Capítulo 26

13.5K 720 13
                                    

Coloca sus manos detrás de mí cintura. Sigo dándole la espalda. Tomo un poco del agua fría de mi botella mineral. Mientras noto uno de sus besos rozar mi piel sudada. No por favor, cualquier cosa menos esa. Dejo la botella en el banco junto con mi mochila y sin voltearme:

-No sé de qué me hablas Izan.-

-¡Vamos Naiara! ¡Qué nos conocemos de unos añitos!- Me volteo y quito sus manos de mi cintura.

-¡Púes a ver si lo demuestras porqué hasta ahora no estás acertando ni una!- Mi amigo levanta una ceja.

-¿A no? ¿Entonces por qué haces todo esto? ¿Por qué has preparado este baile tan "provocativo" y llevas vestidos tan "provocativos"- Remarca entre comillas la palabra que tanto odio que use conmigo.

-¡Púes para que te fijes en mi cara culo!- Mi amigo abre los ojos como platos.

-¿En serio?- Mi amigo se ríe.

-¡Eres un estúpido!- Le pego un puñetazo pero no parece haberle hecho ni cosquillas en el brazo.- ¡Es que eres un mal pensado! Seguro que pensabas que lo hacía para llamar la atención de los otros chicos.-

-La verdad, es que no vas mal encaminada.-

-¡Lo ves! ¡No te fías de mí!-

- Pero... ¿De verdad todo esto lo has montado estos días para que me fije en ti?-

-A ver ¡Tampoco te vayas a creer importante, eh!-

-¿Cuánto tiempo has tardado en vestirte?- Mierda...

-Una hora.-

-Mentirosa.-

-¿Por qué?-

-Porqué si fuera verdad no fruncirías el ceño.- No hay forma de engañar a este hombre, me conoce cómo la palma de su mano. Lo odio.

-¡Okey! Tres horas ¿Contento?-

-No.- Se acerca a mí y antes que pueda parpadear tengo sus labios sobre los míos.

Está ocurriendo, estoy notando de nuevo su calidez rozar mi boca con la suya. Su lengua entra a la mía y no puedo frenarla. No sólo porqué me falta fuerza de voluntad y también porqué me tiene cogida de una forma tan extrema que me seria misión imposible. Paso mis manos por su cuello y vuelvo a sentirme bien. Ya vuelvo a ser yo. Esa Naiara segura, atrevida y feliz. Feliz consigo misma.

-Ahora sí.- Separa muy pocos centímetros nuestras bocas pero todavía puedo notar su respiración chocando con la mía.

Nos miramos a los ojos. Este chico no entiende que cada día me debilita más. No puedo seguir así.

-Eres un imbécil.- Él se ríe y vuelve a besar mis labios.

-¡Eh vosotros tortolitos! ¡Tenemos un entreno que seguir!- Álex llama a Izan.

Él sin soltar de mi cintura se voltea y le ríe la gracia a su amigo.

-¿Nos vemos después?-

-Mejor me llamas.- Digo mientras separo nuestros cuerpos con un puñetazo en el pecho. No le iba a dejar tan fácil las cosas cómo él tenía planeado.

-¿En serio?-

-¡Sí!- Grito mientras vuelvo con mis chicas porristas.

-¡Púes volveré a tu casa y subiré por la enredadera, tú misma!-

-¡Púes mi padre sacará la escopeta, tú mismo!- Puedo escuchar su risa mientras niega con la cabeza.

-¡No me importa!-

Proyecto chico malo, en marchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora