No quiero ser tu luna

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Lean en multimedia.

Ya van tres semanas en las que vivo acá en la ciudad y en la casa de Eric. A la siguiente semana de que la pareja anunciara sus planes de mudarse, lo hicieron.

Todos estuvimos felices apoyándolos. Una noche antes de que Mia se fuera hable con Eric, y le plantee mi idea de conseguirme un pequeño lugar para cuando tenga lo suficiente para hacerlo.

Pero se negó rotundamente, me pidió por favor que me quedara con ellos y sumándole que llamó a Lean para que pusiera cara de cachorrito para convencerme y pudieron lograrlo. No podía negarme.

En estas tres semanas me he sentido muy bien y ningún momento lo pasé con incomodidad.

No sé si podía decir que ya me estaba sintiendo en casa porque aunque trataba de hacerlo siempre venía a mi memoria el lugar en donde crecí con recuerdos que a veces son los causantes de mis bajo ánimo. Extrañaba el lago, extrañaba a mis amigos, a mi familia, al pueblo, levantarme temprano para ir al bosque. Extrañaba todo, todo lo que era antes de que las cosas cambiaran.

Un poco más y va a ser un mes sin noticias de nadie, de vez en cuando me acordaba pero cuando lo hacia las dudas me mataban.

Pero apostaba a que todos estaban excelentes bien.

Hoy era viernes por la noche y quedamos en ir a caminar los tres.

Salí de mi último trabajo despidiéndome de la familia que ya me tomaba parte de ella y por mi buen trabajo aumentaron considerablemente el sueldo semanal que me daban.

Camine a casa, abrí la puerta y antes de hacerlo ya podía escuchar las risas.

Sonreí tan solo escucharlos y entre. Los vi corriendo por todo el lugar, al parecer estaban jugando a atraparse.

Hice un pequeño sonido para que me escucharan, se quedaron en silencio y vinieron por mí.

Grite por la sorpresa y comencé a correr escapándome de ambos.

-Mami ¿no me vas a dar un besito de bienvenida?

Flashback

Eric había tenido un inconveniente en el trabajo y un compañero lo había venido a buscar.

Le dije que cuidaría de Lean y así lo hice. Jugamos un tiempo y después cocinamos algo para cenar.

Después fui a acostarlo y esperaba que se durmiera mientras recibía sus caricias.

-¿Puedo preguntarte algo? – pregunta el pequeño entreabriendo sus ojos.

-Todo lo que quieras – le sonrió y beso su cabezita.

-¿Puedo decirte mami? – me quede helada al haber escuchado esas palabras nuevamente. Vi cierto temor en sus ojitos y no me resistí.

-Puedes decirme de todas las maneras que quieras, si queres decirme mami, así quiero que me llames entonces.

Saltó a mis brazos y lo abrace.

-Pero con una condición – advierto.

-¿Cuál?

-Que yo pueda decirte bebe o mi bebe ¿Qué te parece? – lo vi asentir y seque esas pequeñas lagrimas que habían caído por sus mejillas.

Las besé y nos dormimos abrazos.

Lean era feliz a sentir que por primera vez tiene un poco de amor maternal.

Y yo era feliz por hacer feliz a ese niño y sintiendo una adoración enorme.

Fin flashback.

-Ustedes dos me dan miedo. Eric no le digas al niño qué decirme – grito del otro lado de la puerta.

-Por favor Ether, yo no le he dicho nada y tampoco lo haremos. Los dos queremos un besito de bienvenida.

Las cosas con Eric cada vez iban mejor, aunque ni siquiera un beso nos hemos dado y agradecía que se tomara todo tan bien y también como se comportaba.

Abrí temerosa la puerta y no había nadie. Camine hasta la cocina y estaba vacía hasta que sentí un pequeño ruido detrás de mí.

Me di vuelta y ahí estaban los dos sonriéndome. Ambos saltaron sobre mí llenándome de besos.

Después de una pequeña sesión de babosos besos de ambos por toda mi cara, nos levantamos y preparamos lo que llevaríamos, y salimos de casa.

Alcé a mi pequeño y caminábamos. Hoy había una pequeña feria a unas cuantas cuadras de casa. Iban a venir personas de todos lados hasta de ciudades vecinas por la feria.

No era tan grande pero sí era muy importante.

Después de dar unas cuantas vueltas, nos dio hambre a los tres y fuimos a un pequeño puesto de comidas.

Pedimos lo que queríamos y nos sentamos en una pequeña banca mientras comíamos en silencio.

-Esto está muy rico – anuncio con la boca aun llena provocando risas -¿Por qué se ríen?

-Nos reímos de vos mami – Lean ya había terminado de comer, vio mi mirada ofendida y se lanzó a mis brazos –No te enojes, fue una bromita. Todo es culpa de papi.

Lo tome en brazos y juntos le sacamos la lengua a Eric quien no dejaba de reír.

Estaba sintiendo una rara sensación, pero no sabía qué era.

Por un lado pensé que era mi corazón que estaba por explotar de amor y felicidad. Y por otra parte sentía la presencia de alguien o la mirada.

Mire buscando alguna respuesta y vi a Mia con su novio que se nos estaba acercando.

Sonreí al verlos pero mi sonrisa desapareció a ver una figura vestida de negro excepto por su remera que miraba todo fijamente y de manera más fría.

Su mirada era mucho más fría que la última vez que la vi...