La oscuridad es tan potente que incluso me perturba, siento que mis manos tiemblan, aunque realmente no creo que se muevan. Escucho un débil latido, es mi corazón luchando contra la corriente. Algo quiere arrebatarme la vida, pero lucho con todas mis fuerzas para no permitirlo.
El silencio es tan grande que me lastima, quiero escuchar algo, lo que sea incluso el más efímero ruido, cualquier cosa que me indique que está pasando, dónde estoy o por lo menos si estoy viva.
Pasan un par de segundos y ahora no siento, no pienso y no razono, solo estoy allí, existiendo como una partícula que flota con el viento.
Aún no entiendo, que ha pasado, necesito saber que fue lo que pasó, exijo saber si estoy muerta o si mi existencia continúa en el mundo de los mortales. Deseo saber si estoy bajo el agua o si he salido a flote. Las mismas cuestiones se repiten en mi cabeza como si de una maquina se tratase, algo que no siente, pero que necesita respuestas. Las baterías de esta máquina se han agotado cuando ya no puedo más y de nuevo como una mala secuencia, todo se sume en las tinieblas.
El ruido de unos zapatos golpeando contra las baldosas es aquello que necesito escuchar, para entender que mi llama no se ha extinguido, pero es molesto y deseo gritarle a la persona que se detenga, quiero tapar mis oídos, pero mis manos no reaccionan. Por más que ese nefasto ruido apague la calma del lugar, me indica que no estoy sola, que sea donde sea que me encuentre alguien más está conmigo.
Sus zapatos son de caucho, así que escucho cuando se aproxima a mi lado, el ruido es chirriante y no se detiene hasta llegar a mi lado. El imprudente visitante está levantando mi brazo, lo siento, quiero apartarme de su agarre pero me es imposible, incluso no puedo abrir los ojos para encarar a mi inusual visita.
—Espera —escucho una voz áspera, la reconozco, pero no puedo recordar a su dueño. Necesito que hable de nuevo, que su voz se aclare en mi cabeza. Una inefable necesidad de saber quién es él me invade de pies a cabeza—. No debes aplicarle ningún medicamento que yo no autorice.
Medicamento, mi mente lo procesa, no creo que en el más allá tengan médicos, mucho menos que en el inframundo se preocupen por sus huéspedes.
—Doctor, ella lo necesita. Debe reaccionar —esta voz es femenina y se me hace desconocida en todos los aspectos.
—No. No sabemos de qué forma podemos lastimarlo.
—Está bien, Doctor Banner —dice la dueña de los zapatos de goma —. Pero ella está débil.
—Lo sé —Responde Bruce y su voz se decodifica instantáneamente en mi cabeza.
Las luces se han apagado en mi cabeza, mi cerebro se ha desconectado, ahora todo se siente lejano. Mi cuerpo esta tan débil, que la pequeña batalla que llevo contra lo que a mi parecer es el fin se siente peor que el Ragnarök, no deseo rendirme. Algo dentro de mí quiere alejarme de la realidad, no lo permito, lucho con fuerza, pese a que en mi interior no sé por cuánto tiempo más podre resistir.
***
Alguien sostiene mi mano, su toque es cálido, mis dedos están entrelazados con los suyos y a diferencia de la chica de los zapatos de goma no deseo que se aparte. Acaricia mi mano, y siento como sus labios besan cada uno de mis dedos, con una delicadeza que sólo le es característica a una persona.
—No dejes de luchar, princesa —comenta y su tono de voz no me es extraño, sé quién es, sé que es él. Es Niall. Quiero decirle que es difícil que no puedo lograrlo, que lo necesito aquí y ahora, pero mi boca no se abre, menos articula palabra alguna.
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Estix #2 |Niall Horan.
Fanfiction«No me pidas que trate de dormir cuando mi insomnio lleva tu nombre.» Segunda temporada de "El hijo de Thor" 2015