Capítulo 39

11.4K 572 12
                                    

Y es ese el momento en que la pelota blanca con capas negras es enviada por el pie de mi chico malo directamente al portero. Antes de ser conscientes de que la pelota entra en la portería y que hemos ganado el partido medio estadio ya está de pie gritando y celebrando la victoria. Eso significa que habrá fiesta. Eso significa que estoy libre de los brazos de John. Que por el momento no tendré que acostarme con él. Que no seré una más de su colección. Eso me alivia.

Las chicas corren a mí y comienzan a gritar y a saltar. Quiero hacer lo mismo, celebrarlo con mi equipo de porristas y correr a los chicos y abrazarlos para felicitarlos cómo en las películas americanas. Pero en vez de seguirlas y unirme a ellas para correr campo a través hasta llegar a los chicos me quedo clavada en el suelo. Busco su mirada y antes de que lo haya hecho por mí misma lo hace él. Izan besa su mano y con el puño cerrado la alza al cielo y después la extiende a mi dirección. Sus labios se mueven. Puedo leer en ellos un "Te quiero".

-¿Qué haces aquí tan sola, preciosa?- Pero todos los sueños y todas las ilusiones son rotas por esa voz.

-Nada, te estaba buscando.-

Limpió una lágrima que he dejado que cayera por culpa del gesto de Izan. Me volteo y cruzo mis brazos por su cuello. Él coloca sus manos en mi cintura y me acerca más a su odioso cuerpo. Nos miramos y él me sonríe. Hago igual pero bastante forzada por mi parte. Vuelvo a buscar a mi chico malo con la mirada. Sigue paralizado en el mismo sitio de dónde deje de mirarlo. Su mirada que brillaba con fuerza comienza a debilitarse y yo era la única culpable de que eso sucediera. Solo necesito un poco más de tiempo, un poco más e Izan y yo volveremos a estar juntos.

-Está noche es la fiesta de la victoria.- Digo mientras vuelvo a centrarme en sus ojos.

-¿Y dónde es?-

-Han reservado una discoteca del centro.- John sabe perfectamente lo que le voy a preguntar.- ¿Vamos?- Frunce el ceño, mierda.

-No me apetece. Prefiero que vayamos a mi casa.- Se acerca a mis labios y los besa dejando al final como su dentadura muerde mi labio inferior. Sí estuviera en mis manos le reventaba de un puñetazo.

-Pero... podemos ir primero a la fiesta y pasar un rato allí.- Mi voz inocente pasa a una seductora.- Y después podemos ir a tu casa.- Acaricio su pelo rojizo.

-No me acaba de convencer.-

-¡Va! Nos lo pasaremos bien.- Me hago la niña pequeña.- A demás así después nos cogemos con más ganas ¿No?- Me acerco a sus labios y me dedico simplemente a morder su labio inferior.

Más tarde se acerca a mí y los besa sin permiso alguno. Aprovechado. Le sigo el juego porqué me interesa. Seguiré el plan de Miriam, hasta el martes tengo que evitar estar a solas con él. Lo emborracharé tal y como me aconsejo que hiciera y todo estará bien, lo sé. Tiene que estarlo. Me lo merezco, nos lo merecemos. No sería capaz de volver a mirar a Izan sí me acostara con John.

-Está bien. Paso por ti a las once.-

-No importa. Nos vemos allí.-

-Como quieras, preciosa.- Besa mis labios y su silueta se dispersa entre la multitud.

Ahora mis ojos vuelven a buscar a Izan pero, ya no está con los demás celebrándolo en el campo. Espero que no haya visto nada de todo esto. No he querido actuar de esta forma tan fácil de ser vista por sus ojos pero, no me quedaba otra. Ahora tocaba ir a casa y prepararse para esta noche.

Entonces un gran escalofrió recorre manos, cintura, espalda, brazos, hombros hasta llegar a mi cabeza. Ahora siento el presentimiento que está noche va a ser muy larga y compleja.

Proyecto chico malo, en marchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora