Cierro los libros y los meto en mi bolso para después salir de la universidad. Mientras camino, me dedico a escuchar música con los auriculares puestos.
Estoy en mi último año de universidad, y si miro hacia atrás, hace nada que había empezado la universidad.
Hace poco me saqué el carnet de conducir, gracias a eso no tengo que esperar sentada en las escaleras a que mi novio me pase a buscar. Abro la puerta de piloto y me adentro en él, dejo mi bolso en los asientos de detrás, pero cuando estoy por dejarlo el teléfono suena.
Diego: Hola, pequeñaja. He hablado con: Santi, Nuria, Cristina, Pedro y Raúl para quedar. Todo ellos pueden, ¿tú?
Yo: Obviamente ;). ¿Día? ¿Hora? ¿Lugar?
Dejo el teléfono en el bolso y enciendo el motor para luego ir hacia casa.
****
Salgo de mi casa peinando el pelo con mi mano derecha mientras que con la otra intento, a duras penas, abrir la puerta del piloto. Entro en su interior y dejo mi bolso en el asiento de copiloto.
Enciendo el motor y emprendo camino hacia la casa de Nuria, donde allí se encuentra Cristina junto a ella. Al llegar, hago sonar el claxon y ellas salen del portal para dirigirse a mi coche.
-Hola - saluda Cristina mientras se pinta los labios.
-Hey - me saluda Nuria.
-¿A dónde vamos a buscar a Diego?
-Me ha dicho que en la puerta del colegio- dice Nuria mientras lee el mensaje. - No sé el por qué.
Asiento extrañada y emprendo camino hacia nuestro antiguo colegio. Al llegar, las tres bajamos y esperamos pacientes a Diego.
El viejo timbre del instituto suena haciéndonos recordar momentos de hace casi cinco años. Cristina suspira y empieza a teclear hábilmente su pantalla mientras Nuria y yo buscamos por la calle alguna señal de Diego, pero realmente nos asombramos cuando le vemos salir de nuestro antiguo instituto con un maletín sujetado de su mano.
-Hola - saluda sonriente.
-¿Qué haces saliendo de allí?- pregunto extrañada.
-Ah, es cierto. No os lo dije -ríe nerviosamente mientras se rasca la nuca.
-¡Pero dilo!- exige Nuria.
-Trabajo aquí. Bueno, estoy de prácticas de profesor de tecnología.
-¿Con quién? - pregunta Cristina.
-Ernesto.
Desvío mi mirada hacia la puerta principal del colegio y mi corazón, sin más miramientos, empieza a latir rápidamente ante el pensamiento fugaz que ha pasado por mi cabeza.
Él puede salir en cualquier momento por aquella puerta.
-Bueno... ¿Nos vamos?
Los tres asienten y nos subimos a mi coche para dirigirnos a la cafetería dónde nos reuníamos antes. Mientras conduzco hacia el lugar, pequeños flashbacks vienen a mi mente sobre el instituto, y claramente todos son con él. Creía pensar que Federicco ya es una etapa del pasado, que he olvidado todo, pero supongo que aunque transcurra mucho tiempo y si la relación fue intensa, algo queda.
Al llegar, los cuatro bajamos y nos encontramos con: Pedro, Santi y Raúl. Abrazo fuertemente al primero y último para después quedarme colgada en los brazos de Santi.
-¡Hola, renacuaja!- exclama cuando me ve.
Río ante su saludo y le beso la mejilla para después escanearlo físicamente. Santi ha cambiado, ya no es el mismo, al igual que Pedro y Raúl.
Los siete entramos en la cafetería y mi corazón se vuelve a acelerar con tan solo pensar que pueden estar allí Rebeca y Federicco. Al entrar, miro rápidamente todo el local en busca de sus presencias, pero no les veo y suspiro aliviada. Nos sentamos en una mesa y empezamos a charlar animadamente hasta que Diego interrumpe.
-Bueno, ya sabéis que estoy en prácticas de profesor - todos asentimientos extrañados. - Pues resulta que este trabajo cada vez me gusta más.
-No te pierdas por ninguna alumna, ¿lo sabes, no?- advierte Pedro seriamente.
-Tengo a otra en mente.
Todos nos miramos entre nosotros.
-El caso es que me he enterado de muchas cosas de las que desconocíamos - mi corazón late rápidamente ante el miedo de que sepa que tuve algo con mi profesor.- El otro día fui a hablar con Ernesto, y resulta que él estaba hablando con Federicco.
En ese instante, las miradas de Nuria y Cristina se desvían hacia mí y me miran asombradas, yo tan solo me limito a hacer una mueca.
-¿Y qué pasa? - pregunto Nuria intentando no darle importancia al tema.
-Resulta que Ernesto discutía con él porque Federicco dijo algo de...- piensa unos segundos.- Todavía no la he olvidado a pesar de estar con Rebeca.
Nuria y Cristina abren los ojos al igual que yo.
-No sé a quién se referían, pero por lo que escuché resulta que es una ex novia.
-Que imbécil, ¿no?- dice Raúl.
-Sí -afirmo. - Añora a su ex novia y está con otra. Luego cuando él la busque tal vez no esté, porque después de todo lo que hizo...
-¿Qué hizo? - pregunta Pedro.
Se forma un nudo en mi garganta.
-No lo sé. Por eso digo que depende de lo hiciese tal vez su ex no quiera volver con él.
Todos asienten ante lo que digo y Nuria simula quitarse una gota de sudor invisible de la frente, sonrío nerviosamente y la conversación se desvía hacia otro tema.
-¿Qué desean tomar?- escucho.
Mi mente recuerda aquella voz, o tal vez era una simple ilusión mía. Alzo la vista y me quedo petrificada, es Rebeca. Ella me ve y su rostro se desfigura para convertirse en odio.
-Hombre. Hola, Lucía - dice con una sonrisa falsa.- ¿Qué tal?
Nuria va a responder pero interrumpo.
-Muy bien- respondo su sonrisa falsa con otra.- Por lo que veo tú no.
Ella enarca una ceja y va a responderme cuando Raúl interviene y pide lo que quiere, al igual que el resto. Después de traernos cada uno lo respectivo, empezamos a charlar pero Diego me mira preocupado, y entonces habla:
-¿Qué ha pasado con esa? - pregunta refiriéndose a Rebeca.
-Nada - niego con la cabeza.- Una chica que me cae mal. Nada más.
-¿Segura?
Asiento y él me sonríe dulcemente.
Después de quedar con todos, vuelvo a mi casa dispuesta a descansar, pero me encuentro a Eric en el salón de mi casa charlando animadamente con mi padre.
-Hola- saludo.
-Hola, hija - dice incorporándose. - Bueno, os dejo solos.
Beso a mi padre en la mejilla para después sentarme en el sofá con Eric, le abrazo, y antes de besarle, miro sus ojos verdes profundos.
-Te quiero- le digo.
-Y yo, mi amor.
Le beso, y no sé por qué, pero mi mente viaja hacia los momentos con Federicco. Admito que después de ver a Rebeca y mirar el portal de mi antiguo instituto, un sentimiento guardado ha removido mi interior.
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Quiéreme, profesor.
RomanceAmbos creían que el amor era pura especulación, o incluso algo que se llegaba a sentir si tenías suerte de encontrar a la persona indicada. Profesor y alumna estarán sumergidos en una historia de amor, llena de pasión y sobre todo momentos dolorosos...