Estix #2 |Niall Horan.

35 'Aislada'

Estoy a un paso de la oficina de Fury. La reunión no será nada especial, el hombre sólo quiere saber cómo me encuentro. Doy un par de golpes en la puerta y Nick no tarda en abrir. Sonrió de lado. Hace un ademan y yo entro.

—Hola —susurro.

—Señorita Hamilton —responde serio.

—No está molesto o ¿Sí?

—Si se refiere a que el futuro de los nueve mundos pudo estar en peligro sólo por sus caprichos de niña pequeña. Sí, estoy molesto —suelta. Se sienta en su escritorio y me ofrece la silla de enfrente

— ¿Qué tan molesto? —digo tanteando el terreno.

—No lo suficiente para evitar la preocupación que siento. Es por eso que le he pedio a su novio y a los otros que la trajeran aquí.

— ¿Para qué? —Susurro con desagrado — ¿Qué se supone que harán? ¿Golpear mi cabeza hasta que el maldito dios de la locura, como he decidido llamarlo, salga?

—Si es necesario, sí —apunta serio. No quiero responderle, miro hacia la pared. El logo que he pintado para él, sigue intacto, creo que alguien lo ha retocado —Hamilton —llama y mi atención regresa —. Le prometo que lograremos sacar a ese maldito de su cabeza.

—En primer lugar no lo tiente, no tengo ganas de saber sobre él —digo con cierto nerviosismo —, y en segundo, créame Fury, ya no creo en promesas.

Le sonrió sin ganas y me levanto. — ¿Algo más? —cuestiono en tono cortes.

—No, por el momento es todo —Asiento y le doy la espalda.

Me dirijo hacia mi cuarto. A medio camino Niall detiene mi marcha, para decirme que mi habitación ha cambiado, ahora quedare cerca del rubio y el ruloso. Además que Tony y Steve pasaran un par de días, semanas o meses junto a mí. "Por si acaso" dijeron, yo sólo enarque una ceja y rodé los ojos.

Sin tardar me encierro en la habitación y no salgo para nada más.

Mis sueños no son diferentes a los de la noche anterior, es frustrante porque me veo desesperada por despertar y no lo logro. Siento como mi cuerpo da vueltas y vueltas, tratando de escapar. Pero Loki impide que despierte. Sangre, sangre y muerte, asesinatos, gente que no conozco muerta, mis seres amados también, mi cuerpo siente repulsión y el deseo de despertar es más intenso.

Abro los ojos después de una gran lucha. Noto que mis manos están aferradas con mucha fuerza a las sabanas. Entonces lo veo sentado, mirándome a los ojos, está preocupado, pero sonríe.

—Anoche no fuiste a cenar, tampoco almorzaste —suelta. Yo aún no proceso lo que pasa. Pero la idea de comer me revuelve el estomago y cruzo sobre la cama para llegar al baño y vomitar todo. — ¿Estás bien? —comenta Niall llegando a mi lado, claro que no cerré la puerta. Asiento mientras me levanto y limpio mi boca con el dorso de mi brazo. Bajo la cisterna.

—Sólo un mal sueño —comento —. Ya pasará —lavo mis dientes. Entonces giro para mirarlo y recostarme en su pecho, ahora deseo con más fuerza estar a su lado, quizás mi miedo interno o mi desespero me arrastran a estar bajo la protección de sus brazos y el dulce y lento palpitar de su corazón.

—No quieres comer —apunta, yo niego —. Debo salir en un par de horas —susurra —. Necesito arreglar unos  asuntos en Asgard. Prometo no tardar.

Más promesas...

—Está bien —respondo no muy confiada, no deseo estar sola, pero él necesita alejarse de mí y estar con su pueblo.

—Come algo —susurra con ternura.

No respondo, camino fuera del baño, Niall me sigue. Me despido dejando un beso en su mejilla. Él sonríe, pero su sonrisa como ya lo he visto antes no toca sus ojos. Sale y yo me quedo allí, varada, justo donde había comenzado.