Capítulo 58.

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Me despierto completamente bañada en sudor, escucho mi acelerada respiración mientras observo atónita mi habitación. Tan solo expiro el CO2, ya que no puedo inspirar aire. Paso ambas de mis manos por mi rostro y las baño en sudor.

He tenido una pesadilla.

Mi respiración sigue acelerada, pero pese a eso, puedo ver mi habitación en plena oscuridad de la noche. La luz de la luna entra por mi ventana y provoca que haya más claridad en el lugar.

Vuelvo a pasar mi mano por mi frente y limpio mi frío sudor. Poso mis pies en la fría madera de mi habitación y cojo mi teléfono de la mesilla de noche.

Tras haberlo desbloqueado, compruebo la hora en mi teléfono. Son las tres y media de la mañana. Suspiro agotada y me incorporo de mi cama para dirigirme a mi escritorio y tomar mi portátil.

Lo dejo en mi cama para después ir a la cocina y coger una cerveza y varios cacahuetes. Los pongo en un bol y tomo mi botella de cristal para de nuevo volver hacia mi habitación.

Dejo la cerveza en el suelo y pongo el bol de cacahuetes a un lado mío, tomo el portátil y lo pongo sobre mi regazo.

Presiono el botón para encender el ordenador y espero pacientemente hasta que se enciende. Tras hacerlo, escribo mi clave y me dirijo hacia el bloc de notas que tengo ahí, lo abro y empiezo a escribir todo el sueño.





Estaba yo,

Estabas tú,

Estábamos los dos.

Tú no tenías rostro y me mirabas como si supieses todo sobre mí,

Pero yo no conseguí hacerlo.

Me acerqué lentamente hacia ti, y, cuando estuve a escasos centímetros de ti, comprendí todo.

Noté como si algo nos uniese,

como si nos atrajésemos mutuamente,

Pero yo no te vi el rostro.

Pude ver que llevabas una gabardina, y como había unas gafas que se deslizaban por el puente de tu nariz,

Pero seguía sin reconocerte.

Me dijiste algo que en estos instantes no recuerdo, pero lo que sí recuerdo es que sonreí.

Tras aquello te marchaste,

Pero antes de alejarte del todo, una pelirroja apareció a tu lado.

No llegué a ver su rostro, ya que todo aquello me dolía.

Os vi felices alejándoos lentamente mientras yo sentía una opresión en mi pecho.

Dolía, y mucho.

Las lágrimas salían y se deslizaban por mis mejillas mientras no entendía el por qué de aquello.

Pero en lo que sí me fijé fue en que,

A pesar de irte con aquella chica de cabellera pelirroja,

La atracción seguía notándose.

¿Quién serás?





Poso mis dedos sobre el teclado tras haber acabado y noto el bello de mi piel erizarse hasta el punto de llegar a tener frío en pleno final de junio.

Acabo mis cacahuetes y los dejo en mi mesilla para después tomar mi cerveza y pegar un trago largo. Leo y vuelvo a leer mi escrito y sigo preguntándome quién será aquel misterioso hombre sin rostro.

Puedo notar como me desgarran el corazón, y es realmente doloroso. Y creo, que cuando leo aquella parte, comprendo todo.

Eso es un recuerdo de hace tiempo, mi mente se ha permitido el lujo de almacenarlo y reproducirlo en mi mente como una pesadilla.

Aquel hombre se va con otra; me deja por otra.

¿Quién será?

Poso mi dedo corazón sobre el ratón y los deslizo hacia la opción de minimizar. Después de hacerlo, deslizo la flecha hasta Google Chrome y entro en la página.

En mi mano izquierda sostengo la botella de cerveza y la acerco a mis labios, noto como el alcohol se desliza por mi garganta y el frescor abunda en mi boca.

Suelto un pequeño gemido de placer y vuelvo la vista hacia la pantalla de mi portátil, busco alguna cosa al azar mientras mi mente da vueltas a aquel sueño.

Poso mi mano derecha sobre mi pecho y noto los latidos de mi corazón. A pesar de estar roto, sigue adelante.

-No necesito a ningún hombre - digo en la oscuridad de mi habitación.

Y estoy en lo cierto, no necesito a nadie excepto a mis amigas y mi familia. Mientras se carga la página que he buscado, desbloqueo mi teléfono y accedo a WhatsApp.

Busco vagamente entre mis contactos hasta que me aburro y salgo de él.

¿Qué hago ahora?

Miro mi pantalla y salgo de la página en la que me encuentro ahora mismo. Deslizo la flecha hasta el buscador, presiono ahí y escribo: "Métodos para poder dormir".

Miles y miles de páginas web me aparecen al segundo y accedo a la más visitada. Poco a poco, voy leyendo todo lo escrito en ella y suspiro ante todo aquello.

Finalmente acabo apagando el ordenador, llevo el bol de cacahuetes y la cerveza a la cocina para después acostarme en mi cama e intentar dormir, pero mi mente no descansa.

Todavía sigue preguntándose quién es aquel hombre anónimo que ha habitado en mis sueños esta noche, y yo realmente me siento intrigada.

Dicen a veces que las pesadillas o sueños, son recuerdos de tu mente o tal vez sean cosas que sucederán en un futuro, pero eso es imposible.

¿Realmente estaré yo preparada para que me vuelvan a hacer daño?

Niego con la cabeza rotundamente.

Acomodo mi almohada y poso mi cabeza sobre ella mientras pienso en aquel sueño que me trae loca.

¿Quién será él?

¿Quién será aquella chica de cabellera pelirroja?

¿Por qué me dolía tanto?

¿Por qué no paro de pensar en esa pesadilla?

Suspiro abatida y cierro los ojos para adentrarme en un profundo sueño, cosa que a los pocos minutos consigo. Pero aun así, mi mente sigue preguntándose:

¿Quién será aquel hombre sin rostro?

Quiéreme, profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora