de la ducha y me visto con ellas: http://www.facebook.com/photo.php?fbid=334204279987912&set=a.285617584846582.65993.280473955360945&type=3&theater ; No es un vestido así que no podrá quejarse de él. Aunque ahora mismo no sé muy bien que somos Izan y yo. La verdad no creo que seamos nada. Ayer por la noche para mi esa conversación fue remarcar lo ya hablado, que ahora no podía estar con él pero, que me esperara. Así que quita esa cara de estúpida que llevas encima, Naiara.

-¿Naiara?- ¿Ya está aquí? ¡Mierda!

No contesto porqué decido no acabar de ordenar el baño y salir a recibir a mi habitación a Izan. En ese momento se está quitando su cazadora y observo como la deja encima de respaldo de la silla del escritorio. Levanta la cabeza y con ella su mirada y la cruza con la mía. Me sonríe y no puedo evitar hacer igual.

-Bueno días.- Se acerca a mi e intenta besar mis labios pero, me echó para atrás.- ¿Ocurre algo?- Por mi reacción puedo notar que anda algo perdido.

-No, no. Es que he vomitado un par de veces y no sé sí tengo alguna pasa o algún virus.-

-¿Pero te encuentras bien? ¿Quieres que te lleve al médico?-

-No, no. Ya me encuentro mucho mejor pero, solo que no quiero contagiarte.-

-Bueno, pues yo te cuido a ti y tu me cuidas a mi.-

Izan se vuelve acercar a mí y está vez dejo que bese mis labios con mucha ternura. Me río. Me hacía gracia oír de nuevo esas cursiladas.

-Bueno ¿Seguimos con la primera Guerra Mundial?- Intento evitar sus ojos.

-Sí no te encuentras bien, no te preocupes. Descansa y ya lo terminó yo. Total solo nos queda explicar el tratado de Versalles.-

-No, no. Enserio ya estoy mucho mejor.- Izan se ríe.

-Normal, mis besos son milagrosos.- Vuelve a juntar nuestras bocas. Ahora nos reímos los dos. Qué estúpido que es.

Y cuando me separo de su cuerpo y me dispongo a coger mi ordenador Izan me coge por los hombros y me coloca repentinamente delante suyo. Aparta los mechones de mi lado izquierdo.

-¿Te lo ha hecho John?-

-¿El qué?- Me miro en el enorme espejo de la pared. Me acerco. Tengo una par de manchas moradas. Mierda.- Son chupetones.- Aclaro.

-¿Cuándo te los hizo?-

-Ayer... en el baño.- Me entran malas sensaciones al recordar esos momentos.

-Hijo de puta.- Me abraza con fuerza y dejo que lo haga. Lo necesito más que nunca.- Debería de haberlo matado.-

-No, tú no eres cómo él.-

-Ya pero, mira que te ha hecho.- Vuelve a mirarlo.- Me muero por dentro pensando en que ese cerdo te ha puesto la mano encima en contra de tu voluntad.-

-Izan, estoy bien. Me salvasteis Jake y tú. Olvídalo todo.-

-¿Y ahora Jake es tu amigo?-

-¿No estarás celoso?­-

-¿De Jake? No es ninguna competencia para mi.- Me río por su comentario.

-Pareces muy seguro.-

Proyecto chico malo, en marchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora