Capítulo 10

14K 861 28
                                    

-¿Qué?- Me dice sin mirarme a los ojos.

-Lo siento por ser tan dura contigo.- Él asiente.- Vamos a intentarlo de nuevo tendré paciencia ¿Okey?-

-Está bien pero, haz el favor y pon el pestillo.- Me río y él también lo hace contagiado por mis carcajadas.

Cierro la puerta con el seguro y me volteo. Izan se encuentra justo en frente de mí. Sus manos se colocan en mis caderas, al menos tenía iniciativa. Nuestras caras vuelven acercarse reduciendo cada vez menos el espacio entre nosotros. Hasta que llega el momento en que veo como sus ojos se cierran y yo por educación hago lo mismo.

Sus carnosos labios chocan con los míos con delicadeza. Tengo paciencia esperando a que Izan dé el primer paso, pero no le sale. Abro la boca para darle alguna pista de lo que tiene que hacer. Por suerte suya lo capta y su lengua se mete en mi cavidad, roza mi lengua y la saborea. Nuestros labios, lenguas y besos son una perfecta unión que se dejan llevar a un paso único. Paso mis brazos por su cuello. Izan es alto así que es mucho más cómodo. Sus manos acarician mi espalda, hasta que poco a poco notó como sus yemas acarician mi parte trasera. Me ruborizo y alejo nuestras caras. Ahora sus manos se encuentran apoyas en mis glúteos y eso me da una sensación extraña. Él vuelve a buscar mis labios.

Colocó mi mano derecha en su pecho intentando enviar una indirecta de dejar espacio, de que el beso ha finalizado, pero no parece cogerla o al menos eso es lo que aparenta. Nuestros labios siguen unidos en movimiento mientras nuestras lenguas siguen sin cansarse de recorrerse mutuamente.

Me canso, me falta aire, siento mis hormonas arder. Necesito espacio y es lo que hago.

-Bueno, creo que por hoy ya basta.- Digo mientras me echo el pelo hacía atrás.

-¿Ya? Si acabamos de empezar.-

-Sí pero, tengo cosas que hacer. Nos vemos mañana.-

-¿Te llamo luego?- Coge su mochila y se la colocó como yo le había enseñado, solo en un hombro. Aprendía rápido.

-Claro.-

Él se acerca a mí y besa mi frente rápidamente.

[****]

Izan y yo seguíamos con el trato de no ir con el uniforme al colegio así que iba así: http://www.polyvore.com/cgi/set?id=47985117&.locale=es ; Sí, se podría decir que me gustaba vestir para crear una reacción en los chicos. Amaba ser el centro de atención de todas las miradas.

-¡Buh!- Notó los brazos fuertes de mi amigo abrazarme por detrás.

-¡Imbécil! Me has asustado.- Digo riéndome mientras nuestro cuerpos se balancean juguetonamente.

Me sentía algo incómoda con Izan des de ayer por la tarde. Aquel beso. Fue una experiencia inolvidable. Realmente no recuerdo con cuantos chicos me había besado e incluso acostado con ellos, pero lo nuestro fue una sensación diferente. Y la verdad no podía acabar de creerme de que nunca hubiera besado a otras chicas, besaba de lujo, incluso me atrevo a decir que mejor que Jake.

-¿Cómo llevas los exámenes?-

-Estresada, no me entra la dictadura de Hitler.-

-Vamos a la cafetería nos saltaremos la clase de lengua.-

-¿Tú hacer campana?- Me río.

-Sí, pero solo para darte un repaso con historia.-

[****]

-¿Entonces a Hitler lo nombran dictador?-

-No, se nombra él mismo.-

-Joder... esto es imposible.-

-Vamos Naiara no te desanimes.-

La mano de Izan rodea mi cintura y sus labios besan mi frente. Era bueno tenerlo en estos momentos. Ese apoyo que es constante. Con Jake muchas veces me sentía sola por el simple hecho de que siempre estaba entrenando con el equipo.

-Señorito Sierra y Señorita Helker ¿Y sus uniformes?-

-En casa.- Contesta mi amigo.

-Mañana les quiero ver con los uniformes si no quieren una amonestación.-

El director Burdock se retira a tomarse su café matutino. El timbre suena y nos dirigimos a la clase de historia dónde me espera mi mayor pesadilla.

-Lo lleva claro si se piensa que voy a llevar el uniforme de nuevo.-

-¿Tú Izan Sierra vas a desafiar las normas de la sociedad? Creo que te estás tomando demasiado enserio todo esto.-

-¿Y no querías eso?- Mi amigo me sonríe.

Izan se queda en su taquilla y a unos treinta pasos más hacía mano derecho se encuentra la mía. Decidimos reencontrarnos en clase.

-Hola Naiara.-

-¿Quién eres?- Un chico pelirrojo con pecas y ojos azules preciosos me observan apoyado en mi taquilla.

-Soy John Burdock.-

-Mmm.. Muy bien ¿Te apartas de mi taquilla?-

-Claro.- Así hace pero, no acaba de quitarse de mi lado.

-¿Y bien te vas a quedar todo el día plantado aquí o qué?-

-Te he visto con ese chico en la cafetería, no te pega nada.-

-¿Me vas a decir tú quien me va o me deja de ir?- Él asiente.- ¿Pero quién coño te crees? ¿El dueño del mundo o algo por el estilo?-

-No pero, el suelo que pisas es mío, soy el hijo del director y voy a ingresar en el campus.-

-Bien por ti, explícaselo a quién le interese.-

Dicho esto cierro mi taquilla y con el dosier de historia que debía de presentar para el examen me alejo de él subiendo las escaleras.

-Nos vemos luego preciosa.- Escucho su voz de lejos.

Tenía un mal presentimiento. Un escalofrió recorría mi cuerpo de cabeza a pies. Lo mejor sería que me alejará del chico nuevo.

Proyecto chico malo, en marchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora