20 'Propuesta'

3.9K 363 89
                                    


Mi padre, supongo que puedo llamarlo así, en mi mente imagino un hombre alto, fornido, de cabello castaño, tal como lo vi en algunas fotos, realmente atractivo, corriendo hacia mí, levantándome en sus brazos y girándome en el aire, y yo no tengo más de cuatro años. Justo lo que siempre desee a esa edad, pero esos momentos no se daban más que cuando iba Steve a visitarnos.

Camino hacia mi habitación, miro el suelo y arrastro los pies, el hombre también me dejo, pero sus razones por lo menos fueron nobles. Por primera vez en mi vida siento apego por mi nombre, por mi nombre completo; Ámbar Elizabeth. Suspiro al llegar a la puerta de la habitación, es extraño como esta no posee tecnología, es simplemente una puerta de madera común. Giro el pomo y estoy dentro.

Me siento sobre la cama, imagino tantas cosas que pudieron pasar con mi padre real, que en cinco minutos ya no tengo ánimo para nada.

***

Me levanto, es temprano en la mañana y como cualquier otro día estoy sola y sin mayor cosa que hacer. Tony me ha regalado una computadora hace un par de días, dice que necesito cambiar mi rutina o terminare enloqueciendo, a diferencia de la puerta esta tiene tecnología para dar y prestar.

Para ser honesta no creí necesitarla, pero sentí un impulso gigante de entrar en mi facebook y hablar con Ami, Lou, con quien fuera, pero tal fue mi sorpresa cuando al ingresar el correo y la clave me reboto diciendo que no tenía permitido el acceso a esa página, me regreso al inicio y la idea de ingresar en esta red social, se esfumo.

No he vuelto a usar ese aparato desde entonces, sin embargo, el silencio que me inunda es tal que produce en mi; escalofríos.

Presiono el botón de encendido y llego a un wallpaper de Iron Man, este sujeto tiene un ego gigante. Ingreso al buscador, unas simples palabras bastan para entrar a mi correo, sorpresa, me permite el acceso.

Este sin embargo, no está para nada relacionado a mi vida pasada, lo cree en Italia para trabajar con el señor Astori. No hay más que un mensaje nuevo, es de la empresa, me sorprende que la fecha sea solamente de hace dos meses, cuando mi retiro paso hace casi cinco. Lo abro, veo un número, algunas cifras, unos cuantos ceros, es el dinero que de la empresa me han dado, el dinero por mi liquidación y por los meses trabajados. No es mucho, pero me servirá para realizar un pequeño viaje.

Tomo una ducha rápida, arreglo mi cabello y busco entre mis cosas la tarjeta que creía perdida que me servirá para retirar el dinero, está dentro de uno de mis bolsos. Recojo mi cabello en una coleta alta, un par de pendientes y estoy lista para fingir que sólo daré un paseo.

Paso las puertas sin problemas, los guardias –Ahora son más de tres. No sólo el pequeño anciano – no prestan atención a que me he ido, ni me piden explicaciones, quizá están pensando en el partido de esta noche.

El banco más cercano está pasando unas calles, no me preocupa encontrarme con alguien, después de todo, no conozco a nadie, los chicos están en una misión, al norte de Canadá, creo.

Decido caminar sin preocupaciones. El salir de la base me ha hecho un bien enorme, incluso la sensación de pánico ya no aparece más. Algunas pesadillas surcan mis noches, pero puedo acallarlas con facilidad.

Llego al banco, no necesito hablar con nadie, solo dirigirme a un cajero, sacar mi dinero y regresar por donde salí. Así lo hago y no me toma más de quince minutos, tiempo en el cual, estuve esperando a que una mujer entendiera como usar el artefacto, sacara su dinero y se disculpara con los demás en la fila por su demora.

Estix #2 |Niall Horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora