Estix #2 |Niall Horan.

28 'Feliz Cumpleaños, Niall'

Hace dos semanas de mi último encuentro con Loki. Al regresar al edificio Stark debí tocar y despertar al guarda, no quise darle explicaciones y sólo me limite a decirle que ni Tony ni los chicos se enterarían de eso.

Una vez en mi habitación limpie los cortes y los cubrí con maquillaje. Nadie los noto, salvo Zayn.

Zayn ha comenzado a sospechar que algo ocurre, pero al igual que con los demás he negado cualquier cambio en mi vida y le he dicho que cerca a la estación de tren unos sujetos trataron de robarme y al ver que no tenía nada de valor me golpearon un poco.

Él más que nadie tenía demasiadas ganas de ir a Asgard. Pero la reina le prohibió la ida, como ya lo suponíamos. Sin embargo no ha estado triste por eso. Sus palabras esta mañana fueron claras y concisas. "No hagas una locura, Lizzy. Por favor" después de eso me abrazo fuerte, como si no fuera a verme en mucho tiempo. Beso mi frente y me expreso que me quería demasiado. Opino que pasaría su día entrenando así que no nos veríamos más hasta mi regreso.

Estoy lista cuando de un pequeño cinturón puesto en mi piel cuelgo la bolsa de las gemas falsas. Dejo caer la falda ancha sobre ellas. Tomo el regalo que he hecho para Niall y con el cual he olvidado la maldita realidad que estoy viviendo.

He pintado para él un cuadro. Hace unos días le vi sentado frente al edificio, observando el parque, mientras que jugaba con el césped entre sus manos. Inmediatamente me imagine pintando esa escena y lo hice.

Extrañaba tanto el arte que no tarde más que cuatro días haciéndolo. No pare hasta que quedo perfecto. Ahora está envuelto entre papel regalo y se lo daré antes de irnos.

Tres golpes en la puerta y sé que es él. Así que le doy entrada susurrando unas palabras: —Entra, está abierto.

—Estás hermosa —susurra al verme y deposita un beso en mi mejilla.

—Igual que usted, rey de Asgard. Esta guapísimo —Niall sonríe —Tengo algo para ti. Cierra los ojos.

—No me compraste un regalo o ¿sí? Sabes que no me gusta que gastes en mí.

—Calla. No gaste nada. Cierra los ojos.

—Está bien. Tú ganas, quiero sabes que es —Rio y espero hasta que cierra sus ojos para ir por el cuadro.

—Cierra bien los ojos. No hagas trampa.

—No estoy haciendo trampa —musita. Sé que es verdad, él es muy inocente para hacerlo. Camino de regreso y coloco el regalo frente a sus ojos.

—Ábrelos —así lo hace —Sorpresa —Digo con tono chillón y muevo mi mano libre de un lado a otro — ¡Feliz cumpleaños, mi amor! —comento y siento como un cuchillo se clava en mi interior al recordar lo que debo hacer hoy. En su cumpleaños.

—Gracias, princesa. ¿Qué es?

—Sino lo abres no lo sabrás —rio obvia. Toma el papel de un lado del envoltorio y lo abre con cuidado. Me pregunto si es la primera vez que abre un regalo. Sin embargo es su día y puede abrirlo como le venga en gana.

Al terminar de abrirlo saca el lienzo y se queda expectante por unos segundos. No me mira ni dice nada sólo observa la pintura.

—Esto es asombroso. Yo no sé qué decir. Tienes un don, Elizabeth, me encanta. Gracias —se levanta y me da un corto beso. Sigue observándolo —Tengo el lugar especial para esto.

— ¿Dónde? —cuestiono.

—En Asgard —frunzo el ceño algo confundida—. Te lo mostrare luego. Debo salir antes. ¿Nos vemos allí?