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No entendía la situación, no tenía la menor idea de por qué me había llamado de esa manera. Quizás me esté confundiendo con alguien más, pero aún así, sus palabras seguían repitiéndose en mi mente.

No entendía nada de lo que estaba pasando, tres palabras eran las que se habían quedado guardadas en mi mente pero aunque se repitieran una y otra vez no las entendía.

Lenna... ¿Eres tú? 

El hombre seguía delante de mí, observando mi reacción, esperando alguna palabra o acción de mi parte. Pero lo único que había era silencio de mi parte y esperanza en sus ojos.

  – Lo siento, pero... Mi nombre es Ether. 

  – ¡No! Por Dios, Lenna. Quizás ahora no me recuerdes, pero cumpliste tu promesa de volver conmigo. Vendrás conmigo. 

El sonido de su voz por un momento me hizo querer decirle que sí, que si era esa mujer llamada Lenna. Pero nada de eso sería cierto. 

Tenía que alejarme de él, del bosque tan pronto como pudiera y encontrar a Allen en el camino.

  – Lo siento, pero me está confundiendo – con cada palabra que salía de mi boca mis pasos se multiplicaban mientras me alejaba de él. Pero por cada paso que daba él se acercaba más y más. 

No tenía miedo, porque en su manera de mirarme no había maldad. Había algo más... Nunca antes alguien me había mirado de esa forma, así que no podía descifrar su mirada.

Fuertes pisadas se escucharon y apareció Marcus seguido de sus licántropos. 

  – Estás no son tus tierras, Darius. Estás lejos de casa – Marcus enfrenta al desconocido que ahora poseía el nombre de Darius. Ambos retándose con la mirada, pero ninguno cediendo ante el otro. 

  – Como siempre tan observador, Marcus. Pero déjame decirte algo muy importante, ¿ves a esa muchacha? – me señala y todas las miradas se encuentran en mí – ¿No te recuerda a nadie?  

–No sé de qué estás hablando Darius...

Allen se acerca a mí y me tira para que de unos pasos más atrás, acercándome a los demás. Mientras los licántropos seguían con su lucha de miradas.

  – Estoy hablando de Lenna, Marcus. Es ella y la quiero conmigo. 

  – ¿Es por eso que has vuelto a estás tierras? ¿Por qué piensas que ella es Lenna? Esa muchacha que tú confundes se llama Ether, y es hija del mejor cazador del pueblo. Es mejor que regreses a casa. 

  – Me iré solamente porque me encuentro solo, pero primero quiero decirle unas palabras – pasa por encima de Marcus y se acerca a mí, acunando mi rostro. 

  – Eres tan hermosa como lo recuerdo. Cada día de todo este tiempo te he extrañado, no me daré por vencido hasta que volvamos a estar juntos. No me importa nada más que tú – besa mi mejilla y se aleja. 

Algo extraño se sentía dentro de mí. ¿Y si era quién decía que era? Eso no podía pasar... Porque eso significaría que he vivido una mentira. 

¿Mis padres habían sido capaces de mentirme?

No quería que eso fuera posible, pero la confianza en las palabras de ese hombre me hacían dudar.

Tenía que haber una respuesta a todas mis preguntas. Y pronto sería el momento de tenerlas.

Al darme vuelta la mirada de todos los licántropos estaban en mí.

  – ¿Estás bien, Ether? – Pregunta Marcus antes de darme el paso para poder marcharme. Asiento y le doy una mirada a Allen, dándole a entender que lo necesitaba cerca. 

  – Has hecho muy mal padre, Darius vendrá con todos esos lobos rabiosos a por ella. Es sólo un chica y tendrías que haberla entregado. Cuando vuelva podríamos negociar... Sabemos que si vuelve matará a cualquiera que se cruce en su camino – al escuchar esa voz que momentos atrás habría descrito lo seductora que era, ahora me daba nauseas escucharla.  

No podía creer que él fuera capas de decir algo así. Entregarme a un desconocido y dejarme a mi suerte. Se suponía que los licántropos, aguardaban por las vidas humanas.

  – Duster, no hablaremos de eso ahora. Hay que hablar con sus padres y con ella. Tus opiniones déjalas para después. Hora de irnos. 

Todos me acompañaron a casa, pero al único a quien se lo agradecía era a Allen. Todo el camino estuvo susurrando palabras alentadores que por un momento las creí.

Papá y Marcus se alejaron y hablaron en privado durante varios minutos, para después ambos aparecer como si nada hubiera ocurrido esta noche.

  – Bueno, Ether, tu padre me comentó que está por ser tu cumpleaños. Muchas felicidades. Ya es tarde así que nosotros nos iremos pero tendrán vigilancia – se despide y la mayoría se marcha con él. 

Al mirar a mis padres sabía que ninguno diría una sola palabra esta noche, así que me retiré dejándolos solos. Necesitaba estar a solas y acomodar en mi mente todo lo que había ocurrido en sólo unos minutos esta noche.

Ojala Jules estuviera aquí...



No quiero ser tu lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora