Mamá tardó unos cuantos minutos para poder despertarse del desmayo.
Papá estuvo en la misma situación para poder volver a la realidad y salirse del estado de shock en el que estaba. Pero ahora estaba al lado de mamá esperando que se recupere del todo para poder enfrentarme.
Ambos me miran y sé que es mi señal para dar un paso adelante y comenzar a hablar.
-Lo siento por no haberles contado antes, pero todo fue de un día para el otro, bueno todo menos lo de Lean. Papá, vos ya sabías más o menos un poco acerca de ellos, pero cuando Lean estaba ahí, sufriendo por los dolores del veneno no puedo aguantarme y le pedí a Duster que también me mordiera. No podía dejarlo sólo... simplemente no podía.
Terminé de hablar y agache la cabeza, mientras esperaba alguna respuesta de ellos dos comencé a jugar con mis manos. Ya que estaba bastante nerviosa.
-Hija... - escucho la voz de papá y les miro a ambos, que tienen su mirada en mí – Nosotros realmente estamos muy sorprendidos, y espero que entiendas que necesitamos tiempo para asimilar todo.
Asiento lentamente y los veo levantarse, tomar todas sus cosas y perdiéndolos de vista una vez que cruzaron la puerta principal.
Solté un enorme suspiro y me tiré en los sillones.
-Todo va a estar bien, sólo tienen que asimilarlo – Duster estaba a mi lado mirándome y dándome su apoyo, pero simplemente no tenía los ánimos suficientes para poder corresponderle.
-Lo sé – me levanté y los dejé en la sala tanto a Duster como a Lean.
En este momento solamente quería descansar un poco, me estaba sintiendo cansada mentalmente. En ningún momento he dejado de pensar en una sola cosa, ya que pensaba en miles de cosas a la vez. Y todo eso me estaba pasando factura.
Llegué a la habitación, me di un ligero baño y terminé tirada en la enorme cama, para después quedar profundamente dormida.
(...)
No sé cuántas horas habré dormido, pero me sentía hambrienta y tampoco entraba nada de luz a la habitación.
Me levante, colocándome ropa cómoda y salí rápidamente dirigiéndome a la cocina.
Una vez ya satisfecha, caminé hasta el enorme jardín y una vez estando allí no pude evitar recordar esa vez que me escapé.
Caminé hasta el muro e hice exactamente lo que había hecho años atrás. Con el cambio de que esta vez tenía más agilidad y más fuerza, por lo que no me costó mucho en llegar al otro lado.
Pude ver algunos lobos e intenté ocultarme y estar lo más alejados de ellos, ya que ellos tranquilamente podrían captar mi olor y mi plan se vendría abajo si me descubrían.
Una vez que lo pasé sin que ninguno me viese, corrí con todas mis fuerzas al bosque.
Una vez lo suficientemente lejos, me quité la ropa e hice lo que hasta ahora había aprendido para poder transformarme.
Después de unos cuantos minutos comencé a sentir ese enorme dolor de huesos que he tenido las pocas veces que me he transformado. Sentía cómo todo dentro de mí se removía y se sentía muy molesto.
Cuando no sentí más nada y pude ver que estaba parada en cuatro patas, tomé la ropa en mi boca y comencé a correr, correr y correr.
No había otra cosa que se sintiera mejor, sentirte como un alma libre que se deja llevar por la corriente.
La noche estaba perfecta, una hermosa noche de verano con una pizca de frescura brindada por el bosque. Todo era perfecto.
Llegué a un pequeño lago y bebí la suficiente agua para sentir mi sed desaparecer.
-¿Creíste que no me iba a dar cuenta que habías escapado? – Y ahí estaba Duster, en su forma lobuna observando cada detalle, esperando una respuesta de mi parte.
-Eso pensé...
-¿Por qué no me avisaste? Podría haberte dejado ir sin ningún tipo de reproche.
-Quería sentir un poco más de adrenalina, sólo fue eso.
-¿Puedo acompañarte? – Le hago una pequeña seña que se coloqué a mi lado y así lo hace. Ambos nos recostamos al lado del lago y nos quedamos en silencio. Un cómo silencio.
-¿Crees que mis padres me aceptaran o simplemente me repudiaran? – las palabras solamente se reprodujeron en mi mente y no pude hacer nada para evitarlo. Sabía que su opinión era muy importante para mí.
Él siempre tenía la razón en todo y me gustaba consultarle lo que fuese.
-Ellos te van a aceptar, lo sé porque he hablado con ellos hace unas horas. Solamente dales unos días y ellos vendrán.
-¿En serio Duster? – la emoción se sentía en mi voz.
-Por supuesto, jamás te mentiría – los dos nuevamente quedamos en silencio contemplando el agua que era iluminada por la hermosa luna llena que teníamos encima de nosotros, como si nos estuviera observando – Es momento de volver, mañana será un largo día.
Ambos nos levantamos y comenzamos a trotar hasta la casa principal.
Me acompañó hasta mi habitación y nos quedamos un momentos los dos ahí parados, mirándonos y sin decir nada.
-¿Me queres Ether?
-¿Por qué esa pregunta?
-Solo quiero saberlo, quiero estar seguro de que podrías sentir algo similar a lo que yo estoy sintiendo – di dos pasos hacia adelante y pasé mis brazos por su cuello.
-Por supuesto que te quiero y más ahora que puedo sentir todo esto de los lobos. Te quiero Duster – deja un beso en mi coronilla y se aleja para que queden nuestros rostros enfrentados.
-No te imaginas lo feliz que me acaban de hacer esas palabras – espere a que cortara la distancia que nos separaba, para degustar sus dulces labios. Era un beso suave, lento, con necesidad pero disfrutábamos cada segundo que pasaba – Mañana va a ser nuestro día especial.
-¿Qué significa eso?
-Significa que tenemos que dormir mi hermosa Ether, nos vemos en la mañana – deja un último beso en mis labios y se pierde por el pasillo.
Ahora no sé si pueda dormir o descansar como él lo había dicho, estoy segura que voy a pasar toda la noche pensando en qué significaría lo de día especial, sobre "nuestro día especial".
Desde este momento los nervios comenzaron a hacer su trabajo.
Está sería una laaaarga noche.
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No quiero ser tu luna
Loup-garouEther tiene 17 años y es aventurera, extrovertida, rebelde, valiente, inquieta, con un gran corazón y amante del arco. A ella le encanta salir todas las mañanas a cazar. Cuando cumple 18 años, se ve implicada en tomar una decisión que no pensaba que...