Estix #2 |Niall Horan.

26 'No puedes alejarme'

Bajo, faltan cinco minutos para mi cita de entrenamiento con Harry y es hora de llegar. Pensativa recorro el camino en el ascensor. No he podido dejar de pensar en Loki y que ahora sabe lo mucho que amo a Niall y el efecto que puedo tener sobre él.

Arrastro los pies dentro del gimnasio. Esta tan pulcro como siempre. Veo algunas maquinas para correr, sacos de boxeo, un ring enorme y algunos implementos más. Harry está sentado dentro del ring. En cuanto me ve se baja con un salto simple y lleno de estilo. Sonríe y acomoda su gorra antes de llegar a mi lado.

—Hola, dulce —susurra al verme. Deja un pequeño beso en mi mejilla. Puedo sentir su aroma. Noto que huele muy bien, es una extraña combinación entre loción de baño y un poco de sudor.

— ¿Cómo estas Harry?

—Bien —me mira algo preocupado —. Vaya, que ojeras más grandes— frunce el ceño y tuerce el gesto — ¿Estás segura de que no te exiges demasiado?

—Segura —ruedo los ojos. Creen que soy tan débil que no puedo ni con un pequeño entrenamiento —. Comencemos ¿quieres?

—Bueno— dice sin opción—. Esto es algo que te será realmente útil —explica, yo lo observo. Su gorra esta acomodada hacia atrás. Lleva una pantaloneta negra, una camisa con cuello en "v" y unas converse negras —. Concéntrate en lo que digo —suelta cuando mi mirada está perdida en él. Me sonrojo al ser descubierta.

—Perdón. Aún me es difícil contenerme, señor Styles —le guiño un ojo. Harry ríe.

—Esto te ayudara a bloquear ataques. Haré una pequeña demostración. Atácame.

— ¿Qué?

—Hazlo —inquiere y yo no sé cómo hacerlo —. Sólo corre hacia mí — continua al notar mi confusión.

—Okay —suelto no muy segura y corro hacia él. Coloca sus manos en su pecho. Comprendo que la idea es repeler mi "ataque". Lo hace con éxito. Con mucho éxito diría yo puesto que ni me toca. Doy un traspié hacia atrás y me enredo con algo que está en el suelo. Mi cabeza colisiona muy fuerte con el ring de boxeo que está en medio de la sala y por consiguiente con el suelo.

— ¿Lizzy? —escucho a Harry.

Un par de segundos después siento como mis oídos se tapan, se niegan a escuchar. Mis ojos no pueden permanecer abiertos. Mi boca se niega a decir palabra alguna. Mi cabeza comienza a doler de manera voraz. Es como si alguien tirara con fuerza de mi cerebro. Como si tratara de llevarse una parte de él. Sé que estoy murmurando algo. Pero no sé que es. No entiendo si estoy gritando, llorando o si estoy en silencio. Todo se siente extraño. Lejano, adverso a la realidad.

— ¿Qué le hiciste? —Logro escuchar una voz, es Niall. Comprendo que no sólo gritaba sino que clamaba su nombre —. Joder, Elizabeth, amor. ¿Estás bien? Háblame —ordena. Pero no puedo responderle. Mi cerebro se niega a procesar lo que le pido — ¿Qué le hiciste Harry?

—Ella tropezó —comenta y es lo último que escucho antes de que otro tirón en mi cabeza me obliga a ceder ante la inconsciencia.

***

— ¡Maldita sea! —espeta una voz. Pienso que es Steve.

—Le dije que no debía entrenar —murmura otra, esta es dulce y melodiosa ante mis oídos no me toma trabajo diferenciarla.

—Esto es mi culpa —susurra una última voz, su tono es débil y siento un hilo de preocupación. Es ahí cuando no sé que esa pasando. Quiero abrir los ojos pero no lo logro —Dios, soy el culpable. Si a ella le pasa algo, no me lo perdonare jamás. Es mi culpa. —gime con pesadez.