Capítulo 8

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Después de terminar de almorzar los tres juntos en silencio. Duster nos hizo beber una sustancia especialmente echa por Lea para que durmiéramos unas cuantas horas.

Después de haber dormido, me había levantado con mucha energía, mucha adrenalina. Tanta que la sentía en cada determinación de mi cuerpo.

Me estaba volviendo muy impaciente esperando que Duster apareciera por esa puerta. Si antes me encantaba correr, ahora me estaba muriendo por hacerlo.

Al parecer mis suplicas habían sido escuchadas porque entró por la puerta.

-¿Están listos? – nos miramos con Lean y asentimos animadamente, los dos estábamos igual.

Desesperados por salir.

-Estamos listos, vamos – pasamos por su lado y nos encontramos en el pasillo. Tuve que darme cuenta que no tenía idea de a dónde ir por lo que me quede esperando a que Duster comenzara a caminar.

Hoy se había vestido bastante bien y olía de igual manera... era tan masculino... las vistas desde acá atrás eran las mejores.

-¿Se puede saber qué estas mirando mamá?

Tardé en reaccionar pero como pude le sonreí – Nada mi pequeño, solo estaba pensando pero no miraba nada.

-Claro...

Caminamos un poco más y llegamos al final, donde se encontraba una enorme puerta. Una vez que la cruzamos nos encontramos con el bosque, estaba al frente de nosotros.

Íbamos acompañados por su beta y dos hombres más. No les preste atención y me concentre en los olores y los sonidos.

Era maravilloso poder sentir todo desde este punto. Miles de aves con sus diferentes cantos, otros animales, podía sentir un rio cerca, todo.

También podía sentir el aroma de madera, de tierra mojada, de distintas flores que había en el bosque y muchos aromas más.

-¿Cómo se sienten? No se esfuercen mucho, pueden abrumarse – con Lean lo ignoramos y comenzamos a caminar entrando al bosque.

Ya habíamos llegado a lo que supongo que era el lugar donde nos íbamos a transformar. Duster nos colocó en un determinado lugar a Lean y a mí alejándonos.

-Ahora hagan lo que yo les voy a decir... ¿Entendido? – después de escuchar un sí por parte de Lean y mía siguió hablando – Ahora miren fijamente la luna llena y sientan esa adrenalina que les corre por dentro. Van a tener la necesidad de que algo quiere apoderarse de ustedes, así que no se nieguen, déjense ser.

Tome una buena boconada de aire y mire la luna ¿Desde cuándo era tan hermosa? ¿Por qué nunca me di cuenta?

Simplemente era perfecta, tan grande y blanca. Tenía tantas ganas de correr, sentía lo que había dicho Duster, sentía que algo quería apoderarse de mí.

Las piernas me comenzaron a fallar y me arrodillé antes de caerme. Mi respiración comenzó a acelerarse y no podía controlarla.

Sentía algo muy doloroso dentro de mí.

-Ether, tienes que relajarte y dejar que tu loba tome el poder.

-¿Cómo hago para relajarme? – grito mientras otro dolor se apodera de mi cuerpo.

-Piensa en momentos que te han hecho feliz una vez o simplemente piensa en el bosque, piensa en ese lago que tanto te gustaba cuando estabas en tu casa...

Mientras hablaba, mientras decía cada palabra los momentos venían como fotos en mi mente.

Las fotos comenzaron de la final al principio. Desde este momento hasta el momento que estaba en la ciudad viviendo con Lean y Eric...

Eric... Lo extrañaba, todos los días lo hacía. Cada vez que veía a Lean lo hacía, me había arriesgado a convertirme en esto porque lo extrañaba. Y solamente quería el bien de nuestro pequeño, apoyarlo como sabía que él lo hacía y lo hubiera hecho.

Sentí una lagrima deslizarse por mi mejilla y me deje ir.

De a poco sentí un dolor tan agudo que no pude evitar gritar del dolor. Una desesperación se estaba apoderando de mí.

Sentía dolor en todos mis huesos, sentía un ruido agudo y era el de mis huesos quebrarse.

-¡Por Dios! ¿Este dolor es normal? – grite aun con los ojos cerrados.

-Tranquila, ya casi termina...

Podía sentir mi piel siendo remplazada, como se acomodaban ¿Mis órganos? Dentro de mí. Y los huesos estirarse como si de elástico se tratase.

Me fui reincorporando y ahora tenía patas. Patas de color marrón claro y podía ver algunas pintas blancas en algunas partes de mi pelaje.

El dolor había desaparecido y fue sustituido por desesperación. Desesperación por correr lejos y rápido.

Busque con la mirada a Lean y vi a un lobo más pequeño que yo, era grisáceo y con unos ojos dorados hermosos.

La hice una indicación con la cabeza hacía el bosque y asintió.

Comencé a caminar de a poco tomando fuerzas, de a poco empecé a caminar un poco más rápido y termine corriendo mientras comenzaba a sentir el aroma del bosque inundar mis fosas nasales.

Esto era increíble, una experiencia única. Ahora era un lobo, éramos lobos.

Lean corría detrás de mí y lo guie hasta una laguna que había cerca. Tomamos un poco de agua y vimos nuestros reflejos en ella.

Teníamos los mismos ojos dorados, me encantaban.

A lo lejos sentí el crujido de una rama y una brisa de aire llego trayendo consigo un delicioso olor.

Eran exquisitos, era un dolor un poco dulce con un tono a fresa que tan solo olerlo se me hacía agua la boca.

El olor seguía llegando hasta mí hasta que lo sentí cerca, mire de donde venía y ahí estaba, un lobo que ya había visto antes. Que había visto años atrás pero nunca podría olvidarme pero con ojos de otro color, sus ojos ahora eran rojos.

Era él, era Duster. Ahora comprobaba lo que me había dicho, el nunca mintió.

¿Esto sienten los lobos al sentir a su pareja, al tenerla frente a ellos?

Era excelente esta sensación.



No quiero ser tu lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora