Él parece notar mi mirada curiosa, por lo que guía su mano hacia la mejilla de su acompañante, ella susurra algo que Niall responde, pero no sé que pueda ser, el ruido de la música fuerte me impide escuchar.
Se levantan, en cuanto ella se gira se que vienen hacia mí, puedo ver sus malditos ojos grises, su perfecto cuerpo; con esos senos tan voluptuosos, me sorprende no salten de su vestido. Camina como si todo su cuerpo gritara "Mírame, soy mejor que tú" Me observa detenidamente, conecta sus ojos con los míos y una sonrisa brota de su boca, lejos de ser una mirada amistosa, es una de reto.
–Lizzy –dice con su tono empalagoso una vez frente a mí. Maldición, no puedo pensar en algo que decirle para no partirle la cara; justo aquí, justo ahora. Mi mirada recorre despectiva todo su cuerpo.
–Himeko –escupo las palabras, aun recuerdo la vez en la que me dijo que su nombre significaba princesa.
De nuevo la miro, esta vez con hiel en los ojos, pero mi mirada no tiene efecto sobre ella. Doy la vuelta, decido irme antes de que realmente golpee a alguien.
–Elizabeth –Dice él, lo he ignorado todo este tiempo, pero me detengo en seco.
– ¡¿Qué?! –Suelto más alto de lo que espero. Mi mirada cae en él, lleva puesto un traje gris, es similar al de su primo, tiene una camisa negra, su corbata es del mismo tono que su traje. Realmente se ve perfecto. Pero decido quitar esos pensamientos de mi cabeza y enfocarme en el hecho de que él tiene a la traidora estrella como compañera de baile.
– ¿Qué te pasa, Lizzy? –suelta con sarcasmo.
– ¿Qué me pasa? –Espeto molesta – ¿Es acaso que tú no te das cuenta de quién es ella? –la señalo, mientras escupo las palabras –Tu cinismo no tiene límites –muerdo mi labio con tanta fuerza que temo romperlo –Mira Niall, en este mundo y en los otros existen millones de mujeres, estoy más que segura que saltarían de un puente por ti con tan sólo decírselos, pero tú decides invitarla a ella, además esperas que no me moleste ¿Qué mierdas está mal contigo? –Me encojo de hombros –Por esa... maldita, Daniel está muerto, Orión está muerto, todas esas personas inocentes están muertas y sólo por un milagro yo no lo estoy –Hablo tan rápido que no mido mis palabras, tampoco noto cuando las lagrimas aparecen, no hasta que las siento bajar desesperadamente por mis mejillas –Es lo más bajo de este planeta y me sorprende que tú llegues a su nivel –limpio las lagrimas con el respaldo de mi mano.
–Tú me has dicho que todos merecen una segunda oportunidad –se defiende, pese a mis argumentos anteriores y el mar de lágrimas que no puedo controlar parece irritarse más con sus palabras.
–Tal vez me he equivocado –me encojo de hombros –Personas como ella –la señalo –No merecen una segunda oportunidad.
–Es suficiente –escucho su voz luego de un tiempo –Tú no eres nadie para juzgar mis actos.
–Eres la menos indicada para hablar –mascullo entre dientes.
Pero Himeko avanza hacia mí, no pierdo el tiempo y la imito. Es un poco más alta que yo, aun así no me intimida. Conecto mis ojos con los de ella y con brusquedad retiro las lágrimas de mi rostro junto con el rímel.
–Yo hablo cuando quiera –masculla con voz seria.
– ¿Es lo más sensato que puedes decir? Supongo que si, después de todo, una persona con el alma negra, tendrá nublado hasta el pensamiento. Y si me disculpas, yo no me rebajo al nivel de una Z.O.R.R.A. tómalo como quieras –digo mencionando las iniciales de su verdadero nombre. Le guiño un ojo y consciente de lo que acabo de hacer me giro, orgullosa de mi brillante actuación.
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Estix #2 |Niall Horan.
Fanfic«No me pidas que trate de dormir cuando mi insomnio lleva tu nombre.» Segunda temporada de "El hijo de Thor" 2015