Capítulo 32

10.8K 616 4
                                    

He pasado toda la noche en vela. Sólo he podido dormir unas cuantas horas. Miro mi reflejo en el espejo y ni me reconozco. Me doy una ducha pero, al recordar de nuevo mi asco de vida, en todo el daño que hice a Izan, en esa dura conversación mis lágrimas vuelven a surgir. Después de pasar horas y horas sin parar de derramarlas ellas siguen apareciendo como si tuviera un pozo sin fin en los ojos.

Seco mi pelo, no tengo ganas de hacerme nada pero aun así hago el esfuerzo de arreglarme cómo si hoy fuera un día normal cómo los otros de mi vida. Izan no tiene que notar que estoy en un estado de depresión sino se dará cuenta que lo amo y todo se habrá ido a la mierda, incluido sus estudios, y eso no me lo puedo permitir.

Me pongo esto: http://www.facebook.com/photo.php?fbid=323140914427582HYPERLINK "http://www.facebook.com/photo.php?fbid=323140914427582&set=a.285617584846582.65993.280473955360945&type=3&theater"&HYPERLINK "http://www.facebook.com/photo.php?fbid=323140914427582&set=a.285617584846582.65993.280473955360945&type=3&theater"set=a.285617584846582.65993.280473955360945HYPERLINK "http://www.facebook.com/photo.php?fbid=323140914427582&set=a.285617584846582.65993.280473955360945&type=3&theater"&HYPERLINK "http://www.facebook.com/photo.php?fbid=323140914427582&set=a.285617584846582.65993.280473955360945&type=3&theater"type=3HYPERLINK "http://www.facebook.com/photo.php?fbid=323140914427582&set=a.285617584846582.65993.280473955360945&type=3&theater"&HYPERLINK "http://www.facebook.com/photo.php?fbid=323140914427582&set=a.285617584846582.65993.280473955360945&type=3&theater"theater ; Dejo mi pelo rubio liso y me coloco un tupe alto. Me maquillo cómo lo suelo hacer siempre (que quede natural) y miro su collar. El colgante que me regalo Izan, es algo muy importante para él. No puedo quedármelo. Hoy tendré que devolvérselo.

[****]

-Ten...- Le extiendo con mi mano derecha en collar que me regalo aquella tarde en el faro.

Izan me mira extrañado. Tiene unas bolsas en los ojos enormes, parece que no he sido la única que no ha podido pegar ojo. Me rompe verlo así pero, es lo mejor para él aunque no sea consciente de ello.

-No, es tuyo. Te lo regalé.-

-Izan, no puedo aceptarlo. Es algo significativo para ti y no me lo merezco.- Cojo una de sus manos y se dejó en ellas.

Esas manos suaves, cálidas. Las extraño. Echo de menos cuando ellas recorrían mi cuerpo centímetro a centímetro. Cuando ellas me hacían sentir especial, deseada. Cuando me transmitían tantas sensaciones en mi interior.

-Naiara, te lo repito. Te lo regalé, es tuyo. Quiero que lo sigas llevando tú aunque no creo que lo hagas...- Su voz es triste pero firme.

-Izan...-

-No importa. Sólo necesito algo de tiempo para asimilar todo esto. Olvida estos cinco minutos y quédate con el collar. Qué todo lo que ha pasado entre nosotros no haya significado nada para ti, no significa que para mí haya sido igual.- Mierda Naiara mantén las formas, soporta el peso de tus lágrimas.

Quiero decir algo pero, no puedo. El silencio es dueño de mi voz. Él niega con la cabeza decepcionado y se aleja de mí, dejándome sola en los pasillos de King's Academy.

-Hola, preciosa. Veo que ya te has decidido.- John limpia una de mis lágrimas con sus dedos. Echo la cabeza hacía un lado. Me da asco, no quiero que me toque, aunque estoy segura al cien por cien que lo hará y yo tendré que dejarlo.- ¿No me digas que me odias por esto? Con el tiempo me lo agradecerás.-

Sus manos se colocan en mi cintura. Acerca sus labios a los míos pero de nuevo vuelvo a girarle la cara, no quiero nada suyo. Sólo quiero despertar de esta pesadilla.

Proyecto chico malo, en marchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora