21 'Siempre Juntos'

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Estoy recostada en el pecho de Niall, su corazón late lento, su respiración es pausada, me rodea con sus brazos, me sostiene firme. Estamos en su habitación. Él se ha dormido muy pronto, yo aún no lo logro, es bastante complicado asimilar todo lo que está pasando, temo dormirme y que al despertar note que todo fue un sueño, que realmente mi cabeza lo ha planeado todo.

—Deberías intentarlo —susurra Niall. Me sonrojo, se ha despertado, quizá por mi mirada penetrante sobre su cuerpo.

—Tengo miedo.

— ¿De qué? —pregunta con voz pausada.

—De que al despertar ya no estés aquí —Se incorpora y queda sentado frente a mí.

—Estaré aquí, Elizabeth. Tal vez sea un egoísta, pero mi corazón no resistiría estar sin ti. Ahora duerme —Acaricia mi cabello y se acurruca en la cama, abre sus brazos y hace un ademan para que yo entre en ellos, no lo dudo, me acomodo en su cuerpo, mi rostro esta cerca a su pecho, su cabeza está sobre la mía y sus brazos me rodean con fuerza —Siempre estaré a tu lado —es lo último que escucho antes de quedar dormida bajo el arrullo de su corazón.

Despierto, no lo siento a mi lado y me preocupo, giro bruscamente y quedo sentada en medio de sabanas blancas, miro a mi alrededor, nunca había entrado a su habitación, es algo asgardiana, me encuentro con su mirada, está sentado en el suelo, muy cerca mío, sonríe.

—Estoy aquí —musita suave, le sonrió. Mis mejillas arden.

—Estas aquí —susurro, suelto el aire que estaba conteniendo y me levanto, recuerdo que llevo puesta una de sus camisas, nada más. De nuevo me sonrojo.

—Extrañaba ver cómo te sonrojabas, hasta por la más mínima cosa —Se para frente a mí, me toma de la cintura y besa mi nariz —Vamos a comer, sé que no lo has hecho en mucho tiempo.

—Un tanto exagerado. No tengo apetito, quiero estar así contigo, todo el día.

—Está bien, pero come algo —ruedo los ojos.

—Tengo una condición.

—Dímela —sonríe.

—Cuéntame una historia —él frunce el ceño —Como lo hacías antes.

—Una historia —susurra —Suena justo.

Me coloco el pantalón de mi sudadera pero continuo con su camisa, recojo mi cabello en una coleta y camino tomada de su mano hasta la cocina de Tony, especial para los vengadores.

—Preparare algo —murmuro y me suelto de su agarre.

—Espera, yo cocino —enarco una ceja —. Te sorprendería lo bien que se me da —me guiña un ojo y hace que me siente en la isla de la cocina. Espero sentada observando cómo se mueve de un lugar a otro, abre el refrigerador, calienta el horno, se le da más que bien.

Está preparando tanto al mismo tiempo que me pregunto que será.

—Señorita —musita y coloca frente a mí un plato con fruta rebanada, otro con un omelette de queso y una taza gigante de chocolate –, no he olvidado lo mucho que te gusta –susurra y yo le sonrió –. Tampoco que no comes mucho.

—Gracias señor, todo se ve delicioso —me dedica una sonrisa dulce, se sirve un "poco" para él y se sienta frente a mi — ¿Cómo aprendiste tanto?

—Cuando no tienes sirvientes ni nadie que te atienda, debes aprender a cocinar o pasar hambre, la segunda no es una opción.

—El rey de Asgard con hambre, vaya, eso no estaría bien.

Estix #2 |Niall Horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora