Capítulo 11

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Después de haber pasado bastante tiempo en el bosque tuve la sensación de que tenía que volver a esa enorme casa.

Cuando estaba llegando al jardín pude percibir olores a lo que supongo que eran de algunos lobos mezclados con el aroma de Duster.

Todavía no podía reconocer bien los aromas o saber exactamente cuántos eran, por eso me adentre al jardín y vi a mis amigos junto con Duster platicando.

Al parecer percibieron mi presencia y se dieron vuelta a mirarme. Aún estaba en mi forma lobuna lo que destelló una sonrisa de sus labios.

-¡Por Dios! Aun viéndote sigo sin poder creerlo Ether, jamás pensé que tú... ya sabes, te interesara este mundo.

Mire a Duster pidiéndole ayuda y al parecer entendió ya que me tendió la ropa que tenía en sus manos.

La tome con mi hocico y camine hasta detrás de un árbol. Una vez que estaba nuevamente frente a ellos, los abracé primero y después me dispuse a responder.

-Realmente nunca me interesó este mundo a tal manera Jules, tú lo sabes perfectamente... Pero sentía que no podía dejar solo a Lean, no sé... Mi instinto maternal me obligó y sinceramente no hay nada del cual me arrepienta, me gusta esto – digo tomando la mano de Duster.

-Me hace tan feliz que podamos ser iguales a pesar de que ya tenga cachorros, cuando todas tus practicas terminen vamos a volver a ser amigas y hacer cosas... ya sabes, de lobos.

Me reí antes sus palabras y voltee a ver a Allen que estuvo callado todo el rato y observando la situación.

-¿Y Allen? ¿Me dirás algo? ¿Cómo esta Lea? – al nombrar a mi amiga su rostro se llenó de felicidad.

-Ella esta excelente, dentro de una semana ya vamos a ser padres – me acerco rápido a él y lo abrazo.

-Felicidades, antes no tuve la oportunidad de felicitarte pero ahora la aprovecho – dejo un sonoro beso en su mejilla y me alejo.

-Gracias, realmente estoy muy feliz a pesar que me esté volviendo totalmente loco. Sus cambios hormonales son fatales, creo que en cualquier momento me terminara cortando las bolas.

-Bueno bueno, no creo que sea para tanto, seguro exageras un poco pero aun así no has dicho nada de lo que ahora soy...

-Hay pequeña Ether, siempre has sido como mi hermana pequeña a pesar de los años y la distancia. Si a ti te gusta esta nueva vida por supuesto que me hace feliz a mí.

-Gracias Allen...

-Bueno ¿Qué les parece comer algo? – propone Duster.

-Yo estoy de acuerdo – salta Jules en su lugar.

Pasamos adentro y nos dirigimos al comedor. No sabía que había más lobos en el lugar hasta ahora.

Todos saludan a Duster con respeto y vuelven a lo que estaban. Duster nos avisa que va a ir a la cocina y nos deja a los tres en la mesa.

-Lo miras de manera diferente – suelta Jules de golpe.

-¿Ah?

-Que miras a Duster de manera diferente, nunca antes viste a nadie de esa forma. Ya sientes cosas por él y me alegro mucho, es hora de que te permitas ser feliz Ether.

-Lo sé y lo siento, el convertirme en loba despertó sentimientos por él. Y respecto a lo de ser feliz tengo un poco de miedo.

-¿Miedo a qué? – ahora me preguntaba Allen.

-No lo sé ¿Miedo a que Lean no quiera que esté con él?

-Ether, Lean ya no es un niño, cada vez entiende mejor como son las cosas y si el chico tiene una mate con más razón te entenderá – Jules toma mi mano en forma de apoyo y no puedo evitar suspirar.

-Eso es lo que pasa Jules, Lean no sabe que Duster es mi mate – le confieso con pesadez.

-¿Cómo que no sabe? – preguntan ambos asombrados.

-Ya les dije no sabe que Duster es mi mate...

-Creo que ahora si lo sabe – Allen señala con su dedo detrás de mí y me volteo para encontrarme con Lean y miles de emociones pasando por sus ojos.

Antes de que pudiera decir algo él sale a paso apresurado del comedor, alejándose totalmente de nosotros.

-Podrían haberme dicho que estaba detrás de mí ¿No? – por qué no me dijeron, esa no era manera para él se enterase. Ahora todo sería más complicado.

-Lo sentimos – ambos agachan sus cabezas pero no les respondo y camino por donde Lean caminó.

En la habitación no estaba por lo que supuse que estaría en el bosque. Comencé a caminar y sin querer terminé llegando al lago donde nos convertimos para encontrármelo sentado y con la mirada perdida.

Me senté a su lado pero en ningún momento me miro o hiso algo.

-Lo siento hijo, pensé que te molestaría que te lo dijera o que te pondrías triste y yo... yo solamente quise evitar eso, quiero evitar cualquier emoción negativa.

Terminé de hablar y me quede en silencio esperando a que dijera algo, pero nada... todo era silencio.

Cuando estaba a punto de darme por rendida y marcharme, lo escuché.

-¿Lo quieres? – al principio me sorprendí por sus palabras, pensé que podría decir otra cosa pero me preguntó eso.

-Lo quiero hijo, ahora que también soy como él no puedo evitarlo.

-Está bien y entiendo. Me duele un poco... por el recuerdo de papá, pero ambos merecemos ser felices, estoy seguro que a él le encantaría que lo seamos.

-Lo sé, fue maravilloso Eric pero nunca dudes de lo que sentí por él y aun siento. Y mucho menos dudes lo que siento por vos Lean, sos mi vida y nadie va a cambiar eso.

-Gracias mamá, espero que tú también entiendas que Caitlin me hace feliz y quiero que se den una oportunidad de conocerse...

Me costó tragar por culpa de las emociones pero tenía razón, si él aceptaba a Duster yo tendría que considerar conocer a esa chica.

Ante todo quiero verlo feliz y si conocerla lo haría feliz, me arriesgaría a intentar entablar algún tipo de relación con ella.


No quiero ser tu lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora