El abrazo se alarga más de lo normal. Si ya estaba nerviosa ahora es mucho peor, estoy histérica, atacada, agobiada o estresada, cómo prefieras decirlo. Con la ayuda de mis manos hago que nuestros cuerpos se separen. Su mirada que se encuentras detrás de esas lentes no me dicen nada.
-¡Por favor Miriam! ¡Di algo, no te quedes callada!-
-Tienes… tienes que hablar con Izan, Naiara.- Asiento mientras intento retener el dolor que me hacer arder por dentro.
Pero cae la primera lágrima y vuelvo a sentir sus brazos rodearme con fuerza y firmeza. No quiero su consuelo. No quiero nada de nadie. Ahora solo quiero estar sola.
-Miriam… agradezco que hayas venido pero, preferiría estar sola en estos momentos.-
-¿Cuándo piensas contárselo a tus padres?-
-No lo sé…- Intento mantener la calma ¡Genial, mis padres! Tanto Izan en la cabeza que se me había olvidado a Hitler y a Franco que tengo cómo padres.
-Sí quieres puedo quedarme y hablamos las dos con ellos.-
-Gracias pero, son cosas de familia y será mucho peor sí te quedas, créeme.-
-¿Y a Izan? ¿Lo llamarás hoy?-
-No.- Estoy segura de la decisión que estoy tomando.
-¿Mañana?-
-No.-
-¿No piensas llamarlo, verdad?- Me quedo callada. Mi silencio responde a su respuesta.- Naiara, tienes que contárselo.-
-Ya lo sé, Miriam. Ya lo sé.- Agradezco mucho su apoyo pero, ahora mismo su presencia me irrita bastante.
-Pues sí ya lo sabes hazte un favor, házselo a Izan, a vuestro bebé y habla con él cara a cara. No se enfadará contigo y aun menos te dejará sola en esto. Se quedo una vez a tu lado y volverá a hacerlo.-
-Ese es el problema. Que no quiero que lo haga.- Miriam está incrédula por mis palabras.- Quiero que este en mi vida pero, porqué quiera estar conmigo no por obligación de cuidarme a mi y al niño.-
-¡Es que es su obligación, Naiara! ¡Lo mires por dónde lo mires es su hijo y tiene todo el derecho a saber que va a ser padre!-
-¡Sh!- La mando a callar. Fijo mi mirada en la puerta, parece que mi madre no está en casa o es que sabe mantenerse mucho rato sin respirar.- Miriam ya está decidido.-
-¿Y qué le vas a decir cuando te vea la barriga?-
-No tiene porqué verla.-
-Vais al mismo instituto, a la misma clase y os sentáis juntos. Tarde o temprano se dará cuenta, Naiara.-
-Igualmente no tenía pensado ir a clases.-
-¡¿Qué?!- Ahora se ha quedado estupefacta. No puedo permitir que Izan se enteré de mi estado.- ¿Y vas a echar tu futuro a la borda porqué simplemente no quieres ser honestas con este chico?-
-¡Oye, oye, oye! ¡A mi no me digas que no soy honesta con él cuando le estoy quitando un problema de encima! ¡Qué te recuerdo que este niño no lo he creado yo solita!-
-¡Pues por eso mismo! Además, tu madre y la suya son muy amigas ¿Enserio crees que no le contará nada en cuanto sepa que Izan es el padre?-
-Es que no pienso decir que él es el padre de mi hijo.-
-De vuestro hijo, Naiara. No lo has creado tu solita.- ¡Ah! ¡Retiro todo lo bueno que he dicho de ella! ¡La odio!- A parte ¿Crees que la gente no se enterará que te has quedado embarazada?- Tiene toda la razón… los cotilleos vuelan en nuestra sociedad y en todas partes.